Miente conmigo – Crítica de la película
Un conmovedor y contundente reflejo de lo íntimo, sexy, doloroso y contrastante que puede ser el primer amor.
Historias de romances prohibidos hay muchas. La gran mayoría de ellas, incluso las que no funcionan logran conectar con los espectadores porque abordan uno de esos sentimientos que todos hemos experimentado al menos una vez: el amor. Sin importar el destino del mismo, cuestionarse por el “hubiera” es una sensación común. Ése es el punto de partida de Miente conmigo, película perteneciente al Tour de Cine Francés 2023 que apela a las heridas del pasado. Y también a las consecuencias de un amor condenado.
Tras aceptar ser el embajador de una famosa marca de coñac que celebra su bicentenario, el novelista Stéphane Belcourt (Jérémy Gillet / Guillaume De Tonquédec) regresa a su ciudad natal por primera vez en 35 años. Allí conoce a Lucas (Victor Belmondo), el hijo de su primer amor. Los recuerdos lo inundan: las primeras experiencias de la adolescencia, el deseo incontenible, los cuerpos que se unen, una pasión que hay que silenciar… Este primer amor se llamaba Thomas (Julien De Saint Jean), y ambos tenían 17 años cuando su vida cambió para siempre.
Basada en una novela biográfica del escritor Philippe Besson, Miente conmigo es una película que juega con dos líneas temporales. La primera sucede en 1984 y refleja, de una sólida manera, la inocencia y construcción de un primer amor a escondidas. El “qué dirán” juega un papel importante en esa primera narrativa. Aun cuando Stéphane tiene bien definida su sexualidad, Thomas (Julien De Saint Jean) se muestra temeroso de aceptar, incluso ante sí mismo, que ama a otro hombre.
Las actuaciones de Gillet y Saint Jean se sienten naturales y convincentes en todo momento. Naturalmente reflejan la duda de mostrar sus sentimientos y protagonizan escenas sexuales que, lejos de sentirse arbitrarias, hacen avanzar el guion de una forma sólida. Este último se aleja, por fortuna, de los clichés presentes en ciertas películas LGBTI+, y construye un clásico romance prohibido con el que cualquiera se puede identificar.
La parte situada en 2019 cuenta con Guillaume de Tonquédec como un Stéphane en sus 52 años. Y definitivamente borda a la perfección su papel. Aun con menos tiempo en pantalla de lo habitual (por el uso de dos líneas temporales), Guillaume logra un importante arco de redención para el personaje. Con una mirada, el histrión es capaz de transmitir la frustración y todos los sentimientos guardados a lo largo de tres décadas. En más de una ocasión, la película le da grandes escenas junto Victor Belmondo. Y éstas, por sí mismas, ya justifican el precio del boleto.
Si bien, el guion puede pecar de predecible, y el ritmo se cae en algunos momentos, Miente conmigo tiene una puesta en escena envidiable. Acompañada de bellos escenarios, un soundtrack encantador y una fotografía muy íntima, la película, de memoria en memoria, genera una gran inmersión en la Francia de los años 80. Una que en fotografías puede lucir encantadora, pero que no era segura para aquellos jóvenes abiertamente homosexuales, como Stéphane. Pocas películas han retratado, de manera tan contrastante, la libertad de vivir un amor correspondido y el temor de sentirse descubierto.
Cuando los acontecimientos de 1984 se conectan con las consecuencias de 2019, Miente conmigo revela su carta más fuerte. No sólo es una historia sobre relaciones amorosas, también es un reflejo de aceptarse a uno mismo, de comprender el pasado, y de lo fácil que resulta juzgar las acciones ajenas bajo el egoísmo. Cada personaje en esta película vive en un infierno, y sólo la verdad sobre sus complejas relaciones y la empatía pueden salvarlos del mismo.
Aunque por momentos es cursi y pudiera parecer de nicho o ligera, se trata de una película universal con una poderosa reflexión. Tiene muy buenas actuaciones, un apartado visual encantador y, sobre todo, un demoledor desenlace. Más allá de hacer pasar un buen rato, Miente conmigo cumple su función de conmover a los espectadores y alentarlos a hacer las paces con su pasado.