Tengo ganas de ti
Secuela de Tres metros sobre el cielo, esta película es un melodrama sin sustento, con personajes simples. Es una historia de amor sin nada más que ofrecer.
En una época en donde muchas de las películas más famosas provienen de un fenómeno literario, nos llega Tengo ganas de ti, secuela del libro de Federico Moccia Tres metros sobre el cielo. Y como era de esperarse, esta segunda cinta volvió a causar sensación entre la gente rompiendo todo tipo de récords.
La historia se centra en el rebelde, pero sensible Hache (Mario Casas), quien después de un tiempo de vivir en el extranjero, regresa a su hogar. Los recuerdos de Babi (María Valverde) y su pasado lo persiguen hasta que conoce a Gin (Clara Lago), una muchacha que le hace ver la vida de otra manera. Ahora su pasado y su presente se enfrentarán y Hugo tendrá que decidir.
Al igual que en la primera película, este filme está lleno de defectos. El principal son las motivaciones del personaje, y es que a lo largo de la película, sus acciones son difíciles de comprender. En más de una ocasión se siente una frustración ante lo que está pasando en pantalla, y no de la manera positiva en la que usualmente los melodramas nos hacen sentir.
Aunado a esto está la débil trama, pues se acaba convirtiendo en una serie de momentos desconectados y sin seguimiento. Los cambios entre la historia de Hache y Babi se sienten desarticulados y la historia de ella no se involucra con él, cosa muy negativa si se trata de una historia de amor. Gin, por otro lado, es un personaje con destellos de ingenio, lástima que no profundizan más y la dejan como un instrumento para resolver los problemas de Hache.
Todo esto resulta en un triángulo amoroso muy débil. El héroe, rompe promesas y muestra fallas tan poco pensadas, que lo llevan a cometer errores poco sustentados. El personaje de Babi es totalmente destruido, no es la persona que la audiencia conoce en la primera película y eso, prácticamente termina con el dilema de decisión que se podría llega a tener. El único momento se da en el desenlace, que aunque obvio, es satisfactorio y diferente a la mayoría de las historias que tratan acerca del primer amor.
Al final, la película acaba siendo un melodrama sin sustento. Los personajes no son lo suficientemente complejos ni interesantes como para involucrarse. Es una historia más de amor, sin nada interesante que ofrecer.