Marcianos vs mexicanos – Crítica

Hay una línea muy delgada entre hacer una sátira sofisticada y una comedia burda. South Park a veces la cruza deliberadamente, pero por lo regular implementa humor negro para burlarse de acontecimientos reales sobre la actual cultura estadounidense. Los Simpson hace lo mismo pero suele ser menos controversial que la serie creada por Trey Parker y Matt Stone. ¿Y cómo embona Marcianos vs mexicanos en el tema? Satiriza los vicios y males inherentes a la sociedad mexicana, aquellos de los que menos orgullosos deberíamos sentirnos, pero camuflados con un aire pintoresco que tal vez podría funcionar en el papel pero deja mucho a desear en la ejecución.

Cuando un grupo de astronautas hace enojar a la vida inteligente de Marte se desata una invasión a la Tierra. A causa de su resistencia al armamento espacial, “Chacas” Reyes, su familia y vecinos se convierten en la última esperanza de la humanidad para acabar con la raza alienígena y su rey con “relleno cremosito” –chiste repetido hasta el cansancio en el largometraje–. La “hazaña espacial” es el pretexto para burlarse sin ton ni son de rasgos negativos de nuestra sociedad –la pobreza, el clasismo, el proceder policiaco– o abordar otros con tono despectivo –la forma en que los estadounidenses tratan y adjetivan a estos anti-héroes patrios, su falta de educación, el consumismo televisivo, de frijoles y fritangas–.

La comedia no sólo es de mal gusto, también retrata condescendientemente a la clase media baja, sus precariedades, y cada personaje es reduccionista y estereotipado. “Chacas”, por ejemplo, es un joven sin objetivos en la vida obsesionado con conquistar a una chica rubia y de otra clase social; todo ello mientras dice que su hermana es una fácil y que tiene cinco hijos de diferente papá –incluso enfatiza que ni sus gemelos tienen al mismo progenitor–. También tenemos a un policía de abdomen pronunciado y labia manipuladora con facilidad para la tranza, o a un joven “fresa” obsesionado con las selfies.

Aunado a ello, la confección de la película es misógina. Mientras que la hermana de “Chacas” posee curvas voluptuosas, escote y ropa entallada, la matriarca básicamente se dedica a cocinar, al “interés romántico” sólo le importa la popularidad y las apariencias; en tanto que la sobrina, el único personaje mexicano inteligente que aparece en la pantalla, es continuamente minimizada.

Todas estas carencias se desprenden de un desastroso guion lleno de buenas intenciones, pero desangelado, pues los chistes no surten el efecto deseado. Vamos, el filme de Rodolfo y Gabriel Riva Palacio –directores de todas las películas «de Huevos»– tampoco consigue más que esporádicas carcajadas con el uso del doble sentido, humor adulto ya asociado con la productora; sin embargo, nunca media entre el sentido simplón y el albur, presa de la indefinición.

En cuanto a la técnica de animación, no se nota una evolución visual en esta producción de Huevocartoon. Por el contrario, hay un retroceso al presentar un largometraje –el primero que no oscila en torno a los huevos– con dibujos planos, un pobre manejo de la perspectiva y una paleta de colores estridente. Ni siquiera el doblaje de Adal Ramones, Martha Higareda, Omar Chaparro, Angélica Vale ni los cameos de Raoul Ortiz y Andrés Vaca –los comentaristas de Televisa– son capaces revivir este apocalipsis animado tan distante de aquellas exitosas caricaturas anglosajonas.

Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!