Cordero – Crítica de la película

Cordero (Lamb) es una película difícil de vender al público. Por un lado puede caer fácilmente en la categorización de una cinta de terror en la que una pareja recibe la “bendición” de una segunda oportunidad con una hija que proviene de una oveja. La pequeña en cuestión es un híbrido entre un cordero y un humano. Por otro lado, y menos llamativo para el departamento de mercadotecnia, es un drama familiar con toques de cuento folclórico.

Maria e Ingvar son un pareja que viven en una granja remota en Islandia en lo que podría ser un lugar ideal para una cuenta de Instagram de bellos escenarios nórdicos. Sin embargo, esto no es así. El director Valdimar Jóhannsson nos presenta un escenario lejos de ser idílico y más realista. Predomina la niebla, el frío, la lluvia y especialmente parece subrayarse la soledad de ambos personajes, quienes sufrieron la pérdida de su bebé Ada.

Uno de los primeros diálogos ocurre cuando Ingvar habla sobre la posibilidad de viajar en el tiempo e ir hacia el futuro. Por su parte, María no ve problema de seguir en el presente. Esa conversación delinea sutilmente dónde están nuestros protagonistas: por un lado, el hombre quiere dejar el dolor atrás con tal de no sentirlo más. Mientras que para María, ella está consciente que debe vivir a través de la ausencia de Ada, su duelo es real y su duelo es presente, no hay nada malo en no sentir.

La monotonía que presenta Jóhannsson en esta granja refleja correctamente el duelo en el ser humano. En esos momentos, nada parece avanzar ni permite dejar atrás nuestro dolor. Sin embargo, todo esto cambia cuando una oveja da a luz a un ser híbrido entre un cordero y un humano, al más puro estilo de La mosca, pero la versión de 1958 con Vincent Price y no la de Jeff Goldblum.

Rápidamente María e Ingvar ‘adoptan’ a esta niña a quien le llaman Ada. Sí, como su hija muerta. Y es ahí donde todo parece ir a la perfección, pero sabemos que en una historia de este tipo, no todo podría ser tan sencillo. Noomi Rapace logra una interpretación que se aleja por completo de lo que ha hecho en otras producciones como la trilogía Millenium o Prometeo -donde paradójicamente le hace de madre subrogada para una nueva clase de Xenomorfo-. Aquí su María es un personaje complejo, pero que no necesita del diálogo para mostrar su dolor y esperanza, todo ello lo hace a partir de los silencios.

Es interesante observar como una película con un personaje como Ada, mitad niña mitad cordero, aborda un tema clásico como el duelo de haber perdido un bebé. Esta nueva oportunidad, vista a través de una cinematografía más cercana a nosotros (entiéndase una película mexicana o latinoamericana), hubiera resultado en un drama más tradicional, uno lineal con un bebé humano, que no generaría el interés en el público por algo como lo propuesto por Jóhannsson y Noomi Rapace -quien sirve también como productora-.

El primer trailer de Cordero lo presentó la distribuidora A24 hace algunos meses y rápidamente enganchó al público gracias a lo exótico que era ver a Noomi Rapace con un pequeño corderito vestido con ropas de niña. Mientras que la romántica canción de los Beach Boys “God Only Knows”, refleja la sensación que tienen nuestros protagonistas: ‘Sólo Dios sabe qué sería de mí sin ti’.

Cordero es una película que toca aristas sobre la paternidad, el duelo, la necesidad de seguir adelante y nuestra relación con la naturaleza. Asimismo, es una segunda oportunidad para poder amar, aunque no sepamos lo que nos separa, ‘solo Dios sabe’…

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.