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Cine

Escalofríos

21-10-2015, 4:13:44 PM Por:
Escalofríos

Más que escalofríos, son cosquillitas. La ligerísima comedia cumple sin pretensión su propósito como entretenimiento familiar.

Cine PREMIERE: 3
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La noción de que nuestros vecinos guarden terribles secretos ha sido tema fílmico en muchas ocasiones. La ventana indiscreta (1954) de Hitchcock o Doble de cuerpo (1984) de De Palma podrían ser buenas alusiones. En el caso de Escalofríos, tal vez la encontremos mejor vinculada con La hora del espanto (1985) por su temática adolescente y la combinación entre humor y horror que comparten, bajo esa misma y elemental premisa.

La razón por la que R.L. Stine (Jack Black) y Hannah (Odeya Rush) se aíslan como ermitaños en su hogar, generando la curiosidad de su nuevo y joven vecino (Dylan Minnette) no es poca cosa. Stine es un autor de novelas de horror cuyas creaciones cobran vida al abrir los libros con los manuscritos originales.

Cuando accidentalmente se abre uno de ellos y escapa la primera amenaza, dará inicio una sucesión de hechos que desatará un efecto dominó de terribles monstruos que convertirán a un pequeño poblado de Delaware en una pesadilla. La metamorfosis de la tinta se vuelve literal, en un espectáculo donde los efectos especiales son tan protagónicos como los actores, con una tercera dimensión que sirve correctamente su propósito.

La película está basada en la serie de libros juveniles de Escalofríos del verdadero escritor R.L. Stine, cuyo éxito desde la década de los 90 no sólo ha redituado en ventas millonarias en diferentes países, sino también en una serie televisiva. Por cierto que su recluso alter ego cinematográfico tiene una curiosa fijación con otro exitoso autor del género, con un par de referencias bien utilizadas en el filme. 

El desfile de monstruos digitales, que van desde extraterrestres, un hombre lobo, el abominable hombre de las nieves (de Pasadena), insectos gigantes y un interminable etcétera, logran generar situaciones que mezclan un moderado miedo, apto para toda la familia, con dosis de humor. 

La derivativa trama cumple sin pretensiones el más elemental de sus propósitos: entretener a su audiencia.

autor Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
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