Buscador
Ver el sitio sin publicidad Suscríbete a la revista
Cine

El justiciero 2 – Crítica

17-08-2018, 3:34:41 PM Por:
El justiciero 2 – Crítica

Un thriller de los que cada vez hay menos en Hollywood. Uno que se sostiene por un actor de renombre acompañado por un sólido cast que, aunque se pierde entre pequeñas historias, al final sale adelante como la cinta de acción que prometió ser.

Cine PREMIERE: 3.5
Usuarios: 5
Votar ahora:

La primera parte de El Justiciero (The Equalizer) sorprendió en 2014 a propios y extraños al tener a Denzel Washington como héroe de acción. Aunque es algo que ya habíamos visto en otras películas como El libro de los secretos o Armados y peligrosos (2 guns), en El Justiciero él entraba al terreno de la historia del hombre solitario que enfrenta a un sinfín de enemigos. Keanu Reeves lo hizo ese mismo año con John Wick y es una figura que Liam Neeson ya domina con la trilogía de Búsqueda implacable.

El Justiciero 2 es la primera secuela en la extensa carrera de Denzel Washington y, viniendo de uno de los actores más famosos, taquilleros y constantes de Hollywood, eso no es poca cosa. Esta es la cuarta colaboración entre Washington y el director Antoine Fuqua (Día de entrenamiento y Los siete magníficos fueron las otras dos) y en esta ocasión se trata de una historia sencilla, sin que eso signifique que es simple o básica. Habría que recordar que la película está basada en la serie de los 80 del mismo nombre –misma que mencionan en El lobo de Wall Street–.

Denzel Washington regresa al papel de Robert McCall: el justiciero anónimo que defiende a los indefensos y que busca impartir justicia con su propia mano cuando nadie más puede. A inicios de la película una secuencia nos deja en claro la forma en la que él ve el mundo. En ésta, unos vándalos pintan con graffiti la fachada del edificio donde vive y su joven vecino le dice que alguien más debería pintar, que no es su deber hacerlo. «¿Como quién?», responde McCall. «Supongo que cualquiera podría hacerlo, pero nadie lo hará».

Es así como El Justiciero 2 se ejecuta al más puro estilo de los programas seriados del estilo «crimen de la semana». Aquí Robert McCall tiene el caso principal que se desarrolla a lo largo de la película y a la vez pequeños «accidentes» que resuelve en cuestión de minutos, tal cual como hace para cronometrar su reloj y golpear a los malos. Son quizás estas escenas que nos llevan de la ciudad de Washington a Boston y de ahí hasta a Bruselas y de regreso, las que van entorpeciendo la fluidez del caso principal, uno muy personal para nuestro justiciero, pues lo que queremos como audiencia es que ya encuentre su venganza.

No es de extrañar, pero no deja de ser increíble la naturalidad que tiene Denzel Washington en pantalla. Incluso desde la primera entrega de El Justiciero, él ya parecía llevar años interpretando al personaje. Para estas alturas, en ésta secuela, es claro que el histrión ya conoce a la perfección la psicología de su personaje. En esta nueva aventura se desarrolla un poco más el por qué se «retiró» McCall del servicio, así como los demonios con los que debe lidiar e incluso se insinúa por qué es un justiciero anónimo con cada persona que cree necesita ayuda.

El reparto que lo acompaña hace un trabajo sólido: Melissa Leo como su amiga, la agente Susan Plummer, y que tiene un gran momento badass en pantalla; Ashton Sanders, como su vecino a quien McCall deberá llevar por el buen camino; Pedro Pascal –quien acompaña en el primer acto a Melissa Leo para después tener su propia historia–. Aunque tenemos a un medianamente aprovechado Bill Pullman –quien en la película pasada tampoco tenía un gran peso–, en esta ocasión bien pudo ni siquiera haber estado.

Robert McCall y El Justiciero 2 forman parte de un selecto grupo de personajes solitarios que no buscan problema alguno con nadie, pero que su pasado llega a ellos, como Jack Reacher y John Wick. Estas películas e historias, así como sus personajes, cada vez son menos frecuentes en Hollywood, una industria que apela mucho más al gran blockbuster y a las amenazas que destruirán el universo. Sin embargo, El Justicero 2 demuestra que hay otro tipo de historias que pertenecen a un cine más íntimo pero no por ello menos emocionante, uno que es entretenido y que no pretende descubrir el hilo negro ni mostrar la más original de las historias. Lo que pretende es mostrar héroes anónimos que buscan arreglar nuestros problemas. Y es que esas también son amenazas, y si hubiera más gente como Robert McCall, podría ser un mundo mejor… aunque a Hollywood parece interesarle poco.

autor Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
Comentarios