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Cine

Luis y los marcianos – Crítica

09-08-2018, 11:01:27 AM Por:
Luis y los marcianos – Crítica

Una cinta que se esfuerza por agradar particularmente al público estadounidense, pero que resulta simpática, emotiva y, sobre todo, divertida.

Cine PREMIERE: 2.5
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Luis (Callum Maloney) nunca ha tenido una vida normal. Su madre murió cuando era pequeño y su padre Armin (Dermot Magennis), un «ufólogo» (y el «loco» del vecindario) empeñado en comprobar que la vida extraterrestre existe, no tiene tiempo para él. Luis no tiene muchos amigos y sufre de bullying en la escuela, pero su vida da un giro inesperado cuando tres marcianos chocan su nave espacial contra su casa. Los tres simpáticos alienígenas tienen una gran misión: conseguir un tapete masajeador y regresar a casa. Luis accede ayudarlos para así reivindicar a su padre. Por supuesto, nada sale de acuerdo al plan…

Unos de los primeros aspectos que llama la atención de la cinta es la elección de los directores alemanes Wolfang Christoph Lauenstein en situar la historia de Luis en un pueblo ficticio de los Estados Unidos. Los personajes, el lenguaje y el estilo visual van en concordancia con la locación, lo cual le da un estilo muy americanizado, un tanto forzado, a la película. Este aspecto resalta en particular ya que los cineastas y escritores alemanes se ganaron un Oscar en 1989 por Balance, un cortometraje animado de stop-motion de gran nivel artístico y narrativo. En los proyectos que siguieron, como la cinta The Fall de Tarsem Singh en donde trabajaron como animadores, continuaron en esta misma línea. Sin embargo, en esta cinta es muy difícil encontrar algún indicador en la cinta que te evoque a la calidad del trabajo de los gemelos Lauenstein. Este esfuerzo por agradar a un público norteamericano (posiblemente para también competir con las cintas de Pixar) la convierte en una comedia para niños del montón que no propone nada fresco en la temática, ni en la técnica de animación. Esta es la primera aventura en la animación infantil de los cineastas (y su primer largometraje), pero sería verdaderamente interesante ver otra propuesta de los hermanos, dentro de este mismo género, donde retomen su esencia creativa.

luis y los marcianos

En cuanto a la trama, la base de la historia nos presenta el arquetipo clásico del viaje del héroe, trabajado principalmente a través de la comedia. Aquí es donde entran nuestros tres simpáticos amigos alienígenas que, al estilo de los minions en Mi villano favorito, aportan ese elemento humorístico original que además resulta encantador. Mog, Nag y Wabo se meten en toda clase de problemas y embrollos que resultan genuinamente divertidos. Durante el segundo acto, las risas tanto de niños como adultos están aseguradas. El perfil de este trio dinámico, y la manera en como su historia se entreteje con la de Luis, es el aspecto más favorecedor de la película.

El elemento sentimental es también uno de los pilares de la cinta, ya que más que regresar a los marcianos de regreso a su casa, la verdadera misión titánica yace en la reconciliación entre padre e hijo. Mientras Luis ayuda a sus nuevos amigos a cumplir su objetivo, él se encuentra huyendo del director de la escuela. El director piensa que Luis estría mejor en un internado, lejos de su padre. Este aspecto, que resulta triste hasta cierto punto, es desarrollado orgánicamente a lo largo de la cinta, aunque su conclusión se siente un poco apresurada al final. También está el mensaje antibullying, el cual es tratado de una manera digerible pero a la vez contundente para que los pequeños puedan llevarse algo valioso después de ver el filme.

Luis y los marcianos es una cinta fácil, que se queda en su zona de confort. Sin embargo, esto no le quita lo simpática, emotiva y, sobre todo, divertida. Un buena opción para un día de cine para toda la familia.

Luis y los marcianos

autor Comunicóloga para quien el cine y la fotografía son las mejores maneras de ver la vida. Es fan de Sofia Coppola y la estética de Wes Anderson, añora décadas pasadas y piensa que todo el mundo debería irse en un road trip por lo menos una vez en la vida.
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