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Ferrari: Conoce la historia real de Enzo Ferrari y el accidente que marcó su vida

19-06-2024, 9:00:00 AM Por:
Ferrari: Conoce la historia real de Enzo Ferrari y el accidente que marcó su vida

Cuando visitó la Coppa Florio, Enzo Ferrari lejos estaba de imaginar que la velocidad se convertiría en su motivo de vida, pero también en la causante de sus peores momentos.

Como sucede con muchas personas, Enzo Ferrari se vio marcado por un suceso de la infancia. Afortunadamente, fue un acontecimiento positivo el que, en ese momento, le enseñó lo que la velocidad es capaz de lograr. Muchos años después, sería esa misma velocidad la que lo llevaría a enfrentar uno de los momentos más estremecedores que se recuerdan en el mundo del automovilismo. La historia real de Enzo Ferrari es una cautivadora no sólo para quienes disfrutan de dicha disciplina, sino para todos los que alguna vez se han propuesto conquistar un sueño a pesar de tenerlo todo en contra.

El primer encuentro con la velocidad

Módena, Italia. Febrero de 1898. La fecha exacta de su nacimiento es un misterio. Los reportes y documentos afirman que Enzo Anselmo Giuseppe Maria Ferrari nació el 20 de ese mes, pero él siempre aseguró que fue el 18. Según sus palabras, una gran nevada fue la razón por la que su padre, Alfredo Ferrari, no pudo registrarlo hasta dos días después de su nacimiento. Este se dedicaba al trabajo con material ferroviario, pero siempre tuvo una genuina pasión por los autos.

Los primeros años del siglo XX fueron una gran inspiración para Enzo Ferrari. Ver tantos avances e innovaciones en sus primeros años de vida lo motivaron a tener un futuro mejor. A desafiar las reglas de lo que estaba permitido lograr. Curiosamente, quería ser periodista deportivo, piloto, o cantante de ópera. No fue hasta 1908, gracias a una visita con su padre y su hermano a la Coppa Florio, que el entonces niño descubriría su verdadera pasión: la velocidad. Pero no cualquier tipo de velocidad, sino la que se usaba para competir, la que se necesitaba para ganar en una carrera.

Enzo Ferrari en su juventud, historia real
Conoce la historia real de Enzo Ferrari y el accidente que marcó su vida. Foto: Ferrari

Duros golpes de realidad

Los años posteriores forjaron su carácter en más de una forma. Enzo y los estudios no tenían la mejor relación. Ante la necesidad de trabajar, pasó de escribir una crónica deportiva a colaborar con los bomberos de Módena. Con apenas 18 años y la Primera Guerra Mundial de por medio, se enfrentó a un momento pivotal en su vida: la muerte de su padre y su hermano (ambos formaron parte del conflicto bélico). Una pulmonía le arrebató al primero, y las consecuencias de una batalla hicieron lo propio con el segundo.

Él intentó enlistarse para la guerra, pero un cuadro de pleuritis (dolor agudo en el pecho que impide la respiración) le impidió servir a su país. Los negocios de su padre habían quebrado, y el rol de “hombre de la casa” recaía sobre sus hombros. En el momento más oscuro de su vida, su regimiento de artillería le dejó lo que se convertiría en el mejor regalo de su vida: una carta de recomendación en la que se hacía énfasis sobre su talento como mecánico.

Así se introdujo en el mundo que tanto le había llamado la atención años antes, pero tampoco fue fácil. La sede de Fiat en Turín lo rechazó, algo que casi lo hace renunciar a sus sueños. Con ayuda de Laura Garello, quien después se convertiría en su esposa, se quedó en la ciudad. Su primer empleo relacionado con los autos se dio en una empresa dedicada a desmontar carrocerías, pero era una muy pequeña en comparación de donde pidió una oportunidad.

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Recorriendo el camino

Enzo Ferrari y su esposa Laura

Pronto, el destino le empezó a sonreír. Un año después de establecerse en Turín, Enzo se dirigió a Milán por un viaje de trabajo. Ahí le llegó otra gran oportunidad: un empleo como piloto para la empresa CMN. Su amigo, Ugo Sivocci, era socio en ella, y así se estableció la conexión para emplearlo. Sus inicios en las carreras no fueron buenos, pero al año siguiente ya estaba en Alfa Romeo, destacada en carreras de exhibición. La parte sentimental también le trajo buenas nuevas, como las ganancias suficientes para casarse con Laura.

En 1923 conoció a los condes Paolina Biancoli y Enrico Baracca, quienes enfrentaban su propio duelo tras la Primera Guerra Mundial. Ahí habían perdido a su hijo, quien derribó 34 aviones en combate y posteriormente fue abatido. Paolina le sugirió a Ferrari que usara el emblema de la familia: un caballo encabritado, también conocido como cavallino rampante. Dentro de su biografía, así lo recordó el magnate:

“Fue ella quien me dijo, un día, que pusiese el caballo encabritado de su hijo en sus coches. ´Te traerá suerte´. El caballo era y sigue siendo negro, añadí en el fondo el amarillo canario, que es el color de Módena”.

Por encima del éxito

Por coincidencia del destino (o no), la década de los años 20 fue una muy exitosa para Enzo. A finales de la misma, Alfa Romeo le permitió crear su primera escudería. Inicialmente, el caballo encabritado formaba parte de los vehículos que él manejaba, pero cuando dejó de correr, en 1931, este pasó a los demás autos de la llamada “Escudería Ferrari”. Ocho años después dejó Alfa Romero y creó Auto Avio Costruzioni. Ésta no llevó su apellido porque, debido a una cláusula contractual, no podía usarlo hasta 1944. En 1947, libre de todo problema legal, su empresa cambió de nombre y asumió el que hasta nuestros días es reconocido en todo el mundo: Ferrari.

Ferrari historia real
Ferrari: Conoce la historia real de Enzo Ferrari y el accidente que marcó su vida

Si algo caracterizó al reconocido empresario fue que iba contra la corriente. Siempre quería sorprender e innovar. Y eso no sólo aplicó en las metas personales que cumplió, sino también en la fabricación de sus vehículos. Tras la Segunda Guerra Mundial, y luego de una reubicación para su empresa, Ferrari se enfocó en la construcción de coches de carreras. No escatimó en ideas ni presupuesto. Dispuso todo lo que tenía para contactar a los mejores profesionales y así presentar sendos avances tecnológicos para la época. Uno de sus mayores proyectos fue un motor para el 125 S. Dicho vehículo contó con el trabajo de Giuseppe Busso y Gioachino Colombo, dos de los más grandes diseñadores de la época.

Gracias al 125 S, Franco Cortese se convirtió en el primer piloto de Ferrari. El piloto y el vehículo debutaron en el circuito de Plasencia, Italia, el 11 de mayo de 1947. Desafortunadamente, la bomba del combustible falló y ambos fueron retirados de la competencia. Dos semanas después, en el Gran Premio de Roma, llegó la primera victoria de Ferrari y el 125 S, que ya contaba con el mote de “fracaso prometedor”.

El lado “oscuro” del ídolo

Aunque su ascenso al éxito fue impresionante, el destino también puso varias pruebas en la vida de Enzo fuera de las pistas. Tras su matrimonio con Laura Garello vino un esperado hijo: Alfredino “Dino” Ferrari. Su llegada, en 1932, sirvió para relajar un poco las tensiones familiares, pues Laura y la madre de Enzo no se llevaban bien. Su círculo cercano sabía que las fricciones entre ambas no eran agradables para él. Desafortunadamente, la alegría por el nacimiento de “Dino” duró muy poco.

Al poco tiempo, el primogénito de la pareja fue diagnosticado con distrofia muscular, una enfermedad que le quitó la vida en 1956, con sólo 24 años de edad. Durante su infancia y adolescencia se le consideró, evidentemente, como el gran sucesor de su padre, y por ello se le mandó a Suiza para que estudiara una ingeniería. A él se le encargó la creación de los motores V6, que Ferrari comenzó a utilizar a principios de los 50.

Tras la muerte de “Dino”, Enzo comenzó a utilizar lentes oscuros, algo que continuaría hasta su propio fallecimiento. Esto representaba una forma de guardar luto ante el más grande dolor de su vida, uno que nunca superaría y que marcó sus últimas décadas. En su honor también surgió el emblema “Dino”, que se especializó en vehículos deportivos más accesibles. Posteriormente, fue el nombre de una marca utilizada en modelos deportivos de transmisión trasera.

Sin embargo, no fue el único hijo del reconocido empresario. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, en los cuales se llevó a cabo la reubicación de su compañía, Enzo conoció a Lina Lardi, una secretaria. Otros medios, como The Guardian, señalan que se conocieron en la década de los 20. Mantuvieron un romance secreto en 1944, y un año después nació Piero, hijo de ambos. Ferrari jamás se divorció de Laura, y fue hasta la muerte de ella, en 1978, que se casó con Lina. Muchos sabían el lugar que ésta ultima ocupaba, pero nadie se atrevía a cuestionarlo.

La tragedia en la Mille Miglia

Ferrari Mille Miglia accidente
Imagen real de la Mille Miglia, competencia que marcó para siempre la historia de Enzo Ferrari. Foto: Ferrari.

Tras la muerte de “Dino” en 1956, Enzo se preparó para la carrera de las Mil Millas (o Mille Miglia) del año siguiente. Los accidentes en este tipo de contiendas no eran una novedad; pocos meses antes, la carrera de Le Mans se vio marcada por un Mercedes-Benz que se desvió del camino, arrasó con una pared y terminó con la vida de más de un centenar de asistentes. El mundo del automovilismo aún no se recuperaba del suceso, y tampoco existían muchos protocolos de seguridad para los pilotos o los espectadores.

La Mille Miglia consistió en una carrera entre Brescia y Roma. Se trataba de un gran circuito que atravesó por más de una carretera pública, y por ello los habitantes de la región podían presenciar el evento con mucha cercanía. Diversos problemas financieros, e incluso el estatus emocional de Enzo eran algunos motivos por los que ganar la carrera era fundamental. Alfonso Cabeza de Vaca y Leighton, Marqués de Portago, era uno de los pilotos que formaban parte del equipo Ferrari, pero no estaba precisamente convencido de participar en el evento.

Estuvo a cargo de un Ferrari 335 S, que podía alcanzar más de 180 kilómetros por hora, pero no era precisamente seguro. En su última vuelta, y para alcanzar al corredor que estaba delante suyo, De Portago no cambió neumáticos en el último punto de chequeo. A sólo 50 km de la próxima bandera, el 335 S se estrelló contra la estructura metálica que separa los carriles. Voló por los aires y se impactó con un poste de luz. Nueve asistentes perdieron la vida, entre los cuales estaban 5 niños. De Portago quedó prensado entre la carrocería y partido en dos.

Tras más de 60 muertos en toda su existencia, la Mille Miglia fue cancelada. Enzo Ferrari enfrentó cargos por homicidio sin premeditación. ¿La razón? Se le acusaba de usar llantas no aptas para la velocidad de sus vehículos. Cuatro años después fue exonerado, pero muchos afirman que, entre las muertes de «Dino» y el Marqués de Portago, jamás fue el mismo.

El ocaso de la leyenda

Tras el terrible accidente en la Mille Miglia, una sombra cubrió a la Escudería Ferrari. Otros pilotos, como Luigi Musso, Peter Collins y Wolfgang von Trips también murieron conduciendo autos de la misma. En aquellos tiempos era bien sabido que dedicarse al automovilismo involucraba un gran peligro, pero la mala reputación de la compañía era el motivo perfecto para que cualquier accidente ganara aún más peso.

Para 1961, el programa de carreras de Ferrari ya era todo un éxito. Múltiples victorias en todo tipo de competencias posicionaron a la marca como una de las más importantes a nivel mundial. Al mismo tiempo, Laura comenzó a tomar ciertas decisiones en el manejo de la compañía, algo no muy bien visto por algunos socios. Poco a poco, una nueva etapa de problemas comenzó, ésta vez en el rubro económico. Ford entró como una posible aliada de Enzo, pero las posibles consecuencias de una venta enterraron las negociaciones.

Enzo Ferrari en una de sus últimas apariciones públicas. Foto: Ferrari

Fue hasta 1969, y como si de cerrar un círculo se tratara, que Giovanni Agnelli, propietario de Fiat, adquirió el 50% de Ferrari. Irónicamente, la compañía que rechazó a Enzo cuando quiso entrar al automovilismo, terminó por salvarlo. En 1977 renunció a la presidencia de la compañía, y un año después sufrió la muerte de Laura, la mujer junto a la que construyó su sueño y madre de “Dino”. Tras varios años de amasiato se casó formalmente con Lina, y Piero por fin pudo obtener el apellido de su padre. Esto tardó demasiado tiempo porque las leyes italianas no permitían el divorcio mientras él era un niño.

Los últimos años del amante de la velocidad estuvieron marcados por una leucemia, la cual terminaría por quitarle la vida el 14 de agosto de 1988 en Maranello, Italia. Así llegaron a su fin 90 años de aprendizaje y creatividad, pero también de dolor y acciones criticadas por muchos. El año de su deceso, la Escudería Ferrari enfrentó derrota tras derrota en las carreras de la temporada, por ello pidió que la prensa supiera de su partida hasta un día después de su entierro. Quería evitar todo tipo de protestas o malos comentarios hacia sus deudos.

De acuerdo con The New York Times, Fiat ya tenía el 90% de las acciones de Ferrari en esos años. Piero, el único hijo de Enzo se quedó con el 10% restante, y varias décadas después aún lo mantiene. De igual forma, es vicepresidente de la empresa. En 2014, durante una entrevista para Motor Sport, fue cuestionado sobre el importante papel que ha desempeñado “sustituyendo” a su padre. Éstas fueron sus palabras:

“Nunca me vi a mí mismo repitiendo lo que mi padre había hecho. Eso habría sido imposible. Nunca quise ser el rey, no está en mi naturaleza”.

Hasta la fecha, la Escudería Ferrari es la más longeva que aún se encuentre en activo. Ha conseguido más de 240 victorias en carreras y circuitos de todo el mundo. También posee el triunfo en 15 ediciones del Campeonato Mundial de Pilotos, y en 16 ediciones del Campeonato Mundial de Constructores.  

La historia de Enzo llegó al cine de la mano de Michael Mann (Fuego contra fuego), y con Adam Driver dando vida al hombre que selló su destino con sólo 10 años de edad. Ferrari, la película, sólo abarca el trágico verano de 1957, pero sirve para evidenciar los sueños y vacíos que marcaron una mente que siempre tuvo ganas de más. Cuando visitó la Coppa Florio, lejos estaba de imaginar que la velocidad se convertiría en su motivo de vida, pero también en la causante de sus peores momentos.

Ferrari ya está disponible en el catálogo de Prime Video.

autor Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
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