La fiera y la fiesta: Oda a una figura olvidada del cine latinoamericano
Conversamos con Geraldine Chaplin y Udo Kier sobre la película más reciente de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas.
Entre recuerdos, ensoñación y fantasía, La fiera y la fiesta presenta una exploración inventiva sobre una de las dualidades inherentes dentro del oficio cinematográfico: por un lado, los temores, la ansiedad y el vértigo del proceso creativo; por otro, las formas en que el séptimo arte se convierte en un testamento audiovisual contra el olvido. Estrenado en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2019, el séptimo largometraje de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas llega finalmente este 20 de mayo a cines selectos de la República Mexicana.
El largometraje rinde tributo a la figura enigmática de Jean-Louis Jorge, cineasta transgresor que tuvo la oportunidad de crear obras de culto como La serpiente de la luna de los piratas (1973) o Mélodrame (1976) en Francia, y optó por regresar a su natal República Dominicana en la década de los 80. Lamentablemente, allí se toparía con múltiples dificultades ante la precaria industria fílmica local y su genio quedó opacado mucho tiempo a causa de su trágico y abrupto final. Jorge fue asesinado en su domicilio en marzo del 2000; un crimen que nunca fue esclarecido y sobre el cual se ha teorizado un potencial crimen de odio por su adscripción a la comunidad homosexual. Adicionalmente, la mayoría de sus cortometrajes y filmes están perdidos y otros apenas sobrevivieron la prueba del tiempo.
La directora Laura Amelia Guzmán era consiente del lugar de su tío ‘Don Jean’ en la historia del cine dominicano, pero no sería hasta una conversación con el realizador colombiano Luis Ospina que se volvió realmente consciente de su impacto en toda una generación de artistas latinoamericanos, aquellos con quienes convivió en París en los años 70. Con Ospina como cómplice, ella y su esposo Israel emprendieron una investigación exhaustiva sobre la vida y obra artística de Jean-Louis Jorge, aunque desde un inicio tuvieron claro que no querían hacer un documental o una biopic tradicional.
“[La fiera y la fiesta] es como una bábushka, que vas abriendo una muñeca y adentro hay otra, y otra, y otra, y así hasta el infinito, porque no se puede poner ninguna etiqueta a esta película”, asegura Geraldine Chaplin en entrevista con Cine PREMIRE. “¿Es un documental? No, no es un documental. ¿Es docuficción? No, no es un docuficción. No se le puede etiquetar. Es una cosa mágica, es fantasmagórica, es un delirio. Sí, hay una historia, pero no se puede asimilar desde una perspectiva lógica. Es un tobogán de locura”.
Una danza entre la realidad y la ficción
La siempre excepcional Geraldine Chaplin interpreta a Vera —personaje inspirado en la modelo Edwige Belmore—, una diva que anhela revivir sus viejas glorias a través de su última película. Ella está determinada a dirigir un proyecto que su amigo Jean-Louis Jorge dejo inconcluso. Para sacar adelante el musical titulado La fiera y la fiesta, Vera reúne en la paradisíaca ciudad de Santo Domingo a un trío de artistas con quienes colaboró en sus años dorados: el coreógrafo Henry (Udo Kier), el cinefotógrafo Martín (Luis Ospina) y el productor Víctor (Jaime Piña). Pero a medida que el rodaje avanza, los conflictos y el fantasma de la muerte comienza a rondar a la producción.
Partiendo de una premisa apócrifa, la dupla Guzmán y Cárdenas nos entrega un universo narrativo impregnado por la atmósfera exótica, libidinosa y experimental que caracterizó a la filmografía de Jorge. Es entonces que la ficción se intercala con fotografías auténticas, recortes de diarios, retazos de metraje de sus películas, memorias y relatos de la generación que convivió con él, hasta que el propio fantasma del autor dominicano se manifiesta dentro de un relato audiovisual con toques de vampirismo.
“Da mucho a pensar. Me encanta. No le da nada predigerido al espectador, lleno de ruido. Esta es una obra que hechiza. Incluso días después, sigo pensando en ella. Hay una coherencia onírica y loca en la película”, añade Chaplin.
Geraldine se enamoró del estilo del matrimonio dominico-mexicano tras ver su poderosa película Jean Gentil (2010) en el Festival de Cine de Lima. La actriz británica entraría en contacto con Laura Amelia e Israel para formar parte de su siguiente largometraje: Dólares de Arena (2014), una adaptación libre de la novela Les dollars des sables, de Jean Noël Pancrazi. Su papel como una turista francesa en una relación por conveniencia con una joven caribeña le valdría su segunda nominación al Ariel como Mejor actriz en 2016. No obstante, Chaplin cree que La fiera y la fiesta representará un mayor desafío para la audiencia.
“Tengo que admitir que nunca sabía exactamente lo que pasaba, ni era mi papel saberlo. Y tengo la ligera sospecha de que [Laura Amelia e Israel] tampoco sabían exactamente lo que hacían, pero sí sabían lo que no querían. Muchas de las capas se han fabricado en el montaje. Tenían cientos de horas de película”, confiesa Geraldine sobre el proceso de edición que tardó aproximadamente un año en completarse.
Este sentimiento es compartido por su coestrella Udo Kier. El veterano actor alemán escuchó por primera vez sobre Jean-Louis Jorge mientras filmaba la película erótica Story of O en la capital gala en 1975. Sin embargo, al igual que Geraldine, no tuvo la oportunidad de conocer su obra hasta el rodaje de La fiera y la fiesta. En el set estuvieron rodeados por productores, actores y amigos cercanos de Jorge, e incluso tuvieron la oportunidad de ver algunas de sus cintas durante una fiesta. Las escenas de aquella proyección también se emplearon en la película.
“[Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas] sabían muy bien lo que querían. No sé si obtuvieron cada cosa que querían, pero tengo el presentimiento de que terminaron satisfechos y felices con el resultado”, nos cuenta Kier. “Vi la película durante la competencia en Berlín. Me gusta mucho. Es una historia muy especial”.
El legado Chaplin
Udo Kier ha compartido créditos en cuatro ocasiones con Geraldine Chaplin a lo largo de su extensa e ilustre carrera. Además de La fiera y la fiesta, ambas leyendas de la actuación coincidieron en la película de acción germano-estadounidense BloodRayne (2005), de Uwe Boll; el drama fantástico canadiense El cuarto prohibido (2015), de Guy Maddin y Evan Johnson; y la comedia belga El emperador descalzo (2019), de Peter Brosens.
Con una trayectoria que incluye además producciones de Lars von Trier, Gus van Sant, Werner Herzog, Dario Argento o Alexander Payne, Kier no titubea al destacar cuanto atesora sus colaboraciones con la actriz tres veces nominada al Globo de Oro, a un premio BAFTA y ganadora del Goya a Mejor actriz de reparto por En la ciudad sin límites (2002).
“He trabajado con tantos actores en mi vida, en 50 años. Algunos necesitan ser la estrella, así que los dejo ser la estrella. Pero Geraldine [Chaplin] tiene los pies en la tierra. Ella es una persona normal y también le gustan las personas con los pies en la tierra, no del star system. No es pretenciosa, en absoluto. Geraldine es una persona maravillosa”, afirma el histrión teutón.
Dicha sencillez y espíritu colaborativo permitió a la vestuarista Laura Guerrero rescatar del clóset de Geraldine uno de los mayores tesoros que podemos ver en la película. “Me gustan mucho todas las escenas donde estoy en cama porque estaba usando un pijama de mi papá”, destaca la hija del legendario Charles Chaplin. “Es un pijama de seda rosado que era de una tienda impresionante en Inglaterra y que yo he guardado como un recuerdo de mi padre”.
Al cuestionarla respecto a sí la misma presión que atormenta a su personaje Vera y a la figura de Jean-Louis Jorge en La fiera y la fiesta —ese deseo por alcanzar cierto estatus de inmortalidad a través del arte— ha ocupado alguna vez sus pensamientos, Geraldine concluye:
“Lo que yo voy dejar es polvo. No tengo ninguna ambición de dejar algo, de ser recordada. Me interesa más el presente y lo que queda del futuro. Después, cuando uno se va. pues se va. Ya no lo sabré”, reflexiona.
La fiera y la fiesta ya está disponible en salas de cine en circuitos independientes y alternativos de México.