3 idiotas – Crítica

3 idiotas, esta comedia, adaptación de la película hindú homónima de 2009, escrita y dirigida por Rajkumar Hirani a su vez basado en la novela Five Point Someone de Chetan Bhagat, está construida a partir de un largo flashback. Primero vemos cómo Beto (Germán Valdez) y Felipe (Christian Vázquez) se reúnen para ir a buscar a Pancho (Alfonso Dosal), su amigo de la universidad que un buen día simplemente desapareció de sus vidas. Quien los ha convocado es Isidoro (Vadhir Derbez), no precisamente amigo del trío, quien asegura que sabe dónde está Pancho y quiere hacer que pague una apuesta.

Es ahí donde la cinta regresa en el tiempo para que conozcamos la historia de amistad de los tres idiotas del título. Dirigida por Carlos Bolado (sí, el mismo de la excelente Bajo California: El límite del tiempo, 1998, y de los dramas políticos Colosio: el asesinato, 2012, y Tlatelolco, verano del 68, 2013), él mismo firmante del guion junto con Martha Higareda (además productora y protagonista), Cory Brusseau y Antonio Abascal, la historia va dando vertiginosos traspiés para tratar de que tengamos una idea de cómo se construyeron los sólidos lazos de amistad entre Beto, Felipe y Pancho, todos estudiantes de ingeniería en una prestigiada universidad privada, y también con Mariana (Higareda), el interés amoroso de Pancho.

Tanto Beto como Felipe atraviesan una etapa complicada. El primero porque él no quiere hacer esa carrera, que cursa por imposición paterna, y el segundo porque no quiere defraudar a su familia: es el primero de la misma en estudiar la universidad y no quiere perder la beca, lo cual afecta su rendimiento. Pero es Pancho, quien con naturalidad y desparpajo, funciona como catalizador animando a sus amigos a seguir sus sueños. A pesar de que él mismo no la tiene fácil: destacado estudiante, desde el principio vive la enemistad de Isidoro, quien quiere ser el primero a toda costa, e incluso de Escalona (Rodrigo Murray), una especie de jefe de carrera y padre de Mariana.

La edición de 3 idiotas, de Jorge García Porri y Camilo Abadía, es tal vez la parte más endeble de la cinta. Hecha a punta de cortes directos y planos breves, más bien parece la parchadura de algo que un planeado discurso narrativo. De hecho, esta vertiginosidad no permite el desarrollo de personajes, reduciendo sus motivaciones a simple palabrería, tratando de obviar un mensaje sobre la amistad, la felicidad y la búsqueda de los sueños a partir de los diálogos más que de las situaciones, contradiciendo el espíritu de esta comedia. Considerando que una película se construye de momentos, esas pequeñas imágenes de una cinta suficientes para evocarla, y escenas, aquellas partes de la historia que nos permiten conocer el contexto de los personajes, 3 idiotas parece tener carencia de ambas. Y sin un asidero así, pues ni cómo. Y ni hablar de la selección del reparto, bastante crecidito para representar a jóvenes universitarios recién llegados a sus veintes. Aunque a su favor tienen la buena química generada entre ellos.

Javier Pérez Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".