Game of Thrones «The Bells»
La batalla por Desembarco del Rey ha terminado con resultados catastróficos. Uno de los episodios más sangrientos en toda la historia de Game of Thrones.
ADVERTENCIA: La siguiente crítica incluye spoilers
Game of Thrones siempre se ha caracterizado por la brutalidad de su historia, la cual ha sido especialmente palpable en sus muertes y batallas. Ni siquiera estos antecedentes nos prepararon para lo visto en “The Bells”, que bien podría ser etiquetado como el más trágico de todos sus episodios, con una sangrienta matanza que selló la caída definitiva de Daenerys Targaryen.
La trama fue construida con enorme destreza, pues comenzó con un ritmo semilento que exhibió los últimos vestigios de cordura de la dragona y que fue aumentando en intensidad con el paso de los minutos hasta caer en un caos absoluto que puede resumirse perfectamente con el propio lema de los Targaryen: sangre y fuego.
Aunque la debacle de la fémina ha sido especialmente evidente en esta temporada final, las bases de su locura fueron establecidas desde hace varios años, pues han sido muchas las ocasiones en que los diferentes habitantes de Westeros han hablado sobre la demencia que siempre aquejó a su familia como consecuencia del incesto. Por ello, el hecho de que Daenerys Targaryen calcinara Desembarco del Rey no es una decisión narrativa abrupta, sino el desenlace de un arco sumamente elaborado que comenzó cuando su propio padre, Aerys II Targaryen, conocido como el Rey Loco, fracasó en su intento de destruir la ciudad capital con fuego valyrio.
Desde su concepción literaria, los dragones han sido considerados una analogía del poder nuclear que suele ser dominado por unos cuantos. Hoy más que nunca, Game of Thrones capturó esta simbología, con secuencias sangrientas y crudas que no distinguieron a los ejércitos de las mujeres y los niños. Nadie mejor que Arya Stark para atestiguar esta brutalidad, con edificios devastados y cuerpos calcinados por doquier, en lo que bien podía ser considerado una auténtica zona de desastre.
El episodio también resolvió de buena manera el destino de Cersei Lannister, en la que bien podría considerarse una de las muertes más importantes de toda la serie, al lado de la Víbora Roja, Ned Stark y la mítica Boda Roja. A lo largo de casi ocho temporadas completas, todos nos preguntamos cómo sería la caída de la peor villana de los Siete Reinos, así como quién ejecutaría la sentencia. Aunque es fácil pensar que su deceso fue demasiado pacífico para todo el mal que provocó, lo cierto es que fue una aniquilación lenta y dolorosa que se extendió durante todo el episodio. Después de todo, la leona confiaba en que sus hombres serían capaces de contener la amenaza, pero al final sólo pudo atestiguar la masacre desde lo más alto de su torre. En el camino se quedó completamente sola, pues su perturbado maestre Qyburn fue ejecutado por su propia creación. Al final, sólo le quedó el apoyo de Jaime, quien a pesar de sus esfuerzos, no pudo hacer nada por salvar la vida de la mujer que amaba, ni del hijo que llevaba en el vientre.
Con los últimos libros de Canción de hielo y fuego pendientes de ser publicados, resulta difícil saber si la profecía de Maggy realmente se cumplió: “y cuando las lágrimas te ahoguen, el valonqar te rodeará el cuello blanco con las manos y te arrebatará la vida”. Estas palabras forman parte del impreso, pero fueron excluidas de la adaptación, por lo que sólo queda especular sobre una importante alteración del material de origen o una interpretación muy distinta a la que imaginamos. Después de todo, la soberana murió en medio del llanto y con su hermano rodeándola en un intenso abrazo, o como dijera el guerrero en la primera temporada, “las cosas que hacemos por amor”.
A pesar de estos aciertos, el capítulo cometió algunos errores que le privaron de la perfección. En la parte técnica, el episodio tuvo una recaída en sus efectos visuales, no con Drogon, que luce cada vez más imponente, sino en algunas secuencias de batalla entre las que figuran la avanzada de los Inmaculados para entrar en Desembarco del Rey, así como el brutal duelo entre los hermanos Clegane, cuyo evidente uso de la pantalla verde durante algunos momentos le hizo parecer más una extensión de 300 (2006) que un episodio de Game of Thrones. Este descuido fue especialmente extraño, ya que la misma secuencia incluyó uno de los planos más brillantes en lo que va de esta temporada.
En la parte narrativa, la Compañía Dorada fue simplemente decepcionante, pues aunque nadie pensaba que contendrían las armadas de Daenerys Targaryen, al menos se esperaba un poco más de batalla. Basta decir que los modestos hombres del hierro comandado por Euron Greyjoy hicieron más por la corona que esta mítica armada.
A esto sumemos que muchos de los sucesos exhibidos resultaron predecibles. Como ya se mencionó anteriormente, esto es consecuencia directa de una construcción narrativa que se acerca cada vez más a su fin, pero igual es un poco decepcionante cuando recordamos que la serie siempre se apoyó en la compleja naturaleza humana para dar toda clase de vueltas de tuerca. Al final, Daenerys, Cersei, Jon y Jaime se limitaron a hacer sólo lo que se esperaba de ellos. Curiosamente, las sorpresas llegaron de personajes más inesperados como Sandor Clegane y Varys: el primero selló su amistad con Arya al impedir que se convirtiera en una simple asesina; el segundo aprovechó a sus pajaritos para propagar la identidad de quien fuera conocido como el Bastardo de Invernalia.
Game of Thrones está cerca de llegar a su fin, pues queda sólo un capítulo para saber quién será el gran ganador en la lucha por el Trono de Hierro, ¿de qué lado están?
Los 5 mejores momentos
La entrada en Desembarco del Rey
Se pensaba que las poderosas ballestas colocadas en todos los rincones de Desembarco del Rey contendrían al último dragón de Daenerys Targaryen, pero la enfurecida contendiente al Trono liberó toda su furia en un brutal ataque que garantizó el fácil acceso de sus hombres. La ciudad capital estaba tomada.
El adiós de Tyrion y Jaime
Tyrion y Jaime protagonizaron uno de los momentos más emotivos de todo Game of Thrones, cuando el menor de los leones libera a su hermano para que le ayude a evitar una matanza en la capital, al tiempo que le agradece por todo el cariño mostrado desde que era un niño. Conscientes de que será su último encuentro, ambos personajes se funden en un caluroso abrazo.
La última misión de Arya
Las palabras del perro hicieron que Arya entrara en razón sobre su futuro, pero esto no evita que la loba aún tenga un par de ojos por cerrar. Luego de un escape desesperado por la supervivencia, la chica sin rostro parte en busca de esa mirada verde que muy probablemente marcará el último nombre de su lista.
La muerte de Cersei
¿Cómo morirá la tiránica Cersei Lannister? Nos lo preguntamos por años, ignorantes de que sería en una espiral de sangre, fuego, desesperación y soledad. Al final, resulta irónico que quedara sepultada bajo los escombros de la urbe que nunca quiso abandonar.
Las campanas
Su sonido significaría la rendición de la ciudad. Nada de esto importó a una enfurecida Daenerys Targaryen, quien descargó toda su ira contra los inocentes habitantes de la capital. Gusano Gris tampoco fue de gran ayuda, pues su ira por la ejecución de Missandei le lleva a encabezar la masacre en tierra. El resultado fue uno de los episodios más sangrientos en toda la historia de Game of Thrones.