Kong: La Isla Calavera – Crítica

Recién terminó la guerra de Vietnam, y un grupo de militares reciben la indicación de acompañar a unos científicos a investigar una extraña isla y lo que ocurre en ella. Tenemos así al explorador interpretado por Tom Hiddleston, a los científicos que son John Goodman, Corey Hawkins (24 Legacy) y Tian Jing –asumo que también es científica, porque sólo le habla a ellos– y los militares donde encontramos actores como Thomas Mann (Yo, él y Raquel) Toby Kebbell (Ben-Hur) y el mismísimo Samuel L. Jackson, además de tener a la periodista fotográfica interpretada por Brie Larson.

Al llegar a la Isla Calavera, la primera secuencia de acción es brutal. Mientras que en Godzilla nos tardamos en ver y contemplar al kaiju, el director Jordan Vogt-Roberts presenta al rey en todo su esplendor, destruyendo aquello que está a su paso y a plena luz del día. No hay piedad para los humanos que han llegado a invadir la isla.

Todas las criaturas que aparecen en la película están sólidamente construidas, imponen frente al tamaño de los humanos y la gran mayoría son una amenaza en todo momento. El CGI sorprende y entra en este apartado de producciones que combinan personas con “animales” en un mismo cuadro como Una aventura extraordinaria (Ang Lee, 2012) y El libro de la selva (John Favreau, 2016).

Pero mientras Kong y las criaturas son el platillo principal de la historia, el factor humano se descuidó casi en su totalidad. Tom Hiddleston es un actor que ha mostrado tener un gran carisma y química en la pantalla, con la audiencia, pero esto no lo salva de interpretar a un personaje que carece de un arco narrativo interesante. Los científicos (Goodman, Hawkins y Jing) fueron el pretexto para llevarnos a la isla, pero fuera de eso son totalmente reemplazables. El conflicto del militar Toby Kebbell es tratar de escribirle más que “Dear Bobby” en una carta a su hijo pero, por increíble que parezca, fue una de las historias más profundas en la película.

Quienes se roban la película –dentro del departamento de humanos– fueron John C. Reily y Samuel L. Jackson. Mientras el primero ofrece un comic relief agradable (que hacia el final más bien se transforma en un drama familiar), Jackson dota a su personaje de matices y una locura cercana a lo que sería un personaje de Apocalipsis ahora, sin duda lo más llamativo de la trama.

Brie Larson, por su parte, deja mucho qué desear con su personaje Mason Weaver (en entrevisa con el director, nos señaló que era una clara referencia a Sigourney Weaver y su personaje en Alien). El problema con la fotógrafa periodística recae no sólo en la pobre interpretación de Larson, sino que no tenía mucho material sobre el cual trabajar, además la dirección y edición hacen que se torne molesto cada momento en que saca su cámara. Sí, entendemos que ésa es su profesión, pero a la hora de tomar fotos, los realizadores decidieron que era buen momento de explorar el soundtrack setentero y ofrecernos secuencias parecidas a un montaje turístico. “Ven y conoce la Isla Calavera, más mágica que nunca”.

Dentro de este universo de kaijus que creó Legendary Pictures con Warner Bros., Kong: La Isla Calavera es hasta ahora la cinta más entretenida, aunque teniendo como referenica únicamente a Godzilla (Gareth Edwards, 2014), la tarea no era muy complicada que digamos. Y sí, espérense hasta el final para ver una de las más emocionantes secuencias post-créditos… y no tiene nada que ver con superhéroes, sino con criaturas gigantes, los verdaderos reyes del planeta.

Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.