Ariel 2016: Crónica de una noche de contrastes
La AMACC celebró sus 70 años de vida y 58 ediciones del premio Ariel.
Celebrar 58 años de una entrega de premios, o siete décadas
de vida de una institución cinematográfica en México, no es cosa fácil, y es
digno de celebrar a lo grande. Por ello, la Academia Mexicana de Artes y
Ciencias Cinematográficas –con su nueva
presidenta Dolores Heredia– decidió mover su tradicional entrega del Ariel de
Bellas Artes al Auditorio Nacional con el pretexto de hacer una fiesta mucho
más grande que las anteriores.
Y para ser honestos, se notó bastante. Hubo un crecimiento
importante en la producción de la ceremonia. Aunque hubo los errores de siempre
–de las que ni las más grandes premiaciones del mundo logran escapar– la AMACC
nos llevó por un emocionante viaje a través de sus 70 años y de los 58 del
Ariel presentando videos, fotos, recortes de periódicos y montajes de las
películas más importantes del cine mexicano que se convirtieron en un gran homenaje a lo más destacado de nuestra industria. Eso sí, la Academia debería considerar
que más de tres horas para una entrega de premios es demasiado tiempo.
Pero si tuviéramos que definir a esta ceremonia en una palabra,
esa sería “contrastes”. Y es que este año hubo literalmente de todo, lo de
siempre… y lo que nunca.
En lo que no podía faltar tuvimos a los que van vestidos
como si fueran al súper, a los que no fueron, a los que se aburrieron, a los
que presentaron premios con la menor gracia del mundo, a los camarógrafos de la
prensa que lo mismo gritan “¿y esta vieja quién es?” refiriéndose a una
importante directora o “¡Quítate, estorbo!” cuando un reportero se mete en su
toma y sobre todo, esos largos discursos agradeciendo hasta la tía abuela
segunda que los cuidó de chiquitos.
También hubo momentos extraños: la aparición de Rafael Tovar
y de Teresa, antes que nadie, primero que todos, al inicio de la ceremonia,
como si se tratara de un evento político. El titular de la recién nacida
Secretaría de Cultura dio dos datos interesantes. El primero: que la casa de
Luis Buñuel en México será la nueva sede de la AMACC; y el segundo: que en lo
que va del año, 10.5 millones de personas han visto cine mexicano. Aunque esto
suene maravilloso e impactante, lo cierto es que esta cifra se refiere a apenas
unas cuantas películas que logran lo imposible: una distribución y exhibición
justa que le de la oportunidad a la gente de verlas.
Y sobre esto, cuando fue su turno, el destacado cineasta
Paul Leduc puso el dedo en la llaga y habló sin titubeos sobre la realidad
actual, y de siempre, del cine mexicano. Tras recibir el Ariel de Oro, Leduc
afirmó que “ya sólo 25% de los mexicanos puede pagarse ir al cine. En los
últimos tres años, la asistencia a cines aumentó, pero en ese mismo lapso la
asistencia al cine mexicano cayó casi a la mitad: de 30 a 18 millones. Hace 70
años, el cine mexicano se veía. Aún se ve. El actual, no”. Su discurso, que
entre más avanzaba, hacía que más de un funcionario presente se moviera
incómodo en su butaca, fue aplaudido de pie y curiosamente, cortado casi en su
totalidad de la transmisión en televisión. Imaginamos por qué. (Aquí lo más destacado de su discurso)
Y ya que nos encontramos en este punto, pensaba la razón por la qué la ceremonia fue transmitida en Canal Once con casi
tres horas de diferencia. Hoy, al ver la retransmisión en Canal 22, entendí la
razón: cada una de las preseas entregadas iban acompañadas por fuertes reclamos
de los ganadores hacia el gobierno mexicano por un país más seguro, libre y sin
miles de personas desaparecidas o asesinadas en situaciones propias de una
cinta de horror. Seguro con tanto tiempo de diferencia, hubo tiempo de censurar
editar las partes que “alargaban demasiado la transmisión”.
Pero como decía al principio, esta fue una ceremonia de
contrastes y hubo lo que nunca: Da la impresión que es la primera vez en
muchos, muchísimos años, que por el Ariel compitieron tanto las mal llamadas
películas comerciales como las peor aún nombradas cintas de autor. Lo mismo se
premiaba a la criticada Mexican Gangster:
la leyenda del charro misterioso en las categorías técnicas que al
impactante documental El hombre que vio
demasiado, que narra la vida y obra del gran fotógrafo mexicano Enrique
Metinides.
De las más nominadas este año, Gloria fue premiada en algunas categorías técnicas y en las
categorías de actuación, donde Marco Pérez y Sofía Espinosa se llevaron el
Ariel a Mejor actor y actriz, respectivamente llevándose 5 premios de 14
nominaciones. La otra película que competía por el mismo número de premios, La delgada línea amarilla, tristemente
fue la gran perdedora de la noche. La fantástica ópera prima de Celso García se
fue a casa con las manos vacías.
De 13 nominaciones, la mundialmente aplaudida 600 millas se conformó con los Arieles a
Mejor ópera prima –para Gabriel Ripstein– y Mejor Coactuación masculina para
Noé Hernández quien ganó en esta misma categoría el año pasado por su trabajo
en La tirisia.
Y aunque de 13 nominaciones sólo conquistó 5, Las elegidas fue la gran ganadora de la
noche al llevarse los importantes premios de Fotografía, Revelación femenina
–para Nancy Talamantes, Guión y Dirección para David Pablos y el Ariel de Oro a
la Mejor película. También, esta impactante y estremecedora cinta puede
presumir que, además de haber iniciado su viaje cinematográfico en Cannes, hoy
por hoy está disponible en Netflix disponible para cualquiera que quiera verla.
Sin que suene a exageración, esta es la primera vez en la historia que la Mejor
película del año del Ariel está disponible para una enorme cantidad de público.
Ya veremos qué sorpresas estaremos viendo por estas fechas
en 2017. Mientras tanto, queda ese asunto pendiente de confiar más en el cine
nacional, y darle oportunidad a aquellas películas que no pueden estrenar con
dos mil copias en todo el país. Afortunadamente, ya no dependemos de la
cartelera comercial. Hay muchos cines alternativos, plataformas digitales,
incontables festivales y, aunque muchos no lo crean, gente con muchas ganas por
ver cosas distintas. Creer que el cine mexicano se limita a un sólo género, temática, actor o productora, es algo erróneo. Y esta ceremonia del Ariel fue una gran manera de comprobarlo.
Consulta aquí la lista completa de ganadores, también una infografía con datos curiosos del Ariel y los mejores momentos del Ariel 2016.