Attack on Titan: The Final Season – Crítica del episodio 28
¿Qué será del mundo, ahora que se enfrenta al individuo más acabado del odio que creó?
ADVERTENCIA: La siguiente review del episodio final de Attack on Titan: The Final Season – Parte 2 contiene spoilers.
Una nube de humo se alza sobre el horizonte. Los cientos de titanes colosales que acompañan a Eren, convertido en un monstruo descomunal, han tocado tierra. La destrucción de Marley y del mundo empezó, de la mano de un muchacho que quizás nunca dejó de ser el pequeño adolorido por la muerte de su madre. Ahora es él quien se cierne, amenazante, sobre las cabezas de personas cuyas vidas acabarán definitivamente.
Attack on titan llega al último capítulo de esta segunda parte de la temporada final, con la promesa de volver en 2023. Los 12 capítulos que conformaron esta parte, tuvieron menos altibajos en cuestiones de animación, aumentaron las secuencias de acción y trataron conflictos complejos como la traición, el extremismo ideológico y la fragilidad o el uso a conveniencia de los mitos fundacionales.
Asimismo, colocó la trama justo en el punto de ebullición climática; el Retumbar llegó a tierra y la alianza de los guerreros de Marley y la Legión le pisa los talones a esta destrucción, con el objetivo de detenerla. Los capítulos venideros estarán, con toda seguridad, repletos de acción por la batalla final que se avecina.
“El amanecer de la humanidad” es un episodio conmovedor con tono de ruptura, narrativa y emocional. Su narración en dos partes se enfocó, por un lado, en rellenar huecos en la trama, con flashbacks de la llegada de la Legión a Marley antes del ataque a Liberio o las conversaciones de Eren con Yelena, Floch e Historia; y, por otro, en la exploración de los sentimientos de Mikasa, sobre todo, y de Eren.
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Esta decisión hace que la estructura juegue con la distancia, tanto física como sentimental. Con Mikasa se explora “desde lejos”, con la perspectiva de quien ha observado, de quien no sabe cómo juzgar las acciones del otro. También, estar con ella es ver la retaguardia del Retumbar, verlo mientras se aleja.
Con Eren, las distancias se anulan, al acercarnos al epicentro de los hechos: a los pensamientos en su cabeza, al conocimiento de cómo está procesando las cosas. Con él, estamos en el Retumbar.
Por último, en la secuencia final, con los titanes colosales llegando a la costa y destruyendo las flotas humanas, vemos el Retumbar por delante, acercándose. Sentimos el miedo de los soldados ante esa imagen aciaga que avanza hacia ellos. La distancia va al otro lado, acabando en el horror ante lo inevitable.
Durante la primera parte, ver la actitud errática y lúgubre de Eren desde la perspectiva de Mikasa, su mirada a la que le faltan datos y ve solo contornos de su vida interior, otorga un tono melancólico al doloroso proceso de ver cómo alguien que quieres se diluye, alejándose paulatinamente hasta que, por fin un día, te deja.
Esto es peor si consideramos el momento en que Eren le pregunta a Mikasa qué es para ella. Hubo, en esa noche, la posibilidad de una declaración, una de amor; pero no amor familiar, como resultó siendo. Al ver que, en el presente, duda sobre si fue la respuesta correcta, nos indica que otros sentimientos anidan en ella. Shingeki no kyojin probablemente sea también la historia de un amor no dicho.
Después, cuando vuelven a ver a Eren, definitivamente ya no es la persona que conocían. Esto le sucedió al equipo en Liberio, en los primeros episodios. Sabíamos que algo había sucedido para levantar la tensión con Eren, pero no sabíamos qué. Hoy lo descubrimos: los abandonó tras ver la imposibilidad del diálogo en la Asamblea. Aunque hubiera buena voluntad para los eldianos, solo aplicaba para los que vivían en el continente, no para los de la isla. Ellos seguirían siendo demonios.
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En la segunda parte, al tener como protagonista a Eren, se nos revela la caja negra de su mente; entramos a esa vida interior que solo veíamos, como Mikasa, desde fuera. A través de su voz en off, lo acompañamos en diversos momentos que muestran cómo anidó la rabia que hoy descarga contra el mundo.
Somos testigos de su extremismo y su negación a buscar otras soluciones, desde antes de su viaje. Siempre pensó que la forma de acabar con el odio, era acabando con la civilización que lo produjo, llegando al grado de autolesionarse para cumplir sus metas y amparándose en la idea de que lo hizo por cariño a sus amigos.
Sin embargo, podemos darnos cuenta que es una visión reduccionista del problema. Todo lo sucedido en Paradis desde el inicio del Retumbar, es ejemplo de que mientras se erijan valores distintos, posiciones distintas en los perímetros de cada acción, habrá conflictos: personas se quejaron de cómo la destrucción de las murallas mató personas, oponiéndose a ello; asimismo, sus amigos no están de acuerdo con lo que está haciendo y hasta se unieron a sus enemigos para detenerlo. Ahora, contrario a sus deseos y por su causa, todos han sufrido demasiado y son considerados traidores en su tierra. A su razón, destruir el mundo para que fueran felices, la contradicen sus actos.
Tristemente, esa rabia llevará a un genocidio inenarrable. La masacre ha empezado y el Retumbar ha llegado al otro lado del océano, en una escena impactante, animada estupendamente y que deja un amargo sabor de boca ante el horror de la masacre que está por venir. ¿Qué será del mundo, ahora que se enfrenta al individuo más acabado del odio que creó?
Lo sabremos el próximo año, cuando vuelva el anime y, con él, este espacio de análisis en Cine PREMIERE, que te agradece a ti, lector o lectora, tu compañía durante este emocionante viaje. Esperemos con entusiasmo el retorno, ¡nos leeremos en el emocionante final de esta historia!
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Attack on Titan está disponible en Crunchyroll y Funimation.