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Cine

La 4a compañía – Crítica

06-04-2018, 10:44:56 AM Por:
La 4a compañía – Crítica

Los retratos que ofrece la magistral fotografía de Miguel López paradójicamente se embellecen por las crueles circunstancias que relatan.

Cine PREMIERE: 4
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Hacer una película de época en México no es tarea fácil. Aún menos cuando se quiere desmantelar la corrupción existente hace más de cuatro décadas en un penal que todavía se mantiene en pie y resguarda a algunos testigos presenciales de lo que se busca relatar y en la que estuvieron involucrados cabezas importantes del gobierno. Los directores y guionistas, Vanessa Arreola y Amir Galván, lidiaron con escasa información, numerosos obstáculos y realizaron entrevistas e investigación en archivos para sustentar La 4a compañía, una historia real, sorprendente, escandalosa –pero retratada con la mayor seriedad–, increíble y tristemente actual que les valió 10 premios en el Ariel 2017.

Con una fotografía magistral y un elenco coral en el que destacan Adrián Ladrón, Hernán Mendoza y Manuel Ojeda, se basa en una historia real nacida dentro de las paredes de Santa Martha Acatitla, para sacar a la luz la corrupción que tuvo lugar ahí en los años 70 durante el sexenio de José López Portillo y a las órdenes de Arturo El Negro Durazo, cuando los miembros del equipo de americano del penal eran conejillos de indias que de día practicaban el deporte de las tacleadas y de noche salían a robar con la colusión de las autoridades o bajo extorsión de las mismas. El filme es un drama realista y desgarrador en el que no todos sus personajes impactan de la misma manera y al que le cuesta trabajo mantener el pulso de la acción y la intriga, especialmente al principio, pues una vez que se sientan las cartas sobre la mesa, se desata un inaudito devenir de calamidades, crímenes y violaciones que van in crescendo, como una bola de nieve que rueda montaña abajo.

Sus postulados comienzan con el traslado de Zambrano (Ladrón) de un penal juvenil a las “ligas mayores”, donde pronto se une a Los Perros, el equipo de americano del penal que a su vez formaba La 4a compañía, grupo que controlaba la seguridad y movimiento de mercancías y drogas tras las rejas, pero que además perpetraba atracos mientras sus miembros cumplían sus sentencias, todo bajo el ala protectora de la autoridad.

Filmada en la misma cárcel donde sucedieron los hechos, además de ser un relato sobre el abuso de autoridad con escenas desgarradoras e infrahumanas torturas, expone la vulnerabilidad de los derechos humanos al interior de la prisión regida por la ley del más fuerte y el ojo por ojo, así como la perversión del esquema de reinserción social cuando se reduce a mera retórica política. Sin embargo, los directores centran tanto la vista en los hechos que pierden de vista a sus personajes, de quienes sólo podeos formarnos una idea a pinceladas.

Eso sí, los retratos que ofrece la magistral fotografía de Miguel López paradójicamente se embellecen por las crueles circunstancias que relatan: un cúmulo de hombres carcomidos y privados de su libertad en todo sentido, voluntades coaccionadas y deformadas por la corrupción que los baña a diario. Llama la atención que las imágenes sean tan bellas cuando los escenarios son todo menos preciosistas, pues La 4a compañía se filmó al interior de Santa Martha y sus paredes, patios y celdas denotan la miseria que encierra. Es de aplaudir el colosal esfuerzo de Arreola y Galván por imprimirle realismo, veracidad y darle voz a los sin voz; ésa es su mayor fortaleza más allá de los premios que pueda o no cosechar.

autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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