The Cloverfield Paradox – Crítica
En Cloverfield Paradox se nos presentan más respuestas de los misterios de Cloverfield pero terminan por confundirnos más como espectadores.
En 2008 estrenó Cloverfield, una producción secreta de JJ Abrams dirigida por un novato Matt Reeves. Fue quizá de los primeros ejemplos en los que se unieron internet y cine en donde previo a la época de Twitter o Facebook, miles de fans comenzaron a tejer teorías sobre lo que fue la película, incluso la llegaron a vincular con el programa Lost al tratarse de un producto de Abrams.
Fue en enero de 2016 cuando se estrenó el primer trailer de la secuela: Avenida Cloverfield 10 y que anunciaba el estreno de la película un mes después, sorprendiendo a propios y extraños. Y ahora, Netflix anunció el estreno de The Cloverfield Paradox con horas, HORAS, de haber presentado tan sólo su primer trailer.
Un grupo de astronautas en una estación espacial están buscando la forma de crear una fuente de energía casi inagotable que pueda sacar a la Tierra de la peor crisis que nos está llevando conflictos entre todos los países del mundo. Para ello han experimentado con un acelerador de partículas por casi dos años sin éxito alguno… hasta que finalmente creen haberlo logrado pero como era de esperarse todo comienza a salir mal.
Con un primer acto cargado de suspenso y misterio, la cinta dirigida por el nigeriano Julius Onah nos transporta de lleno a la estación Cloverfield y genera la claustrofobia que necesitan las cintas de tripulaciones en estaciones espaciales, desde la máxima referencia Alien El octavo pasajero pasando por la siempre entretenida Event Horizon hasta películas medianamente logradas como Pandorum. Sin embargo Onah y el guion de Oren Uziel y Doug Jung nos lleva también a la tierra mientras vemos al esposo de la astronauta Hamilton (Gugu Mbatha-Raw) lidiar con lo que pasa en nuestro planeta.
The Cloverfield Paradox pretende mostrarnos más piezas del rompecabezas de la franquicia de Paramount Pictures (y ahora también Netflix), pero son piezas que deben acomodarse muy a la fuerza, como si incluso formaran parte de otro rompecabezas; y si son fans de la saga y han seguido las noticias del universo Cloverfield, sabrán que tanto Avenida Cloverfield 10 (conocida antes como The Cellar) como The Cloverfield Paradox (antes God Particle) comenzaron como proyectos independientes y fueron reescritos para ubicarse dentro de esta saga. Y así sucedió con Cloverfield 4: Overlord.
Claro, tenemos los guiños y easter eggs propios no sólo de Cloverfield sino del propio JJ Abrams como la bebida Slusho o la gasolinera Kelvin, pero eso no es suficiente para poder sentir a Paradox más que un simple guiño o capricho para meterla dentro del cánon de la historia. Incluso la cuenta de Twitter @Paradox_Is_Real que aparece en algún punto, al momento de estrenarse en Netflix la película no tiene ningún tweet ni imagen.
Resulta confuso ubicar la historia de Paradox dentro de la franquicia tomando en cuenta que abarca temas como dimensiones paralelas y cambios en el espacio-tiempo, por lo que no se entiende del todo si estamos en 2008, posterior o en dónde. A la par, se nos presentan personajes que es complicado sentir alguna empatía por ellos y mucho menos por sus vidas personales. Una lástima ver desaprovechados actores de la talla como Daniel Brühl o Zhang Ziyi, aunque Chris O’Dowd cumple al ser el comic relief.
Incluso las decisiones de los astronautas tienen el mismo “Síndrome Prometeo” en el que por más científicos que sean, parece que no hacen las preguntas más básicas como “¿por qué esto apareció aquí?” o “¿Y si mejor no hacemos esto?”.
Como una historia independiente, una producción que no pertenezca a ninguna franquicia, The Cloverfield Paradox funciona mesuradamente, sin descubrir el hilo negro mientras coquetea con obras de mayor trascendencia y desarrollo argumental como Interestelar, Contacto o Sunshine, pero al ser la tercera parte de esta saga, tropieza al buscar encajar y resolver dudas para simplemente confundirnos más.
Sin embargo, una cosa que hace bien The Cloverfield Paradox es que cumple a la perfección ese consejo que todos hemos dado alguna vez: mejor espérate a verla en Netflix, así que…