Hollywood en huelga, ¿cómo llegamos hasta aquí?
Te explicamos de qué se trata de huelga de escritores en Hollywood.
A media noche del 2 de mayo pasado, Hollywood oficialmente se paralizó. Los miembros del Writers Guild of America (WGA, el sindicato de escritores de EE. UU.) se declararon en huelga para exigir a los estudios de televisión y cine, una compensación justa por su trabajo.
Ésta no es la primera vez que Hollywood se detiene debido a una pelea entre los escritores y los estudios, en realidad es la sexta. La primera huelga de la WGA ocurrió en 1960 y duró casi cinco meses. Luego sucedió 1973, 1981, 1985 y, la más larga, en 1988. Ésta última duró 153 días. El paro más reciente, en 2007, duró «sólo» 100 días, pero fue suficiente para poner de rodillas a toda la comunidad.
Y es que ésta es una situación que afecta no sólo a los escritores. Cuando las personas que trabajan en cine y televisión –carpinteros, diseñadores de producción, personal de vestuario, mezcladores de sonido, camarógrafos, artistas gráficos, servicios de catering, etc.– pierden sus salarios, todos ellos dejan de gastar en restaurantes y peluquerías y tintorerías…
Si la huelga se prolonga durante meses, tal vez llegue un punto en el que no puedan pagar sus autos o tengan que renegociar sus hipotecas. Si esta huelga actual es larga, los daños colaterales podrían ser especialmente devastadores, pues llegan muy poco tiempo después del paro por COVID-19 y las pequeñas empresas aún luchan por recuperarse de ese cierre.
Si las cosas son tan precarias, ¿por qué atacar ahora? A primera vista, podría parecer que los escritores están siendo codiciosos, pues uno tiende a asumir que todos en Hollywood ganan mucho dinero. Sin embargo, la verdad es que por cada escritor a quien le pagan un cheque de siete cifras, hay literalmente miles y miles de guionistas que apenas se ganan la vida. Y cuando consideramos que incluso aquellos que antes ganaban bien están luchando, la única conclusión es que debe haber asuntos muy serios en juego.
De un lado de la disputa están los escritores, representados por el Writers Guild of America (WGA) y apoyados en esta lucha por muchos de los otros sindicatos, incluidos SAG-AFTRA y el DGA (Directors Guild of America). Del otro lado está la Alianza de Productores de Cine y Televisión: los estudios, cadenas, streamers, otros productores y distribuidores independientes.
Al centro de la disputa están el streaming y sus efectos dominó. A pesar de que los presupuestos de las series han aumentado, la parte de ese dinero que le corresponde a los escritores se ha reducido constantemente. Cuando los streamers comenzaron a dominar el panorama de la visualización en el hogar, estos implementaron modelos financieros que literalmente aplastaron a la mayoría de los artistas creativos que habían hecho que sus servicios fueran exitosos.
Mientras que en el pasado los escritores recibían una tarifa nominal por los episodios de televisión que escribían, la pérdida se compensaba cuando sus episodios eran retransmitidos posteriormente. Ahora, por definición, no hay retransmisiones, por lo que las cadenas pagan aquella tarifa base y nada más. Los estudios y las plataformas se niegan a ofrecer garantías de trabajo, creando lo que se conoce como una «gig economy» para los escritores: el pago es de una sola vez, por un sólo trabajo y sin contratos. Y lo que es más, ahora los programas tienden a contar con sólo ocho o diez episodios por temporada en lugar del estándar anterior de 20. Para los estudios, tener salarios más bajos, contratos más cortos y menos escritores significa mayores ganancias.
Las reglas del gremio durante la huelga prohiben cualquier negociación sobre nuevos proyectos cinematográficos, al igual que reescrituras de producciones existentes. En una entrevista de 2011 en IndieWire, Daniel Craig habló de su experiencia durante la huelga de escritores de 2007-2008. Dijo que «jodió a 007: Quantum«, pues el guion se terminó literalmente dos horas antes del comienzo de la huelga. “Teníamos los esqueletos básicos de un guion y luego hubo una huelga de escritores y no había nada que pudiéramos hacer. No pudimos contratar a un escritor para terminarlo. Me digo a mí mismo: ‘Nunca más’, pero ¿quién sabe? Estaba yo tratando de reescribir escenas, y no soy un escritor”.
Mientras tanto, durante la huelga de 2007, los presentadores de programas de entrevistas nocturnos Jay Leno, David Letterman, Conan O’Brien y Jimmy Kimmel le pagaron de su bolsillo a su personal mientras sus programas estuvieron fuera del aire. Inspirándose en ese ejemplo, Stephen Colbert, Jimmy Fallon y Seth Meyers se comprometieron a cubrir los salarios del personal de sus programas, como lo hicieron anteriormente en los primeros días del confinamiento por el COVID.
Horas después de que se declarara la huelga, escritores famosos y no famosos, junto con muchas estrellas y simpatizantes, empuñando pancartas (muchas de ellas caseras e ingeniosas, después de todo, están hechas por escritores) han tomado las calles y están protestando frente a los principales estudios: Paramount, Sony, Warner Brothers, Fox, Disney, CBS Television City, Netflix y Amazon, por nombrar algunos. La historia muestra que no es probable que la WGA ceda, sin importar cuánto tiempo tome, por lo que eventualmente se llegará a un acuerdo y los estudios.
La pregunta es, ¿por qué no pueden simplemente sentarse a la mesa AHORA?
Hollywood on strike, how did we get here?
Hollywood officially closed shop at midnight May 2, with members of the Writers Guild of America taking a stand against the tv and film studios, demanding fair compensation for their work. This isn’t the first time Hollywood has come to a standstill because of a fight between the writers and the studios, it’s actually the 6th. The first WGA walkout occurred in 1960 and lasted nearly five months, with strikes following in 1973, 1981, 1985, and the longest, in 1988 which lasted a crippling 153 days. The most recent strike, 2007, lasted ‘only’ 100 days, but it was enough to bring the entire community to its knees – and not just writers. When people who work in film and television, from carpenters, production designers, costumers, sound mixers, camera crews, story board artists and caterers etc. lose their salaries because studios shut down, when all of those people stop working, the trickle down is that they stop spending their money on restaurants and hair dressers and dry cleaners and dog groomers and housekeepers and babysitters. And maybe if the strike goes on for months, maybe they miss a car payment or have to renegotiate their mortgage. If this current strike is a long one, the collateral damage would be especially devastating, coming so soon after the Covid pandemic shutdown, with small businesses still struggling to recover from that lockdown.
But if things are so precarious, why strike now? At first glance, it would be easy for an outsider to assume Oh it’s all about high paid Hollywood writers just being greedy. The truth is that for every seven-figure writer, there are literally thousands upon thousands of writers who barely make a living. And when you consider that even the screen writers who formerly made a good living, are struggling to do so now, there must be very serious issues at stake for all of them to come together and vote almost unanimously to strike, a decision which brings with it inevitable financial hardship.
On one side of the dispute are the writers, represented by the Writers Guild of America (WGA) and supported in this fight by many of the other unions, including SAG-AFTRA and the DGA (Directors Guild of America.) On the other side, represented in these negotiations by the Alliance of Motion Picture and Television Producers, are the studios, networks, streamers and other independent producers and distributors.
Streaming and its ripple effects are at the center of the dispute, because even as series budgets have increased, writers’ share of that money has consistently shrunk. When the streamers began to dominate the home viewing landscape, they implemented financial models that literally crushed the majority of creative artists who had made their services successful. Whereas in the past, writers would receive a nominal fee for television episodes that they wrote, the loss would be compensated for when their episodes reran multiple times at the rate of fifty percent of the base fee. Now by definition there are no reruns, so the streamers pay that base fee and nothing more. The studios and streamers refuse to provide work guarantees, creating what they call a “gig economy” for writers, with newer shows having only 8 to 10 episodes per season instead of the past standard of 20. For the studios, lower wages, shorter contracts, fewer writers in the writers room all means higher profits.
The Guild’s rules prohibit any negotiations on new film projects as well as rewrites on existing productions for the duration of the Strike. In a 2011 interview in Indie Wire, Daniel Craig mentions his experience during the 2007-2008 Writers Strike, saying it “fucked Quantum of Solace” when the script literally arrived two hours before the start of the 2007-2008 strike. “We had the bare bones of a script and then there was a writers’ strike and there was nothing we could do. We couldn’t employ a writer to finish it. I say to myself, ‘Never again,’ but who knows? There was me trying to rewrite scenes – and a writer I am not.”
Meanwhile, during the 2007 strike, late night talk show hosts Jay Leno, David Letterman, Conan O’Brien and Jimmy Kimmel generously paid their staffs out of pocket while their shows were off the air. Inspired by that example, Stephen Colbert, Jimmy Fallon and Seth Meyers have made the same commitment to cover their shows’ staffers’ salaries, as they each did previously in the early days of the Covid lockdown.
Hours after the Strike was declared, famous and non-famous writers, alongside many stars and supporters, wielding picket signs (many of them homemade and clever, they’re made by writers after all) have taken to the streets, walking the walk, and protesting in front of all the major studios: Paramount, Sony, Warner Brothers, Fox, Disney, CBS Television City, Netflix and Amazon to name a few. History shows that the WGA is not likely to cave, no matter how long it takes, so an agreement will eventually be reached, and the Amazons and Netflixes of the world know that. The question is, why can’t they just come to the table NOW?