El bombardeo – Crítica
Qué lejanos se ven aquellos tiempos donde Bruce Willis participaba en buenas películas de acción...
Este drama de guerra llega a las salas de cine mexicano después de vivir una historia casi tan dramática como la que presenta en su guion. Dirigida por Xiao Feng (Hushed Roar), de acuerdo a Variety, esta cinta fue creada para celebrar el aniversario número 70 de la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y representó la producción más costosa del cine chino en 2016 con un presupuesto de $65 millones de dólares. Sin embargo, su estreno en las salas de cine del país fue cancelado después de que la actriz del filme Bingbing Fan (X-Men: Días del futuro pasado) fuera acusada de fraude fiscal. En Estados Unidos tampoco llegó a la pantalla grande y fue mandada directo a Blu-Ray y servicios de streaming. ¿Podrá ganar alguna batalla por fin en México?
Basada en hechos reales, El bombardeo presenta el relato de un grupo de pilotos chinos durante el conflicto con Japón en la Segunda Guerra Mundial. Bruce Willis interpreta a Jack, un coronel del ejercito de Estados Unidos a cargo del grupo de aviadores chinos y de la estrategia para vencer al enemigo. Paralela a la historia de los pilotos, el filme presenta una subtrama de un grupo con la misión de entregar un decodificador a la base área. Además, también conocemos la historia de un grupo de locales que tienen como objetivo conservar la tradición y una buena cara ante la adversidad al celebrar un concurso de mahjong. Este torneo también les ayudará a resolver una disputa familiar sobre quién se queda con la famosa casa de té del pueblo.
Si este intento de sinopsis suena atropellado y atiborrado, es de forma deliberada, ya que ése precisamente es el mayor problema de la cinta. El bombardeo intenta abarcar muchas historias e intenta conectarlas sin congruencia alguna. A lo largo del largometraje, incluso se integran las historias de otros personajes que sólo logran confundir aún más al espectador. Esta confusión se extiende a los géneros que intenta abarcar; por un lado es un drama de guerra con escenas crudas y violentas que retratan los horrores de la guerra, y por otro, presenta secuencias cómicas que se sienten completamente fuera de lugar.
Para la versión internacional de la cinta, se tomó la decisión de doblar al inglés todos los diálogos en chino. Sin embargo, esto le da un sentido de falsedad a la historia. La calidad del doblaje es muy pobre y el lenguaje y las expresiones que deciden usar están muy americanizadas. Por ejemplo, en una escena, los soldados le preguntan a Jack: can we kick ass? (¿podemos patear traseros?). Además, el tono y la emoción de las voces que decidieron utilizar no concuerda con las actuaciones de los actores, lo cual le da una cualidad casi telenovelesca y hasta cómica a los diálogos.
La participación de Bruce Willis es probablemente el elemento más extraño de la cinta, ya que parece más un homenaje o una oda al actor veterano. Cada escena en donde aparece el actor, lo vemos dando discursos emotivos e inspiracionales o regañando al escuadrón de pilotos con un actitud de macho alfa, un esfuerzo por recordarnos los roles en cintas de acción que lo convirtieron en un actor de renombre. En segundo lugar de participaciones estrafalarias en la cinta, se encuentra los cameos de Adrien Brody (El pianista) y Rummer Willis (Érase una vez en Hollywood) hija de Bruce Willis. Sin continuidad alguna, de repente nos vemos sumergidos en una escena catastrófica dentro de un hospital que está siendo atacado por misiles japoneses. Brody es un doctor en el hospital consternado por el dilema de abandonar a sus pacientes en el hospital o salvar su vida, mientras que Rummer interpreta a una enfermera. Ambos personajes tienen un par de diálogos… y eso es todo. La promoción de la cinta se ha esforzado por mostrar a Brody como uno de los grandes atractivos del filme, cuando la realidad es muy diferente.
Un aspecto positivo de la cinta es su producción, donde, por cierto, Mel Gibson (Hasta el último hombre) aparece acreditado ambiguamente como diseñador de producción. Todas las escenas de acción apoyadas por la magia del CGI son convincentes y emocionante. Lo mismo sucede con la gran calidad de la dirección de arte y los vestuarios.
Después de presenciar de El bombardeo, un sentimiento de nostalgia permea el ambiente: qué lejanos se ven aquellos tiempos donde Bruce Willis participaba en buenas películas de acción…