Minions: ¿Qué clase de criaturas son los personajes de Mi villano favorito?

La llaman la fiebre de los Minions. Síntomas: ciruelas amarillas, papitas cambray, plátanos, maíz palomero cubierto de mantequilla… será imposible observar estos productos comestibles sin evocar a estos personajes. Lo mismo ocurrirá al cambiar un foco o cruzarse con un abejorro zumbador, y ni se diga si entre las prendas de domingo se cuenta con un overol de mezclilla. Inútil resistirse: cualquiera de las cosas mencionadas traerá a la mente la imagen de una horda —siempre van en bola— de seres redonditos y diminutos que se aproximan a toda velocidad. Se escucharán sus gruñidos, o los pedorreos que les gusta hacer con la boca, lo que, combinados con la sensación de miles de piecitos que el paciente tenga recorriendo la panza, hará un ataque de risa hasta casi desfallecer.

El cine ha producido montones de epidemias, pero no hay registro de una tan potente como ésta. El primer caso se registró en 2010 y ha contagiado a millones de personas. Tampoco discrimina: ataca por igual a niños y adultos. Así lo revela su diseminación incontrolada por los cinco continentes y un hecho de brutal contundencia: los más de $4,700 millones de dólares que ha recaudado hasta el momento la franquicia de Mi villano favorito (Despicable Me). Y en dichas películas aparecen, claro está, esos minions: los personajes amarillos más populares del nuevo milenio. Pero, ¿por qué demonios?

¿Cuál es el significado de los Minions?

Mimoni, minyonok, pakalikai, mínimos, minioner, kätyrit… así se les conoce en República Checa, Lituania, Polonia, Portugal, Suecia y Finlandia. Pero en México y medio mundo son minions, que literalmente significa “secuaces”.

Como se ha visto en las películas, los minions existen desde el inicio de los tiempos —se estima que tienen 30 mil millones de años— y su único objetivo es servir a un villano. Empezaron como organismos unicelulares y evolucionaron hasta convertirse en las criaturas que todos conocemos.

Hace décadas que Disney se volvió experto en crear sidekicks. Sin embargo, en una era donde precuelas, secuelas, universos paralelos y reboots son la constante, sorprende que los más famosos del siglo XXI no pertenezcan a la casa del ratón, sino a Illumination Entertainment.

¿Cuál es la fisionomía y carácter de los Minions?

Un ingrediente básico en el éxito del minion lo conforma su fisonomía. Según Bonath, el hecho de que sean pequeños y redondos, provistos con cabezas y ojos —uno o dos— grandes, propició una pronta identificación con el público infantil, “pero a la vez siempre están vestidos con overoles, lo que nos remite a ropa de trabajo. Y es precisamente esa mezcla entre lo adulto lo infantil la que resulta tan atractiva: pueden ser inocentes, pegones y celosos como un niño, pero también son independientes y capaces de realizar tareas complejas propias de los mayores, como manejar armas o escribir por computadora”.

A un diseño de personaje tan bien pensado habría que agregar un elemento vital: el color. “El amarillo se relaciona con el optimismo, el placer y la diversión”, explica Bonath, “lo que se identifica plenamente con la personalidad de los minion. Son positivos, positivos, positivos”. De allí que a nadie sorprenda que el Instituto Pantone del Color haya incluido el “amarillo minion” en su paleta de tonalidades.

La masa la componen cientos, tal vez miles. Unos son gorditos y chatos, otros altos y delgados. Tienen tres dedos envueltos en guantes y unos gogles rodean su(s) ojo(s). Aparentemente son inmortales y si se les quiebra un poco la espalda y se les agita, emiten luz. Todos son del género masculino y carecen de la capacidad para reproducirse. Lo importante es que son tiernos, amistosos y nos arrancan carcajadas.

Características principales:

• Estatura: Unos bajitos, otros altos, pero no superan los 90 cm.
• Complexión: Seres redonditos, gorditos, delgados o chatos.
• Género: Masculino.
• Alimentación: Única y exclusivamente bananas.
• Intelecto: Cuentan con un imprescindible cerebro de cacahuate.
• Vestimenta: Overol de mezclilla, gogles y guantes a prueba de fuego.

¿Qué idioma hablan los Minions?

Los Minions hablan gibberish (“discurso inservible o sin sentido”). Siendo honestos, sí podemos entender un poquito de lo que dicen, pues hablan como un niño aprendiendo un idioma y en buena medida su vocabulario es una mezcla de palabras en indio, francés, español, italiano, coreano, ruso y a saber cuántas lenguas más. Tal detalle, aunado a los sonidos que los minions disfrutan hacer con la boca —gruñidos, trompetillas y un largo etcétera— son la cereza del pastel la da un sistema de comunicación tan gracioso como único. Aquí una muestra:

• ¡Bello! – ¡Hola!
• ¡Core! – ¡Corre!
• Levi do – ¿Estás bien?
• ¡Tank yu! – Gracias
• Tulaliloo ti amo – Te amo
• Tatata bala tu – Te odio
• Bee do bee do – ¡Fuego!
• ¿Po ka? – ¿Qué?
• Un, do, te – Uno, dos, tres
• Chilla – Silla
• ¡Pelea, pelea, pelea! – Lucha/pelea
• Bananonina – Feo
• Poulet – Pollo
• Gelato – Helado
• Sasana – Manzana
• We want banana – Tengo hambre
• Tepete – Juguete
• Para tú – Para ti
• Chau/Adeios – Adiós

¿Por qué los Minions son tan populares?

Si nos sumergimos en la historia de la humanidad, ¿no es cierto que los homo sapiens sapiens poseemos una gran debilidad por los seres pequeños? Así lo constatan mitologías antiguas en donde abundan diversos tipos de criaturas diminutas —duendes, gnomos, aluxes y un larguísimo etcétera— que viven en grupos y que por lo general invierten buena parte de su tiempo en hacer travesuras. Es decir, adultos que miden lo que un niño o menos y muestran regularmente un comportamiento infantil.

Este peculiar gusto se ha reflejado infinidad de veces en el cine. Desde los munchkins de El mago de Oz hasta los umpalumpas de Charlie y la fábrica de chocolates, todos ellos han gozado del beneplácito de las audiencias. Agreguemos a estos “humanitos” otros notables grupos de seres antropomórficos como los ewoks, los jawas —cuya inspiración en el desarrollo de los minions fue confirmada por sus creadores— y, por supuesto, los pitufos, que aunque provienen del universo del cómic, han dejado sentir su influencia en el cine de animación.

Un punto y aparte sería el caso de los gremlins: ¿acaso los minions no poseen a la vez la ternura de Gizmo y la explosividad —pero sin la carga agresiva y violenta— de Rayita?; ¿no es equiparable la conducta de estos horripilantes monstruillos en la mítica secuencia de la sala de cine a la que adoptarían nuestros adorables minions en una situación similar?

En cualquier caso, si hay algún denominador común en las “especies” mencionadas, además de su gusto por el desmán, es su apego a la vida en comunidad. Jan Bonath, CEO y productor de Scopas Medien, uno de los estudios de animación más reconocidos de Alemania, opina que parte del éxito de los minions recae en que “cuando actúan como lo hacen como niños de kinder, de manera grupo caótica y anarquista, pero al mismo tiempo resaltan uno o dos miembros dentro de ese montón. Dicha dinámica produce la dosis de comedia exacta”.

Da igual si tenemos cuatro o noventa años. O si somos chinos o panameños. Los minions, como el amor y como el aire, son ya de todos.

Una versión de este artículo se publicó por primera vez en Cine PREMIERE #250 de julio de 2015.

Carlos Jesús González Carlos Jesús (aka Chuy) es escritor y periodista freelance. Desde 2006 radica en Berlín, desde donde colabora para distintos medios. Sus pasiones son su familia, la cerveza, escribir relatos y el cine de los setenta.