Estafadoras de Wall Street – Crítica
Como un thriller o una cinta de crimen, propone poco. Como un filme feminista, esta película es una de las sorpresas más gratas del año.
Cuando se trata de contar una historia basada en hechos reales a través del séptimo arte todo se trata del guion y la voz que recuenta los hechos para llegar del punto A al punto B. Especialmente considerando que es muy probable que gran parte de la audiencia ya conozca el desenlace de la historia. En el caso de Estafadoras de Wall Street, uno no necesita conocer el artículo de la periodista Jessica Pressler publicado en la New York Magazine que inspiró la cinta, pues un vistazo al trailer es suficiente para conocer el destino de estos personajes. Sin embargo, es justamente la mirada tridimensional de la directora y guionista Lorene Scafaria que va más allá del brillo, el glamour y los cameos de celebridades como Cardi B y Lizzo la que ha convertido a Estafadoras de Wall Street en una de las sorpresas más gratas del año.
Ramona (Jennifer Lopez) es la mejor stripper de Moves, uno de los clubes favoritos de los banqueros de Wall Street en Manhattan. Destiny (Constance Wu) es la chica nueva en el club que escogió la vida de la noche con la intención de forjarse un mejor destino. Ramona y Destiny pronto entablan una amistad y complicidad entrañable dentro y fuera del club, y de la noche a la mañana este dúo dinámico empieza a ganar miles de dólares. Pero cuando la crisis financiera de 2008 amenaza con destruir su estilo de vida, Ramona –con la ayuda de Destiny, Mercedes (Keke Palmer) y Annabelle (Lili Reinhart)– tiene que crear un nuevo –y peligroso– plan para seguir atrayendo a los clientes al club.
Desde un principio queda muy claro que el plan de las estafadoras está lleno de hoyos y está destinado al fracaso. Sin embargo, esto nunca pretende ser el pilar de la historia. Más bien, el objetivo de la cinta es enfocarse en las dinámicas complejas de este grupo de mujeres y el empoderamiento femenino. En esta cinta los hombres pasan a un segundo plano, e incluso cuando las subtramas románticas inevitablemente se filtran en la narrativa, los hombres tan sólo son un recurso para mostrarnos otra faceta de cada una de estas mujeres y conocerlas más a fondo. En esta cinta, los hombres pasan a ser las figuras sin voz, en vez de las strippers.
Mientras que la publicidad de la cinta amablemente nos recuerda que Ramona podría darle su primer Oscar a J. Lo –sí, esta es la mejor actuación de Jennifer Lopez hasta la fecha– la verdadera fuerza actoral de la cinta es Constance Wu. Lili Reinhart y Keke Palmer se hacen notar a lo largo de la película por aportar el factor cómico a la trama. En esos momentos donde el suspenso y estrés se encuentran a tope, una diálogo de Mercedes o Annabelle siempre logra aligerar el ambiente.
Juzgándola como una película de crimen o un thriller, la trama de la cinta no aporta nada realmente original o sustancial. Sin embargo, el gran aliciente de Estafadoras es el elenco y los diálogos que nos adentran en la psique de estas mujeres y las decisiones que las llevaron a elegir el mundo de la noche. No importa que ya conozcamos el desenlace de la historia desde que entramos a la sala de cine, este es un filme sobre la amistad entre mujeres con toques feministas que navega el drama, el suspenso y la comedia de manera muy efectiva y que atrapará a todo tipo de audiencias.