Game of Thrones “A Knight of the Seven Kingdoms”
Game of Thrones sorprende con un episodio que se olvida de viejas fórmulas para explorar la intimidad de Invernalia en vísperas de su más cruenta batalla.
ADVERTENCIA: Esta crítica contiene spoilers
Los episodios más memorables de Game of Thrones suelen caracterizarse por su dramatismo, su intensidad e incluso su violencia. Sin embargo, es difícil recordar uno que haya conquistado por su emotividad, tal y como sucediera con “A Knight of the Seven Kingdoms”.
Era fácil pensar que las tensiones vistas en “Winterfell” aumentarían con la llegada de Jaime Lannister y la cercanía de los Caminantes, para luego explorar los heroicos preparativos rumbo a la gélida batalla. Pero el mundo creado por George RR Martin no deja de sorprendernos, pues lejos se seguir viejas fórmulas, se inclina por una narrativa lúgubre, intimista y sumamente nostálgica que muestra a los defensores de Invernalia casi resignados a una muerte segura y que buscan la mejor forma de aprovechar sus últimas horas.
Para lograrlo, la trama restó prioridad a los grandes contendientes al Trono de Hierro para centrarse en los personajes que, sin aspirar a la gloria de los Siete Reinos, han jugado un rol determinante a lo largo de la serie. Esto incluye favoritos como Arya, Tyrion y Jaime, pero también secundarios como Brienne, Samwell y Gusano Gris, quienes dejan de ser simples fichas del juego de tronos para ser humanizados y así reflejar la complejidad de toda persona. Tyrion y Jaime Lannister ríen sobre lo irónico que será caer al lado de viejos enemigos; Arya Stark se olvida temporalmente de su experiencia asesina para entablar una breve relación con Gendry; Samwell Tarly rememora sus hazañas bélicas sin perdonarse por haber robado un libro; Davos Seaworth recuerda su supervivencia en grandes batallas sin ser un guerrero; Gusano Gris y Missandei planean un futuro que quizá nunca llegue. Al final, la oscuridad y el silencio que dominan los primeros minutos se quiebran frente a la camaradería, la música y la tenue esperanza de un mañana. Resulta irónico que esta unión sólo llegara tras años de batallas, pérdidas en todos los bandos y una auténtica necesidad. Es así como Game of Thrones vuelve a demostrar que, a pesar de sus tintes fantásticos, su mayor riqueza recae en el realismo de su historia y sus personajes.
Mientras los guerreros parecen haber sellado la paz, los grandes líderes se empeñan en mantener las distancias. Daenerys Targeryen se niega a aceptar el secreto de Jon Snow; no conforme con esto, la dragona batalla por entablar una amistad con una Sansa Stark que insiste en la libertad de su reino. Este segundo duelo es especialmente importante, pues la llamada Rompedora de Cadenas deberá demostrar si está a la altura de su mote.
Esta rivalidad también sobresale en el que bien podría ser considerado el episodio con más fuerza femenina, todo un logro si consideramos que la serie ha sido continuamente acusada de misoginia a pesar de sus poderosas mujeres. Las soberanas hablan sobre la renuencia de los pueblos a aceptar una fémina en el poder; Arya se niega a desnudar a Gendry y le exige hacerlo él mismo; Lyanna Mormont, quien no deja de conquistarnos con cada aparición, vuelve a demostrar su valor al empeñarse a combatir junto a sus hombres. Más memorable aún fue el caso de Brienne de Tarth, quien luego de enfrentar toda clase de humillaciones, es concedida con el máximo honor al ser nombrada caballero de los Siete Reinos.
La trama también abrió paso a nuevas especulaciones alrededor de Bran Stark, cuya supervivencia requerirá una combinación integrada por sus cualidades místicas, las armas de Theon Greyjoy y la inteligencia del propio Tyrion Lannister. Después de todo, la Mano de la reina se mostró muy interesado en el viaje del joven, lo que aunado a su intelecto y su bien conocida pasión por la lectura, podría dar la clave para superar la Larga Noche que se avecina.
Quizá no tuvo la espectacularidad de otros episodios, pero “A Knight of the Seven Kingdoms” tiene todo para ubicarse entre los mejores episodios de esta temporada final. No sólo tuvo una trama redonda, sino única en su estilo, al explorar facetas nunca vistas en estos personajes y demostrar que a pesar del éxito garantizado, la producción seguirá arriesgando hasta su último capítulo. Si no alcanza la calificación perfecta, sólo es porque Game on Thrones nos ha dado capítulos todavía más grandes, una selecta lista que probablemente aumentará conforme se acerque el desenlace.
Los 5 mejores momentos
Los juicios de Jaime
El trailer del episodio nos hizo temer lo peor para Jamie Lannister, uno de los hombres más odiados por Daenerys Targaryen y Sansa Stark. Al final, el león fue redimido gracias a la oportuna intervención de Brienne, pero también al silencio de Bran Stark, quien poco después pareció profetizar su caída.
4. Tormund Matagigantes
Mientras “Winterfell” batalló con el humor, “A Knight of the Seven Kingdoms” hizó un estupendo trabajo en aligerar la tensión con Tormund Matagigantes, quien no puede ocultar su emoción al reencontrarse con Brienne de Tarth, sus celos ante Jaime Lannister y su alegría ante el ascenso del nuevo caballero de los Siete Reinos.
3. La loba y la dragona
Justo cuando parecía que Sansa y Daenerys limarían asperezas, las soberanas se distancian aún más ante el deseo de la loba por mantener la soberanía de su reino. En caso de sobrevivir a los Caminantes, será interesante ver cómo se desarrolla este arco.
2. La revelación
Sólo era cuestión de tiempo para que Daenerys se enterara de la verdadera identidad de Jon. La revelación fue tan íntima como el resto del episodio, con la estatua de Lyanna Stark como único testigo. Nos quedamos con ganas de conocer la reacción de la dragona, aunque de primera instancia no fue la más positiva. Veremos si esto cambia tras la guerra.
1. Ser Brienne
Aunque se encuentra entre las grandes guerreras de los Siete Reinos, Brienne de Tarth no poseía el título de caballero por tradición. Jaime Lannister desafió las viejas costumbres al nombrarla en una modesta, pero emotiva ceremonia que ya se ubica entre los momentos más conmovedores de todo Game of Thrones.