Borderlands – Crítica de la película
¿La época dorada de las adpataciones de videojuegos?
Borderlands, dirigida por Eli Roth y basada en el videojuego del mismo nombre, es una película de ciencia ficción que toma lugar en un mundo posapocalíptico. En ella, seguimos la historia de Lilith, una cazarrecompensas que se ve forzada a regresar a su planeta natal, Pandora, para rescatar a Tiny Tina (Ariana Greenblatt). Es ahí donde forma una alianza con un extraño grupo para encontrar un valioso tesoro y salir de aquel lugar.
¿Una adaptación más?
El mundo del cine atraviesa por una época dorada de adaptaciones de videojuegos. Hasta hace todavía muy poco, los interactivos llevados al cine estaban lejos de igualar las emociones que generaban sus contrapartes. Sin embargo, hoy los videojuegos son una presencia constante en la pantalla. De Cuphead, a The Last of Us, Silent Hill y, por supuesto, Fallout este mismo año, las historias de los videojuegos ya han encontrado su camino en la pantalla grande y en la chica. Sin embargo, el reto sigue siendo el mismo: crearles un trasfondo y un arco narrativo a los personajes. Es decir, tomar lo que ya existe y profundizarlo. Se trata de encontrar un balance entre una narrativa sólida y serle fieles al material original.
Desarrollo y personajes
Borderlands es una película que lleva años en desarrollo, por consiguiente, ha pasado por muchas manos y muchos cambios, así como un presupuesto ajustado. En este caso aunque sí existe el intento de desarrollar a los personajes más allá del videojuego, de todo el grupo principal solamente lo hacen con Lilith y Tiny Tina, dejando a todos los demás con poco o nulo desarrollo. Contando con los dotes actorales de Cate Blanchett, Jamie Lee Curtis, Kevin Hart y más, apenas roza la superficie de lo que podrían ser estos personajes tan particulares y llenos de potencial.
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Sin duda, el elenco está compuesto por actores muy queridos y este es uno de sus puntos fuertes. Por ejemplo, la actuación de Jack Black como Claptrap, un robot bastante molesto que sigue al grupo a todos lados, es simpática y logra arrancar un par de risas.
El aspecto visual de la cinta es llamativo, los colores vibrantes encajan con la idea central y con los personajes. La estética de videojuego se ve plasmada en los vestuarios, maquillaje y arte, pero es desaprovechada por la narrativa.
Finalmente, es claro que el director Eli Roth se recarga más de lo necesario en la trama del juego y, hasta cierto punto, se siente como ver a alguien jugando. A pesar de eso, el elenco es de lo mejor y la conexión de Tiny Tina (Ariana Greenblatt) y Lilith (Cate Blanchett) es uno de los puntos más llamativos. Tanto así, que es imposible no pensar en que ésta hubiera sido una adaptación mucho más exitosa si los personajes tuvieran un mayor desarrollo, más conexiones con las de ellas dos y una historia mucho más entrañable. Aún así, es una película que puedes ver para pasar un buen rato, pero poco más.