El último maestro del aire 3D
Una cinta que sólo busca ser épica y que por tanto carece de alma propia.
Al adaptar en pantalla grande un material original tan amado por los fanáticos, siempre existe el riesgo de encontrar opiniones encontradas, sobre todo por las grandes expectativas generadas. Para desgracia de El último maestro del aire, los veredictos son en su mayoría negativos. ¿Pero cómo es que M. Night Shyamalan logró hacer de una historia legendaria algo tan plano y aburrido? Hay varias respuestas, comenzando con el hecho de que el filme perdió todo el encanto de la caricatura Avatar: La leyenda de Aang.
El filme se centra en la historia de Aang (Noah Ringer), un Avatar cuyo trabajo es traer paz entre la Nación del Fuego, el Reino Tierra, las Tribus Agua y los Nómades del Aire. A él se unen Sokka (Jackson Rathbone) y Katara (Nicola Peltz), quienes viajan por el mundo para que el protagonista aprenda a manipular todos los elementos.
Y aquí el problema principal recae en el guión –también de Shyamalan–, pues ningún personaje se apega a las personalidades que tiene en la serie de televisión. Están poco desarrollados, siendo el más afectado de este mal Sokka (Jackson Rathbone). Porque si en la caricatura él se caracteriza por el toque de humor que da al trío, en el filme no es más que un simple peón con dos momentos graciosos. Los diálogos, además, son repetitivos y se siente una falta de comprensión del material original. Y dos de los personajes más esperados por los fans: Appa, el bisonte volador, y Momo, el lemur también volador, quedan rezagados en segundo plano. Todo esto nos hace cuestionar la decisión de escoger a Shyamalan como el responsable de este mundo, pues claramente no creó una película pensando en los seguidores.
Aunado a esto, la dirección toma el peor camino, pues en el afán de querer hacer un filme más serio, Shyamalan sólo logra que los actuaciones se sientan teatrales, redundantes y exageradas. Así, el ritmo del filme también sufre, pues hay tanta historia que contar, que todas las secuencias se sienten lentas, incluyendo las de mayor acción. El único punto positivo de la cinta son los efectos especiales, pero aún así, al inicio hay varias escenas donde la pantalla verde es evidente.
El resultado final es una cinta que sólo busca ser épica, partiendo de una fórmula previamente establecida, y es justo por esta razón que El último maestro del aire carece de alma propia.