Más fuerte que el destino (Stronger) – Crítica
Más fuerte que el destino, una cinta inspiracional basada en hechos reales suficientemente profunda, difícil de digerir y reflexiva con grandes actuaciones.
“¿Soy un héroe por haber estado ahí parado y que me volaran las piernas?” [“Am I a hero for standing there and getting my legs blown off?”]
Esta cita, una reflexión cruda, incómoda y admirable, con un poquito de humor negro –por el tono en el que el personaje la dice– y motivacional –por el momento en el que lo hace– son algunos de los elementos que aparecen en Más fuerte que el destino y cuyo entretejido logra una película inspiracional basada en hechos reales suficientemente profunda, recomendable para ver, difícil de digerir y reflexiva.
Durante los atentados del maratón de Boston en 2013, Jeff Bauman (Jake Gyllenhaal), un empleado de Costco, fue a echarle porras a su ex novia. Él estaba parado cerca de una de las bombas y perdió ambas piernas. Esta cinta se centra en el camino a su recuperación emocional y física, la relación que lleva con sus familiares, específicamente con su madre (Miranda Richardson), su pareja (Tatiana Maslany) y la lucha con él mismo.
Sin duda, los actores que interpretan a los personajes principales son el pilar y el éxito para contar esta historia. Gyllenhaal y Maslany, juntos y por separado, son extraordinarios. Él es quien aparece en más escenas desgarradoras, visual y mentalmente hablando, pero también en momentos tiernos y moderadamente cómicos, y en todos y cada uno se demuestra entregado a su papel. La interpretación de ella, por su parte, nunca pasa a un segundo plano frente a la situación de Gyllenhaal y su personaje. Maslany es quien carga con otros temas fundamentales en la película y los que la vuelven algo mucho mayor que una cinta inspiracional basada en hechos reales: culpa, catarsis y amor. Miranda Richardson, por su parte, interpreta un papel incómodo como la mamá alcohólica de Bauman y transmite muy bien su desobligación e imprudencia ante la situación. Pero, además del talento desbordante que tienen estas estrellas, hay otro involucrado al que habría que atribuirle la química y el desenvolvimiento que logran en pantalla: el director David Gordon Green.
Green ha estado a cargo de películas totalmente distintas a ésta, como Experta en crisis, Pineapple Express o Una loca película medieval. A pesar de haber dirigido otro tipo de temas, más banales y superfluos, Green sabe aportar la dirección actoral necesaria para poder hacer brillar a sus actores sin dejar de proyectar la densidad de la historia. Y todo lo logra a través de distintos niveles narrativos, unos más íntimos que otros para mostrar los mismos eventos pero con un impacto más y menos fuerte. Por ejemplo, al principio de la película el estallido de la bomba se ve a lo lejos, pero también lo llegamos a ver de cerca. Estos cambios se agradecen y preparan al espectador para tratar de afrontar y digerir paulatinamente la crudeza de la trama. Todo esto logra transmitir una historia de superación personal sin caer en el nacionalismo estadounidense que caracteriza a este tipo de eventos históricos y heroicos.
Hace un año se estrenó –en enero en Estados Unidos y en México en abril de 2017- una cinta sobre los atentados del maratón de Boston: Día del atentado, protagonizada por Mark Wahlberg, J. K. Simmons, John Goodman y Michelle Monaghan. Esta cinta se enfoca más en el coraje de una comunidad frente al terror, mientras que Más fuerte que el destino hace un retrato más personal de los eventos. La primera película, que en inglés lleva el título de Patriot’s Day, se siente mucho más patriota que la segunda y, aunque ésta sí cuenta con momentos nacionalistas, no satura ni cansa del todo con estos temas.
Más fuerte que el destino cuenta una historia impactante que es respaldada por sus actuaciones. Los medios retrataron a Jeff Bauman como un héroe nacional y, aunque la película sí propone y retrata estos momentos, también procura mostrar los demonios pasados y presentes con los que tiene que lidiar este héroe aun después de la tragedia, y como lo que es y será sin idealizarlo: un hombre.