H2OMX
El documental H2OMX tiene una fotografía impecable, y aunque no ofrece respuestas, es bastante lógico.
Los documentales sobre temas sociales son cosa delicada. Los cineastas deben tener cuidado de balancear adecuadamente la volcadura de datos duros, las anécdotas personales de sus protagonistas y las advertencias (o sermoneo, supongo) a las que al final quieren llegar. Sin embargo, existen algunos temas –principalmente en términos de ecología y concientización por el medio ambiente–, para los que una simple ‘llamada a tomar acción’ ya no es suficiente. «Hoy en día, para que te escuche la gente, necesitas golpearlos en la cabeza con un martillo», diría Tyler Durden. H2OMX es aquel martillazo que todo habitante de esta Ciudad de México y de este país necesita.
El documental tiene una fotografía impecable y una banda sonora digna de escucharse una y otra vez incluso separada de sus imágenes. Sin embargo, el interés de H2OMX está, sobre todo, en presentarnos el gravísimo problema que enfrenta esta ciudad. Por lo mismo, su construcción narrativa –hablando en términos fríos de una pieza dentro de una forma cinematográfica establecida como el documental– es sencilla y nos lleva de la mano hacia cada uno de los tentáculos de este monstruo que nos acecha a todos. Aquí no estamos buscando formas creativas e innovadoras de avanzar la forma. Lo que se necesita aquí es explicarle al espectador, con lujo de detalle, las cosas que están sucediendo literalmente debajo de sus pies.
Donde sí falla, y no estoy enteramente convencido de que eso sea culpa del documental, es en mostrarnos las acciones que se están tomando para resolver la crisis de la falta de agua. Vemos un par de esfuerzos de asociaciones civiles y grandes complejos gubernamentales con varios años de retraso y al parecer sin fecha de terminación. ¿Eso es lo único que se está haciendo? Sí, sí, estamos condenados.
Los cineastas también hicieron bien en no señalar a un sólo responsable. Y es que… ¿es culpa del gobierno? Sí. ¿Es culpa de la falta de educación en la gente? También. ¿Es culpa de que hace 500 años a alguien le pareció buena idea secar un lago natural y luego sorprenderse de que se inunde tanto? Pues… sí. La verdad incómoda (la referencia al documental de Al Gore era inevitable) es que todos tenemos la culpa. Pero, ¿qué podemos hacer tú y yo como individuos? El documental tampoco ofrece respuestas, pero es bastante lógico: No desperdicies el agua. Desde chico lo has escuchado. “No desperdicies el agua, apaga la luz y respeta a los demás”. Esperemos que esfuerzos como H2OMX al fin nos hagan entender que estos no son sólo eslóganes de la primaria. Son reglas básicas de supervivencia.