Joaquin Phoenix, a punto de enloquecer debido a su pérdida de peso para Joker
No interpretes al Guasón si no estás dispuesto a enloquecer.
Para el histrión que ha triunfado en Cannes y que ha sido nominado al Oscar tres veces, la entrega absoluta al papel interpretado es una tarea obligada. Recurrir a un método extremo de actuación no sólo conlleva retos en materia emocional sino, incluso, física. Christian Bale (El maquinista) y Jared Leto (Dallas Buyers Club), por ejemplo, son algunos ejemplos de actores que han estado dispuestos a cambiar su físico, bajando o subiendo de peso drásticamente para un personaje. Sin embargo, Joaquin Phoenix tras su participación en Joker, donde perder 23 kilogramos fue el reto… y razón de casi enloquecer.
En una entrevista concedida a ET Canada, el intérprete ovacionado en Venecia mencionó dos caminos que usó para meterse a la figura del Guasón:
«Lo primero fue la pérdida de peso, eso es realmente con lo que comencé. Como resultado, eso impacta en tu psicología. Realmente empiezas a enloquecer cuando pierdes tanto peso en esa cantidad de tiempo. También hay un libro sobre asesinos políticos que consideré interesante, y desglosa los diferentes tipos de personalidades que hacen el tipo de cosas que yo hago en la película».
Antes de Joker, Joaquin Phoenix, de 44 años, ya guardaba un historial de perdición dentro de la mentalidad y el físico de sus personajes. Screenrant rememora Walk the Line (2005) donde encarnó a la leyenda de música country Johnny Cash; y I’m Still Here (2010), falso documental en que el histrión presuntamente narra su vida después de que desistiera de la actuación y comenzara una carrera como cantante de hip hop.
La cinta dirigida por Todd Philips presenta los orígenes del icónico villano de DC de una manera nunca antes vista en la pantalla grande. De acuerdo con el director, la cinta consiste más en un estudio de personaje, inspirado en largometrajes como Taxi Driver y Atrapado sin salida.
Joker llegará a salas mexicanas el próximo 4 de octubre.
Antonio G. Spíndola Tengo muy mala memoria. Por solidaridad con mis recuerdos, opto por perderme también. De preferencia, en una sala de cine.
