Buscador
Ver el sitio sin publicidad Suscríbete a la revista
Cine

Spy: Una espía despistada

03-06-2015, 4:53:17 PM Por:
Spy: Una espía despistada

Spy de Paul Feig, es una comedia que cumple gracias a Melissa McCarthy, aunque no ofrece muchas cosas nuevas.

Cine PREMIERE: 3.5
Usuarios: 3
Votar ahora:

Desde que Kingsman: El servicio secreto le devolvió el humor al –hasta hace poco– muy solemne género de espías, no podíamos esperar para ver otra aventura irreverente de agentes secretos. Sobre todo porque, en años recientes, el cine se había poblado de grandes superespías a los que no podíamos más que tomar muy, pero muy en serio (Jason Bourne, Jack Ryan, James Bond, Ethan Hunt). Un velo de severidad cubrió las peripecias de estos héroes de etiqueta y pistola, y de pronto se volvió difícil encontrar una cinta del estilo que mezclara las risas, una pizca de parodia y la acción, sin llegar a los niveles de absurdos de Austin Powers. Johnny English y Steve Carell como el Agente 86, hasta ahora, eran nuestras únicas opciones.

Spy: Una espía despistada se concentra en honrar esa fórmula ganadora, valiéndose de otra receta que ha surtido efecto en el pasado: la combinación del director Paul Feig (Armadas y peligrosas) y la comediante favorita de Hollywood, Melissa McCarthy. Desde que lograron poner a la comedia escatológica en las ternas del Oscar –con Damas en guerra–, parece que ambos buscan revivir esa gloria de risas interminables. Spy no la alcanza del todo, pero sale avante gracias a dos armas secretas, aunque de dos filos: las repeticiones y una trama que usa la sátira para no tener que explicar sus giros sin sentido.

En un argumento arrebatado que nos invita a no tomarlo demasiado en serio (y es fácil hacerlo), McCarthy se repite a sí misma como Susan Cooper, una amable y menospreciada analista de escritorio de la CIA –que bien podría ser Sookie (¿recuerdan Gilmore Girls?)–, quien se ofrece para una misión “de campo” por primera vez. La canción “No soy una señora” podría ser el título alterno del segundo acto, durante el cual la vemos convertirse en una superagente –muy parecida a su personaje en Armadas y peligrosas–, patear traseros y hacer lo que mejor sabe: meterse en situaciones ridículas.

No hay nada nuevo en la forma en que Feig nos presume a Melissa McCarthy: ya la hemos visto en todas esas modalidades. Sin embargo, también es cierto que su timing cómico y comedia física siguen arrancando carcajadas. Cooper es un personaje que se sabe ganar la simpatía y compensa a los que no. Y con esto nos referimos a las coestrellas masculinas, Jude Law y Jason Statham, cuyos papeles caen en lo intrascendente. 

El personaje de Statham, una parodia de los espías en el cine, es justo el ejemplo del lado oscuro de las repeticiones. Su contribución se reduce a ser aquél que sólo tiene una sola broma, la cuál es reiterada en el guión hasta el cansancio. 

Aún así, Spy acierta en lo que se propone. No será la parodia de espías más inteligente, ni la mejor comedia que se le ha visto tanto a McCarthy, como a Feig, pero divierte y nos recuerda el talento de su actriz estrella. Lo demás se olvida una vez que se deja la sala.

autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
Comentarios