La duquesa – Crítica
Producción y actuación impecables, que tiene la mala fortuna de estrenarse tras una ola de filmes similares.
La duquesa tiene la mala fortuna que como película llega en un momento en que ya se han hecho un sin fin de dramas de época con fuertes personajes femeninos (este año, La otra reina y La vieja amante). Así, está condenada a sufrir comparaciones con filmes de ésta índole. Sin embargo, en su trama
La duquesa guarda un par de giros interesantes que la separan del montón, relatando la vida de Georgiana, Duquesa de Devonshire, en su extravagante vida política y personal, que incluye vivir con su esposo y la amante de éste.
Destaca la actuación de Ralph Fiennes, quien filme tras filme no deja de sorprendernos. Keira Knightley, quien parece ser la “reina del corsé”, con cintas como Orgullo y prejuicio o la trilogía de Los piratas del Caribe, hace su papel muy a la altura de sus previas interpretaciones.
Cinematográficamente hablando, no deja nada que desear. Está cuidado el arte, al igual que la foto, a cargo de Gyula Pados (Kontroll, 2003) reflejando lo más hermoso de las locaciones, brillantemente elegidas, así como los vestuarios, fácilmente explotables. La música, he de confesar, pasa un tanto desapercibida, aunque en determinados momentos tiene la fuerza suficiente para acompañar la situación emocional de la historia.
Utiliza diversos recursos narrativos que resultan refrescantes dentro del género y, en suma, es una buena cinta que ha sido erróneamente juzgada como “una más que se esfuerza demasiado en ser oscareable”.