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Cine

La libertad del diablo – Crítica

16-03-2018, 10:09:30 AM Por:
La libertad del diablo – Crítica

Con su séptimo largometraje, el destacado documentalista mexicano Everardo González nos lleva a las entrañas del infierno y nos permite mirar al mal directamente a los ojos.

Cine PREMIERE: 5
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El mal tiene muchos rostros, especialmente en un país como el nuestro. Aquí, día a día, escuchamos historias que nos desgarran el alma de forma cada vez más profunda. Y aunque hemos perdido poco a poco la capacidad de asombro y de indignación, el destacado cineasta Everardo González logra sorprendernos con La libertad del diablo, quizá su mejor cinta hasta ahora.

Y aunque efectivamente el mal tiene muchos rostros, aquí el documentalista (con quien platicamos en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en 2017) nos muestra a la maldad con una misma apariencia. El séptimo título en la filmografía del responsable de Los ladrones viejos (2007) o Cuates de Australia (2011) se construye con entrevistas a víctimas y victimarios del crimen organizado; todos ellos, independientemente del rol que jueguen en el ciclo interminable de la violencia en México, utilizan una misma máscara.

A pesar de la similitud en sus máscaras, la mirada de quienes las portan, aunado a sus desgarradoras palabras, las van diferenciando poco a poco. Algunas se oscurecen debido a las lágrimas de una madre que narra la forma en la que descubrió que su hijo desaparecido estaba muerto. Otras más permanecen inertes ante el aterrorizante relato de quien ha llegado a matar a alguien por $200 pesos –niños incluidos–, y el resto nos dejan ver el conflicto de quienes portan un uniforme militar o judicial para cuidar a la ciudadanía pero que, al mismo tiempo, colaboran con el crimen organizado.

Las palabras de cada uno de ellos construyen panorama desolador, que logra hacernos entender cómo es que los mexicanos ya hemos creado una especie de coraza para resistir los golpes cada vez más duros de una delincuencia cada vez más despiadada. Aquí, como espectadores, comenzamos a sentir una especie de asfixia al no saber qué más hacer para poder sobrevivir a esta barbarie.

Y aunque La libertad del diablo se convierte en un documental profundamente doloroso, al mismo tiempo también es sumamente necesario para todos. Su llegada ocurre en un momento político muy importante en México. En estos tiempos en los que estamos por definir el futuro político de nuestro país, vale la pena que todos –especialmente los candidatos a la presidencia– conozcamos lo que realmente se vive en nuestra nación.

Apoyado de un gran equipo de producción –que incluye en la fotografía a la talentosa María Secco o en el guion al destacado periodista Diego Enrique Osorno–, con La libertad del diablo, Everardo González nos lleva a las entrañas del infierno y nos permite mirar al mal directamente a los ojos.

Y ahí, con esa máscara aterradora que llena la pantalla frente a nosotros, el documental nos hace entender que ese rostro atemorizante podría ser sustituido con el de cualquiera de nosotros. Porque aquí, en nuestro Mexico, todos estamos a la merced de esa maldad de mil caras. Porque aquí, en nuestro México, el diablo somos todos…

autor Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
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