Game of Thrones «The Last of the Starks»
Un episodio doloroso, que combinó crueldad, dolor e intriga, para complicar aún más la trama rumbo a la batalla final por los Siete Reinos.
ADVERTENCIA: Esta crítica contiene spoilers
La séptima temporada de Game of Thrones nos hizo soñar con la posibilidad de ver a Daenerys Targaryen y Jon Snow juntos en el Trono de Hierro. Aunque la posibilidad sigue latente, esta temporada final nos ha recordado que los finales felices no tienen cabida en un mundo sumido en la lucha por la supervivencia y el poder.
“The Last of the Starks” es uno de los episodios que mejor han capturado esta premisa, pues todas las muestras de confianza, lealtad o camaradería surgidas para enfrentar al invierno en «The Long Night» empiezan a resquebrajarse para regresar a la cruda realidad que ha dominado a Westeros por años. Esto abrió paso a toda clase de rompimientos políticos y afectivos que prometen cimbrar las bases de los Siete Reinos rumbo a la batalla final.
Los primeros son los más evidentes, con una dragona recelosa ante la popularidad del lobo, dudosa de la fidelidad de su Mano y cada vez más molesta ante los desplantes de la Dama de Invernalia. Esto he repercutido en Tyrion y Varis, dos de sus piezas más importantes y con tantas dudas sobre la salud mental de su reina que han empezado a especular sobre posibles alternativas que garanticen lo mejor para los Siete Reinos. Más interesante aún fue que estos sucesos llevaron a un dialogo sumamente arriesgado, en el que ambos personajes discuten si un hombre tendría mejor aceptación en el poder, convirtiéndose así en una dura crítica, pero también en un potente reflejo del mundo en que vivimos.
La Rompedora de Cadenas también ha perdido potencia militar en el último tramo de la carrera. Sus tropas quedaron gravemente mermadas tras el gélido enfrentamiento, mientras que sus problemas se acentuaron con las muertes de Missandei y Rhaegal. La baja de la criatura es preocupante en este punto de la trama, pero también el de su confidente, pues además de perder una buena amiga, el deceso podría repercutir directamente en el accionar de Gusano Gris.
El caso de Jon Snow es distinto, pues mientras se empeña en rechazar el poder, cada vez son más los que lo claman. No sólo los mencionados consejeros de Daenerys, sino la propia Sansa Stark, quien incluso rompió su juramento para buscar el apoyo de Tyrion cuando este confesó sentir un poco de miedo por su soberana.
No menos importantes fueron los rompimientos afectivos, pues aunque parezcan conflictos meramente personales y de poco impacto en la trama central, todos podrían influir de manera importante en el desenlace. Bronn demostró que no entiende de alianzas cuando de ambición se trata y aunque actualmente está con Daenerys, su posición podría cambiar ante los altibajos de la dragona.
Tormund abandonó el sur para regresar a la libertad del norte, llevándose consigo a Fantasma. No descartemos su retorno, pues su despedida de Jon Snow dejó muy en claro que cuenta con el apoyo salvaje en caso de necesidad.
Arya desechó cualquier romance para viajar a Desembarco del Rey y sellar la profecía de los ojos verdes. Todo apunta a que su siguiente víctima será Cersei Lannister, pero no olvidemos que la Daenerys televisiva tiene su mirada de este mismo color, aun cuando en el libro son violeta. En el camino dejó a Gendry, cuyo reconocimiento a cargo de la propia dragona podría ubicarlo con verdadera fuerza en la carrera por el trono.
Y finalmente Jaime Lannister, quien rompió el corazón de Brienne de Tarth al dejarla para partir en ayuda de su hermana, ¿o será para condenarla? No lo descartemos, pues las profecías impresas dicen que la leona morirá a manos de un hermano, mientras que el guerrero se hizo con el infame mote de “Matarreyes” por el asesinato de Aerys Targaryen cuando este puso en peligro mortal a todos los habitantes de la ciudad capital. Con la guerra final en puerta, quizá sea momento de tomar la decisión más difícil de su vida.
Un episodio redondo y que capturó algunos de los elementos que siempre han caracterizado aGame of Thrones en su estado más puro, como la crueldad, el dolor y la intriga. Faltan dos episodios y la lucha por los Siete Reinos luce más enredada que nunca y la única certeza es que, tal y como la producción adelantó hace tiempo, el final dejará una sensación agridulce en todos nosotros.
Los 5 mejores momentos
El adiós de Fantasma
Jon Snow es consciente de que su futuro es complicado y en una última muestra de afecto, deja a Fantasma en manos de Tormund para que este lo libere en el Norte. Un adiós sumamente doloroso, pues el norteño prefiere evitar cualquier muestra de afecto al temer un cambio de opinión. Con un poco de suerte, los volveremos a ver juntos.
El breve romance de Jaime y Brienne
Tras varios años implorándolo, “The Last of the Starks” finalmente selló el romance entre Jaime y Brienne. La magia duró poco, pues el león rompe cualquier relación al partir en busca de su hermana, recordando que siempre ha hecho todo por ella y ahora no será la excepción.
Un dragón menos
Daenerys Targaryen había perdido un dragón más allá del Muro. Ahora cayó el segundo, Rhaegal, interceptado por las gigantescas flechas de Euron Greyjoy. Una muerte inesperada por cómo sucedió y que deja a la reina en una posición sumamente frágil.
Información
Dos de los hombres más brillantes de Westeros discuten el futuro de Daenerys Targaryen tras descubrir la verdadera identidad de Jon Snow. Tyrion se empeña en casarla con el norteño; Varys piensa que lo mejor sería desecharla para darle el trono al guerrero. Esta traición podría costarle la vida al Eunuco, recordando que Melisandre anticipó su muerte en una tierra extraña.
Dracarys
La Madre de Dragones ha sufrido incontables bajas recientemente, pero ninguna parece tan crítica como la de Missandei, cuya ejecución pareció colmar la paciencia de la soberana. Quizá Cersei pague por ello, pero también todos los habitantes de Desembarco del Rey, que ya saben lo que es sufrir la ira de un Targaryen fuera de control.