Fiesta de Navidad en la oficina
Aunque no está a la altura de otras películas "de fiesta", Office Christmas Party es una buena opción de la temporada que se aleja de la temática familiar.
La cartelera comercial de fin de año suele estar plagada de películas familiares navideñas cursis y sosas; rara es la ocasión de encontrar una comedia irreverente que además, transcurra justo en esta época del año. Eso es Fiesta de Navidad en la oficina.
Tras ver el trailer y la publicidad, uno no puede evitar recordar las típicas películas de desmadre, desde aquella clásica Despedida de soltero (1984), hasta la más reciente trilogía de ¿Qué pasó ayer? Pero Josh Gordon y Will Speck, los directores del filme, pretenden ir más allá de la simple anécdota de la pachanga fuera de control. La presidenta de una compañía de computación (Jennifer Aniston) amenaza con cerrar la filial de Chicago cuyo gerente es su malcriado hermano (T.J. Miller), a menos de que éste consiga una importante venta con un cliente. Para impresionar al cliente, y poder salvar los empleos de 200 personas, el gerente y su jefe técnico (Jason Bateman) deciden invitarlo a la fiesta de Navidad y hacer de ésta un evento apoteótico. Como es de suponerse, en medio de las subtramas de algunos empleados, la fiesta se convertirá en una orgía de alcohol y excesos mientras los puestos de trabajo penden de un hilo.
Gordon y Speck, a través del guion de Jon Lucas, Scott Moore y Dan Mazer pretenden establecer, con los empleos dependiendo del capricho de una insensible ejecutiva, un toque social al mostrar lo desamparado que está el hombre trabajador común ante la cultura corporativa, el capitalismo salvaje actual y la voracidad de los CEOs. Sin embargo, la intención se queda corta, el guion no logra aterrizar ese llamado de atención social que sí puede encontrarse en otras comedias como Las locuras de Dick y Jane (2005) o Robo en las alturas (2011); dicha intención se pierde entre tanto despapaye.
Aún con ese débil eslabón en el guion, es el elenco y los hilarantes gags los que sostienen el filme. Los directores ya habían trabajado antes con Bateman y Aniston en la película The Switch (2010) y ambos actores lograron muy buena química entre ellos y ante el público. Y para muestra, está también su participación en Quiero matar a mi jefe 1 y 2, otros filmes que criticaban el mundo laboral. No pierdan tampoco las escenas de Kate McKinnon (Cazafantasmas), como una rígida vigilante de las normas godinescas, y otros comediantes que ponen en alto el nombre de la escuela Saturday Night Live.
Así, el humor de Fiesta de Navidad en la oficina no apela a la inteligencia; pero tampoco cae en lo escatológico o en lo ramplón. De hecho, en la cartelera navideña de cine, televisión y streaming, resulta ser una propuesta muy refrescante, sobre todo para quien se siente empalagado con la melcocha de tantos filmes familiares navideños.