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Cine

El inventor de juegos

03-07-2014, 2:13:50 PM Por:
El inventor de juegos

Cualquiera pensaría que la adaptación cinematográfica de El inventor de juegos (The Games Maker), el bestseller infantil del argentino Pablo de Santis, tendría todo lo necesario para atraparnos en la fantasía de su mundo de azar: un protagonista genio, carreras de globos aerostáticos, un internado hundido en aguas venecianas y una ciudad llamada Zyl, capital […]

Cine PREMIERE: 1.5
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Cualquiera pensaría que la adaptación cinematográfica de El inventor de juegos (The Games Maker), el bestseller infantil del argentino Pablo de Santis, tendría todo lo necesario para atraparnos en la fantasía de su mundo de azar: un protagonista genio, carreras de globos aerostáticos, un internado hundido en aguas venecianas y una ciudad llamada Zyl, capital de los juegos de mesa, que bien podría ser la mezcla de Hogsmeade (de Harry Potter), el pueblo suizo de Six Flags y la fábrica de dulces de Willy Wonka. 

Desafortunadamente, su salto a la pantalla grande sufre de una falla mortal: su manufactura deficiente impide involucrarnos en su universo, que promete constantemente una magia que no alcanzamos a ver nunca. 
Dirigida por el argentino Juan Pablo Buscarini (El arca), El inventor de juegos narra la aventura de Iván Drago (David Mazouz), un niño de 10 años que entra a un concurso de invención de juegos de mesa por correspondencia, del cual resulta ganador. Justo cuando está por descubrir que su abuelo es también un famoso creador de juegos, sus padres desaparecen en un accidente de globo aerostático, dejándolo a merced de un enigmático internado– un lugar que se antoja conocer un poco más de lo que se nos permite.

Sin embargo, un par de coincidencias extrañas y más personajes que no se encuentran ni un poco desarrollados, lo ayudan a dar con su abuelo (Edward Asner) y a enfrentarse con el villano de este cuento, el excéntrico inventor de juegos oscuros, Morodian (interpretado por Joseph Fiennes, sí, quien alguna vez protagonizó Shakespeare Apasionado).

El inventor de juegos es un mosaico de caótica diversidad, lo que le da un aire de quimera cinematográfica. Se trata de una coproducción con Italia y Canadá, con elenco principalmente anglosajón, filmada en Argentina pero con diálogos en inglés (que probablemente se doblarán). A eso se suma el hecho de que la historia misma no parece ocurrir en un tiempo o espacio identificable, sino en un cosmos alterno, lo cual no sería un problema de no ser porque– a pesar de sus coloridas vistas y floridos habitantes– éste permanece soso e inalcanzable, sin nada que lo conecte a la audiencia.
De una serie de escollos que incluyen un guión superficial, un humor débil y momentos irrelevantes, quizá el más problemático sea el montaje, que encima diálogos, acciones y gestos. Sabemos lo que está sucediendo pero lo que no queda tan claro es por qué está ocurriendo de esa forma, tan atropellada, cortada y seguramente confusa para los más pequeños. Buscarini no se toma el tiempo para ambientar al espectador, quien no alcanza a interesarse por el destino de sus héroes.

Aun así, vale la pena rescatar el diseño de arte y de producción, que logran que el esquizofrénico viaje sea –al menos– visualmente muy atractivo. Ofrece unos escenarios de ensueño que saltan en 3D, pero que también anuncian constantemente la aparición de esa magia que nunca llega.

autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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