Entrevista con Dominique Rocher, director de La noche devoró al mundo
"No soy el mayor fan del terror", declaró Dominique Rocher, director de La noche que devoró al mundo.
Con su primer largometraje, La noche devoró al mundo, Dominique Rocher trató de apegarse lo más posible a un escenario en donde los zombies realmente habiten el planeta Tierra. A través del uso del sonido y el movimiento de estas criaturas, Dominique Rocher logró diferenciar la cinta de otras películas del género al enfocarse en la soledad y el aislamiento que vive Sam, su personaje principal, en lugar de la acción o las cantidades de sangre que usualmente se ven en pantalla en este tipo de filmes.
A continuación, te compartimos la entrevista que le hicimos a Dominique Rocher sobre el proyecto, en la que tuvimos oportunidad de preguntarle sobre este singular tratamiento que nos ofrece una nueva perspectiva de los muertos vivientes:
¿Por qué decidiste hacer una adaptación en tu primer largometraje? ¿Qué fue lo que te atrajo de esta historia de zombies en particular?
Descubrí el libro mientras estaba tratando de decidir qué hacer con mi primer largometraje. El libro era de zombies, pero también es acerca de la soledad; esa soledad que sientes a veces en las grandes ciudades donde estás rodeado de gente y aún así puedes sentirte apartado de todos. El libro está escrito en forma de diario, de todo aquello que vive el personaje principal al estar rodeado de zombies. Pensé que era un tema social interesante de explorar en una película de género. Hay una gran analogía entre los zombies y la soledad. Era una muy buena historia para mí y para iniciar mi carrera como director de largometrajes.
¿Puedes hablarme de los zombies que vemos en tu película? ¿Cómo llegaste a plasmarlos de una forma tan distinta a la que estamos acostumbrados?
Sí, hay muchos zombies en el mundo del cine. [Risas]. Nos tratamos de apegar mucho a la realidad. Aunque sean zombies, tratamos de respetar su humanidad. Si se trataba de una niña pequeña, ella iba a representar un menor peligro que un adulto, tal y como ocurre en la vida real. En lo que refiere a los humanos, ellos pueden respirar y hacer cosas normales, pero tienen que cuidarse de ruidos fuertes. Lo mismo con los zombies: son silenciosos porque no tenía sentido que hicieran ruido. Nuestra dirección siempre fue apegarnos a la realidad.
El filme casi no tiene diálogos, ¿fue difícil trabajar con un guion de este tipo? ¿Y cómo convenciste a tu actor principal de unirse al proyecto?
Descubrí a Anders Danielsen Lie durante la preproducción del filme. Estaba buscando al protagonista y vi el filme Oslo, 31. august (2011), donde trabajó con Joachim Trier, y descubrí que era un actor muy melancólico y magnético. Simplemente sentí que era el actor indicado para el personaje. Y sí, la película tiene muy pocos diálogos, pero desde el principio supe que el manejo del sonido iba a ser una parte muy importante del proyecto. Lo interesante de que nadie esté vivo en la historia es que obtienes una ciudad completamente distinta. Entonces también convertí al personaje principal en músico –en el libro, el mismo personaje es un escritor– y jugué con el sonido. Todo se trató de hacer a los zombies tan silenciosos como fuera posible. Además, cuando conocí a Anders descubrí que él también era músico y que asistió al conservatorio cuando era joven, entonces fue perfecto para mí porque sabía que podía hacer ciertas escenas que tenía en mente. No hubiera sido lo mismo con otro actor.
¿Qué te llamó la atención de tratar con temas como la soledad y el aislamiento?
¿Sabes? Todos los días, cuando diriges una película, la gente se acerca a preguntarte sobre los aspectos artísticos de tu proyecto. Entonces me puse a pensar qué tenía que decir respecto al aislamiento del protagonista. Para mí, todo se reduce a cómo este personaje descubre, todos los días, que no puede vivir solo. Él tiene que aprender a abrirse a otras personas.
Leí que hiciste dos «versiones» del filme: una en francés y otra en inglés. ¿Por qué decidiste hacer esto? ¿Fue difícil durante la producción filmar las escenas varias veces en distintos idiomas?
Parte de mí lo hizo con la intención de alcanzar mercados que hablaran inglés. Además era posible porque casi no hay diálogos en la historia. Pero también, desde un punto de vista cinematográfico, en Francia hay muy pocos filmes de género que se están produciendo. Y estos filmes son muy bien recibidos en otros países, pero en Francia es muy difícil hacerlos. ¿Se trata del lenguaje? ¿Son aceptados porque están en inglés? Fue muy interesante hacer dos versiones, una en inglés y otra en francés, estrenarlas y preguntarle a la audiencia: ¿hay alguna diferencia entre ellas? Fue una pregunta que hice para el cine y el público francés.
En el caso de los actores, ellos cambiaban de idioma rápidamente. Pensamos que iba a ser difícil, pero al final, gracias a los actores, todo fue muy fácil. Lo más interesante fue que filmábamos en francés, hacíamos las mismas tomas en inglés y luego teníamos que regresarnos otra vez al francés porque descubríamos nuevas ideas al filmar de esta forma. A los actores les gustó y fue algo muy creativo para ellos. La parte difícil fue la edición porque descubrimos que los personajes eran un poco diferentes dependiendo de si hablaban en inglés o en francés.
¿Cómo alcanzaste el balance entre el caos que significa un mundo con zombies y lo minimalista de todos tus escenarios?
Queríamos que todo fuera realista, entonces buscamos un edificio real en el centro de París y filmamos todo ahí. Es una cuestión de gusto. No quería que fuera sangrienta y sabía que era un aspecto que tenía que cuidar al ser una película de zombies. Me enfoqué más en los personajes y en el sonido.
¿Qué tan difícil es dirigir zombies, especialmente en una escena como en la que hay una marea de zombies tratando de alcanzar al protagonista mientras toca un tambor?
Encontré a un coreógrafo de Suiza con el que trabajé cómo iban a moverse los zombies. Fue algo importante durante la filmación porque todos los días había zombies y tenía que dirigir la forma en que se movían. Queríamos que cada zombie tuviera una forma única de moverse dependiendo de su edad, su físico, cómo murió y de nuevo, pensar de forma realista estos movimientos. Muchos de los zombies que se ven en pantalla de hecho son bailarines. Y también quería que fueran diferentes entre ellos. Busqué zombies con diferente color de piel, complexión, edad porque me di cuenta que en muchas de las películas de zombies, todos son iguales. En La noche que devoró al mundo quería que cada zombie tuviera su propia historia.
Al dirigir una película de zombies, tengo que preguntarte esto: ¿eres fan del terror? Y si lo eres, ¿qué directores consideras son tus influencias?
No soy el mayor fan del terror. Me gustan algunas películas, pero no sabría que directores mencionar ahorita. Está detrás de ti (2014) me impresionó mucho, es el único filme que viene ahorita a mi cabeza.
La noche devoró al mundo de Dominique Rocher se estrenó a través de Cine CANÍBAL en México.