Amenaza en lo profundo – Crítica
Amenaza en lo profundo no pretende más que emocionarnos, entretenernos y causarnos uno que otro sobresalto. Lo logra.
Tenemos un submarino varios kilómetros bajo la superficie del mar, trajes de buzo que pueden fallar en cualquier momento, monstruos bebés, un monstruo gigante, referencias a Alicia en el país de las maravillas, referencias a Alien, y los íconos de distintas generaciones que son Vincent Cassel y Kristen Stewart… ¿Qué podría salir mal? (En realidad, todo. Y, sorprendentemente, no tanto.) Amenaza en lo profundo no pretende más que emocionarnos, entretenernos y causarnos uno que otro sobresalto. Lo logra.
La trama es sencilla y predecible: Algo sucedió y la estación submarina donde están nuestros héroes ha colapsado. Sobreviven una asistente de investigación muy joven –parece ser «la nueva»–, tres hombres cuyas ocupaciones jamás quedan demasiado claras –uno de ellos se la pasa ligando durante la aventura, otro hace chistes y cuida un conejito de peluche, el otro da lecciones de vida–, una ingeniera mecánica desenfadada y muy lista –Kristen Stewart en una clara referencia a Sigourney Weaver– y un capitán heroico, comprometido y valiente –Vincent Cassel, claramente–.
Muchos de ellos tienen algún pasado del que están huyendo –qué mejor que huir hasta el fondo del océano–: vemos fotos, algunos detalles superficiales de sus pasados y algunos destellos de nostalgia. Aquí, al final, lo importante no es eso: todos están enfrentándose por igual a una muerte altamente probable y todos extrañan algo, ya sean sus parejas, sus hijos, sus perritos, sus galletas favoritas… Ante la catástrofe, tienen que aventurarse dentro de lo desconocido, usar unos trajes de buzo enormes, pesadísimos y peligrosos, y caminar hacia su última esperanza, una estación que podrá propulsarlos de vuelta a la superficie. Irán cayendo uno a uno, los sobrevivientes seguirán avanzando.
La travesía, como era de esperarse, está llena de obstáculos inesperados y pérdidas terribles sazonados con unas cuantas reflexiones existenciales light y un mensaje ambientalista exprés. Quienes van sobreviviendo se irán enfrentando a cosas cada vez más aterradoras, hasta llegar al encuentro final con un enemigo digno del más desaforado cine B –con las ventajas de un CGI millonario, claro. La película se alimenta de toda una tradición de monstruos, extraterrestres y enfrentamientos del hombre contra la naturaleza. No esconde sus hilos, ahí están, a la vista, formando parte de su propia composición.
Amenaza en lo profundo no busca tener ningún tipo de significado ulterior ni trascender como una película conmovedora o entrañable. Al principio, Norah dice en una voz en off bastante convencional: «Hay cierta comodidad en el cinismo». Si leemos la cinta a partir esta sentencia y nos dedicamos a simplemente dejarnos llevar por la montaña rusa visceral que es, podremos tomarnos un paréntesis de nuestro propio mundo, ése que sí se está hundiendo sin necesidad de un monstruo fantástico, y entretenernos con la desgracia ficticia un rato.