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Cine

El amor es extraño

23-04-2015, 12:08:40 PM Por:
El amor es extraño

Love is Strange es una poderosa fábula sobre el amor y las relaciones personales.

Cine PREMIERE: 4
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Nueva York es sinónimo de romance: el Empire State de Tú y yo, el Central Park de Grandes esperanzas, las calles de Meg Ryan o el Puente de Queensboro de Woody Allen. Y ahora también existe el de El amor es extraño: aquél que trata de separar a una pareja recién casada, pero sólo puede ser testigo de una historia de amor atemporal y seductora.

Esta pareja está compuesta por Ben (John Lithgow), un pintor retirado, y George (Alfred Molina), un maestro de música de un colegio católico, quien después de contraer nupcias, es expulsado de la escuela, porque un Obispo no está de acuerdo con el matrimonio homosexual. Este hecho traerá una fatídica consecuencia: la venta de su departamento y el hecho de tener que vivir a expensas de familiares y amigos. Ben se muda con su sobrino, esposa e hijo adolescente; mientras que George, con una pareja gay 30 años más joven.

El director y guionista Ira Sachs realiza una fábula sobre el amor y las relaciones personales. Su cámara narra cómo la privacidad moldea las virtudes y demonios de un puñado de personajes que tienen que convivir fuera de su área de confort. El guión, con punzantes diálogos de humor negro, retrata cómo la presencia de estos dos hombres –quienes en teoría, son apreciados por la gente que les brindó asilo– modifica la dinámica de sus anfitriones, mientras su lejanía sólo amplifica el amor que sienten el uno por el otro. 

De hecho, uno de los mensajes más claros de la cinta –y que tal vez, ayudó al título de la misma– proviene de una reflexión que pronuncia George cuando es despedido de su trabajo y escribe una carta a los padres de familia. En ésta, les pide que les digan a sus hijos que no deben esconder quiénes son o qué es lo que piensan si creen que esto les traerá problemas. 

Esta emotividad recae en la actuación de los protagonistas los cuales jamás caen en excesos, ni en clichés; su relación se percibe auténtica y por momentos deseas que, como se anunció en su votos matrimoniales, “vivan felices para siempre”. Sachs logra este efecto al dotar a sus personajes de una humanidad palpable, en la cual el destino, las estratosféricas rentas de Manhattan o la incertidumbre, son parte del día a día de las parejas comunes y corrientes del siglo XXI. 

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