No me las toquen (Blockers) – Crítica
Kay Cannon entrega una comedia provocadora, chistosa e inteligente que sobrepasa todas las expectativas en una época en la que lo políticamente correcto ha hecho de la comedia un campo minado.
Hay varias sorpresas en No me las toquen, el debut como directora de Kay Cannon, quien es mejor conocida por haber escrito la exitosa trilogía de Notas perfectas. Después del movimiento #MeToo y las diferentes protestas que continúan en la industria en contra de la desigualdad de género, era evidente que Hollywood había entrado en territorio desconocido. Uno en el que ya no se podían contar las mismas historias que antes y, aún más importante, uno en el que ya no se podía tratar a los personajes femeninos con tanto descuido como se les había tenido; especialmente en el género de la comedia, donde las mujeres usualmente son un instrumento para que el protagonista masculino cumpla su objetivo o aprenda su lección.
Con su ópera prima, Kay Cannon fue la primera en lograrlo. Ella no sólo le hace justicia a una historia coming-of-age que tiene a tres chicas adolescentes al centro, sino que también entrega una comedia provocadora, chistosa e inteligente que sobrepasa todas las expectativas en una época en la que lo políticamente correcto ha hecho de la comedia un campo minado.
No me las toquen cuenta la historia de tres jóvenes que planean perder su virginidad durante su noche de graduación. Sin embargo, sus padres no están muy lejos de ellas cuando las chicas comienzan a mandarse mensajes y confirmar su «rito de iniciación» al que llaman #SEXPACT2018 (con todo y emoji de berenjena). Después de que Hunter (Ike Barinholtz) descifra el significado de la conversación llena de emojis en la que se encuentra su hija, él comparte su descubrimiento con la sobreprotectora Lisa (Leslie Mann) y el ingenuo Mitchell (John Cena) con la esperanza de que lo vean tan chistoso como él. Sin embargo, Lisa y Mitchell rápidamente entran en pánico y deciden hacer todo lo posible por detener a sus hijas de lo que sea que tienen planeado hacer esa noche.
Es impresionante lo que los guionistas Brian y Jim Kehoe (The Comments) tratan de balancear en menos de dos horas. Casi se pueden ver las grietas de todo lo que pudo haber salido mal, pero la película camina con toda seguridad sobre ellas sin ni siquiera echarles un vistazo. No sólo tenemos la cautivadora historia coming-of-age con las tres chicas –así como las tramas secundarias que exploran las dificultades que ellas enfrentan mientras tratan de cumplir con el #SEXPACT2018–, sino que también existe un convincente relato sobre unos adultos que necesitan crecer y madurar al lado de sus hijas.
En grupo e individualmente, Mann, Cena y Barinholtz sin duda entregan sus mejores intervenciones en el género. Sin olvidar a ninguno de ellos, Cannon logra explotar sus habilidades al máximo: Mann es increíble con los momentos de comedia física que tiene en la cinta; Cena sorprende con el timing que tiene para la comedia y Barinholtz encuentra el balance perfecto entre vulgar y adorable, lo cual le da a su personaje una complejidad que el actor nunca había tenido oportunidad de interpretar en sus otros proyectos.
Del elenco juvenil, es Gideon Adlon (American Crime), la hija de Hunter, quien tiene más oportunidad de brillar por la temática de su trama, la cual termina siendo una de las partes más memorables y entrañables –sin dejar de ser chistosa– de toda la cinta. Mención especial también para Geraldine Viswanathan (Janet King), de quien seguramente veremos más en este género al ser la actriz juvenil que se veía más cómoda con su papel.
El debut de Kay Cannon como directora muestra un manejo sin miedo de temas que a veces pueden pensarse como difíciles de explorar en una comedia de nuestra época. Y aunque No me las toquen aún tiene vestigios de una floja escritura que, por momentos, cae en lo vulgar –existe una escena en la película en la que vemos a una pareja recreando sus fetiches que no aporta nada a la historia–, ésta también es una cinta que comprueba la complejidad que pueden llegar a tener los personajes femeninos en la comedia y lo sencillo que es incluirlas en el chiste. No me las toquen hizo lo que parece más difícil para muchos comediantes actualmente: ser chistoso y provocador sin terminar exiliado por la sociedad.