Buscador
Ver el sitio sin publicidad Suscríbete a la revista
Cine

Misión submarino – Crítica

03-11-2018, 1:56:16 PM Por:
Misión submarino – Crítica

Misión submarino es un thriller inverosímil con un elenco de lujo completamente desaprovechado y una trama que daba para más.

Cine PREMIERE: 2
Usuarios: 5
Votar ahora:

La secuencia inicial de Misión submarino literalmente nos sumerge en el ambiente de este thriller de acción sobre espionaje militar, golpes de Estado y una inminente guerra mundial, un regreso vacuo a los thrillers setenteros sobre la Guerra Fría, que se empezó a filmar en 2016 y que por eso incluye a una presidenta estadounidense: se hizo antes de la era Trump y con la convicción de que Hillary iba a ser la ganadora.

El filme, dirigido por el sudafricano Donovan Marsh en su primera producción fuera de su país, está protagonizado por Gerard Butler, quien desde 300 (2006) se erigió como héroe de acción sin más nada que gestualidad. Y si en Londres bajo fuego (2016) a su personaje le toca rescatar al presidente de Estados Unidos, ahora en Misión submarino la chamba es hacer lo propio con el de Rusia en una trama que compite en inverosimilitud, falta de ritmo y desperdicio de recursos.

John Fisk (Common) está al frente de la sala de riesgos en Washington cuando un submarino estadounidense es torpedeado mientras seguía una nave rusa, a su vez también atacada. Así que se adelanta y asigna un nuevo comandante a otro submarino para que salga a investigar ante la posibilidad de una respuesta militar rusa: Joe Glass (Butler), a quien vemos por primera vez en las nevadas montañas escocesas cazando a punta de arco y flecha, es el elegido.

mision-submarino-critica

Gary Oldman interpreta a Charles Donnegan, el encargado de la junta de jefes de staff.

Y es que el presidente ruso Zakarin (Alexander Dianchenko), un diplomático nada parecido a Putin, ha viajado a su base naval más atrincherada junto con su ministro de defensa, Dmitri Durov (Michael Gor), y la armada rusa comienza una movilización alarmante.

Mientras, aparece en Washington Jayne Norquist (Linda Cardellini), quien trata de evitar la guerra. Así que pide a John que envíe un escuadrón de combate terrestre pero extraoficialmente, por lo que cuatro marines reciben el encargo. A ella se contrapone el encargado de la junta de jefes de staff, Charles Donnegan (Gary Oldman), quien pide que se prepare la armada estadounidense y se pone histérico a la primera oportunidad.

Como el guion de Arne Schmidt y Jamie Moss –basado a su vez en la novela Firing Point, de George Wallace y Don Keith– parece la zona minada por la que atraviesa el submarino, pero ya explotada, a la película le cuesta establecerse y no se decide si la emotividad de la trama va a estar en las decisiones políticas que deben tomar en Washington, al rescate hecho por tierra o a la llegada a tiempo del submarino para consumar la misión. Naufraga de un punto a otro sin fortalecer uno solo.

mision-submarino-review

Misión submarino, también protagonizada por Linda Cardellini y Common, está basada en la novela Firing Point.

Marsh no supo qué hacer con su reparto de lujo, que incluye al sueco Michael Nyqvist (trilogía Millennium) en una de sus últimas actuaciones. Todos están desaprovechados, al igual que la historia. Durov, quien ha planeado todo para hacer un golpe de Estado oculto, es un villano caricaturesco y las escenas de rescate y de combate tienen la misma emotividad que el inexpresivo Butler. Aunque aquí la carga de acción no la tiene él, se le deja la parte de suspenso, o la que supuestamente debería serlo y que queda limitada a situaciones en las que un grupo, la mayoría en contra de las decisiones de su capitán, está alrededor de la sala de control. El suspenso se deja en los diálogos, en la situación, pero es insuficiente por la carencia de emociones.

Las escenas de acción están limitadas por su falta de verosimilitud y por su carencia de recursos. La guerra inminente tampoco representa la fortaleza necesaria para una película de acción. Y como si quisiera alejarse de las películas sobre submarinos intenta hacer algo diferente, pero se queda en un intento vacuo que ni recupera los thrillers de la Guerra Fría ni aquellas cintas que hacen del encierro y las profundidades algo más que un relato de acción. Aunque poniéndose en piloto automático tal vez hasta se pueda entretenerse un rato.

autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
Comentarios