El regreso de Rocko y su vida moderna en Netflix
Rocko regresa con todo y su vida moderna en Rocko’s Modern Life: Static Cling, un especial que llega hoy 9 de agosto a Netflix.
Nunca un animalito australiano (que no fuera un koala o un canguro) llamó tanto la atención en la televisión de paga como Rocko, el ualabí inmigrante cuyas aventuras cotidianas veíamos en Nickelodeon a mediados de los años noventa. La serie animada La vida moderna de Rocko, creada por Joe Murray, contó con cuatro temporadas y fue cancelada en 1996, pero su impacto cultural todavía tiene eco, ahora en Netflix.
La vida moderna de Rocko nació en un momento peculiar a principios de los noventa. Había un resurgimiento de la animación en Estados Unidos y en espacios como MTV y Nickelodeon querían llevar las caricaturas más allá de la barra infantil y atraer a públicos más adultos.
El próximo 9 de agosto, Rocko y compañía volverán a la pantalla chica en el especial Rocko’s Modern Life: Static Cling, que se estrenará en Netflix. Static Cling nos mostrará cómo Rocko y sus amigos regresan a O-Town después de 25 años de un viaje por el espacio y se encuentran con una ciudad cambiada y dependiente de la tecnología. Esto, desde luego, abre la puerta a mucho humor negro alrededor de la vida contemporánea y el consumismo digital.
El impacto de Rocko
Con La vida moderna de Rocko, Joe Murray sentó un precedente para el humor oscuro y maduro de las series posteriores de Nickelodeon, además de generar un impacto más allá de sus aspiraciones personales.
El equipo detrás de La vida moderna de Rocko estuvo lleno de artistas talentosos que también crearon series icónicas. El más notable es Stephen Hillenburg, quien fuera director creativo de La vida moderna de Rocko, y que unos años después encontró su propio éxito en Bob Esponja. Otros talentos salidos de ese equipo fueron los escritores Jeff Marsh y Dan Povenmire, creadores de Phineas y Ferb, y el asistente de storyboard Mitch Schauer, quien creó a Los castores cascarrabias.
No obstante, el legado más importante de La vida moderna de Rocko está en su muestra cándida y auténtica de la neurosis cotidiana de la vida moderna. Casi todos sus personajes eran emocional o mentalmente inestables, sumidos en una vida un tanto rutinaria y en una ciudad que tenía sus propias versiones del infierno, no en una referencia espiritual, sino como ejemplos de capitalismo desenfrenado.
La vida moderna de Rocko retomó una línea que se había atenuado en la animación estadounidense y que años antes era la batuta de personajes como los Looney Tunes: la posibilidad de crear historias con tramas sencillas y humorísticas para los niños pero con referencias más adultas (y chistes sexuales que ahora son memes icónicos) que hicieran que los padres o hermanos mayores se quedaran a ver la serie con ellos.
A 23 años de su cancelación, todavía apreciamos el humor negro y el doble sentido nada sutil de La vida moderna de Rocko. Nadie olvidará este retrato satírico y comentario social de la cultura estadounidense de los noventa. Incluso celebraremos la ironía de que el regreso de esta serie disruptiva será a través de una de las plataformas más emblemáticas del capitalismo contemporáneo.
Marcela Vargas Fan intensa de las cosas que le gustan. Escribe diariamente sobre entretenimiento y deportes en Mexico.com y todos los miércoles habla sobre cine en Charros vs. Gángsters, por MVS Radio. Feminismo, fantasía y ciencia ficción son sus temas favoritos. Le gusta el futbol americano y su equipo son los Packers.
