Director de Leaving Neverland defiende su polémico documental
En un artículo de opinión publicado por The Guardian, Dan Reed respondió a quienes acusan al documental de tendencioso y a sus protagonistas de mentirosos.
A casi una década de su muerte, Michael Jackson y su legado están de vuelta en el ojo del huracán después del estreno en Norteamérica de Leaving Neverland de HBO. El documental de cuatro horas de duración y dividido en dos partes, da voz a James Safechuck y Wade Robson, dos de las alegadas víctimas de abuso infantil por parte del rey del pop. Las escalofriantes declaraciones han polarizado a la opinión pública y el director Dan Reed ha decidido responder a los detractores a través de un artículo de opinión publicado por The Guardian.
«Muchos han querido ver Leaving Neverland como una j’accuse dirigido al legado de Michael Jackson. No lo es. Es un estudio detallado, de cuatro horas de duración, sobre la psicología del abuso sexual infantil, que se cuenta a través de dos familias que tuvieron un vínculo emocional durante 20 años con un pedófilo disfrazado de amigo de confianza. Es una máscara que suelen usar los depredadores, ya sea un sacerdote, un maestro o un tío. Esta vez, el hombre detrás de la máscara resultó ser Michael Jackson«, escribió Reed en el artículo titulado Estoy sorprendido por aquellos quienes todavía no aceptan a Michael Jackson como un abusador.
Leaving Neverland ha sido acusado, sobre todo entre los fanáticos más fieles del cantante, de ser un documental tendencioso que presenta una narrativa en la cual no se aportan pruebas físicas contundentes para denunciar los casos de pedofilia. Asimismo, los detractores destacan ciertas contradicciones entre los testimonios presentados y cuestionan la credibilidad de los mismos bajo los argumentos de defensa que acompañan a cada escándalo público en contra de una celebridad: el paso del tiempo y el dinero como motivación.
La familia de Michael Jakson condenó el documental en un comunicado: “Estamos furiosos de que los medios, quienes carecen de una simple prueba o evidencia física, escojan creer las palabras de un par de mentirosos de entre un mundo de amigos y familias alrededor del planeta, quienes sí pasaron tiempo con Michael, muchos en Neverland, y experimentaron la legendaria amabilidad y generosidad de él […] Michael fue sujeto de una investigación que incluyó visitas inesperadas a Neverland y otras propiedades en busca de pruebas, así como un juicio donde Michael fue probado COMPLETAMENTE INOCENTE”.
Una de las principales críticas tienen que ver con el testimonio de Wade Robson, quien testificó a favor de Michael Jackson ante un jurado en 2005 (durante el caso de Gavin Arvizo) y solo fue hasta 2013, cuatro años después de la muerte del músico, cuando decidió presentar una demanda.
«A menudo se forma un apego poderoso entre el depredador y el niño, que experimenta los avances sexuales del adulto no como un abuso, sino como todo lo contrario: como el amor […] Wade afirma en el documental que cometió perjurio porque no podía soportar ver a Jackson, el hombre que amaba, ir a la cárcel. Decir la verdad estaba fuera de toda discusión», escribe Reed.
El cineasta inglés también vuelve a retomar uno de los temas más complejos que toca en la segunda entrega de Leaving Neverland: el culto a la celebridades. Esto nos permite comprender la reacción instintiva que existe de abogar por la inocencia de una figura arraigada en el imaginario colectivo y condenar a las presuntas víctimas, quienes asumimos deben estar motivadas por razones superficiales.
«La contra-narrativa de la familia Jackson ha sido agresivamente reducida. ‘Se trata de dinero’, decían cada vez que surgía una acusación», dice el director. Y agrega: «¿Por qué han tardado 30 años para que Jackson sea desenmascarado? […] La respuesta tiene algo que ver, por supuesto, con la admiración que provocan las celebridades públicas y nuestro respeto instintivo hacia el talento y la riqueza. Pero también tiene mucho que ver con la ignorancia colectiva».
Dan Reed concluye: «¿Por qué el niño no fue corriendo hacia su madre cuando empezaron los primeros tocamientos? Esto explica, en parte, por qué tantas víctimas se llevan su vergonzoso secreto a sus tumbas. Leaving Neverland es un humilde intento de cambiar eso, y a ir el camino para aquellos que, cuando sea el momento adecuado, pueden desear romper su silencio y enfrentarse a su abusador, vivo o muerto».