Sushi a la mexicana

Ante un panorama que está, para bien o para mal, plagado de propuestas que llegan rodeadas de una gran parafernalia y fuegos artificiales, siempre es agradable encontrarse con un platillo fílmico sencillo y poco pretensioso, pero efectivo y con sustancia. No es una obra maestra, ni el blockbuster de temporada, y mucho menos un concepto experimental: es sólo una película de manufactura digna, enfocada en entretener y, de paso, motivar a la reflexión.

En Sushi a la mexicana –título muy adecuado pero que, por otro lado, es capaz de ahuyentar al público más exigente- sigue los pasos de Juana Martínez, una madre soltera de ascendencia latina, quien junto con su padre y su hija, trata de salir adelante en los Estados Unidos. Por supuesto, las cosas son complicadas y aunque es una estupenda cocinera, termina trabajando en un lugar de comida japonesa, como ayudante de cocina, en donde al menos aprovecha que es muy rápida a la hora de picar y cortar. Pero ella no se conforma, pues estar en las sombras no es lo suyo, quiere estar en la barra y convertirse en una chef de sushi, aunque esto implique enfrentar a su propio jefe y participar en un concurso de televisión conocido como “Maestros del sushi”. 

La trama ciertamente posee todos los elementos necesarios para convertirse en un panfleto y terminar como un lacrimógeno vehículo de superación lleno de estereotipos culturales y lugares comunes. Sin embargo esto no sucede y es que, en lugar de negar que recurre a dichos ingredientes, los asume, los utiliza, los matiza y los reacomoda al servicio de una historia bien estructurada, con un desarrollo que, salvo un par de ocasiones –como cuando se coloca cierto accesorio antes de concursar en TV, que por poco resulta hasta gracioso–, mantiene el ritmo y el tono propuesto desde el principio. Los diálogos son precisos y sin desperdicio. Esto le brinda a la cinta honestidad y encanto a pesar de que trata temas relacionados con los prejuicios de nacionalidad y de género –incluso con frases un tanto incisivas–. Aún así, no se regodea innecesariamente con el tema, lo bordea de manera inteligente y pone aquellos temas sobre la mesa para seguir su claro objetivo: contar una historia. 

Mención aparte merece la actriz Diana Elizabeth Torres, un rostro hasta cierto punto nuevo en la cartelera de nuestro país, lo cual siempre se agradece. Ella, además, mantiene su personaje en la contención, matizándolo con sutileza y otorgándole cierto carisma cotidiano, con el cual logra enganchar al público. Así pues, Sushi a la mexicana, una producción a galope entre México y Estados Unidos –allá fue bien recibida–, distribuida por Cinépolis, y dirigida por el estadounidense Anthony Lucero, irónicamente sobresale porque no va más allá del promedio, porque sólo entretiene, se cuenta con oficio, tiene un discurso social claro y, además, proyecta humanidad. Es un platillo fílmico discreto, que evita a toda costa ser rebuscado, sofisticado u ostentoso, pero que es sustancioso, disfrutable y por su propia naturaleza, accesible para toda la familia. 

Jesús Chavarría Critico de cine y cómics. Critico en Cine con Kristoff de Telehit. Fue editor de Stageone México. Colaboró con Playboy, Chilango y la edición mexicana de Archie. Hoy escribe para La Razón y Mórbido Magazine. Conduce el programa de radio y Tv, Rocket.