Bienvenidos al ayer
Producida por Michael Bay, el estreno en cine del found footage con sci-fi, Project Almanac, no termina de convencer.
Bienvenidos al ayer (Project Almanac) está dirigida a una generación que se expresa a través de las pantallas y la inmediatez: Twitter, Instagram, Snapchat, entre otras apps. Por lo que sería un paso lógico que la película se hiciera a través de estas formas de expresión. Sin embargo, llega un momento en donde la protagonista (interpretada por Sofia Black-D’Elia), pregunta lo que toda la audiencia lleva pensando desde el inicio la película: «¿Tienes que grabar todo?».
David (Jonny Weston) es un chico de prepa que busca una beca para entrar a MIT (Massachusetts Institute of Technology) y que por azares del destino encuentra un aparato y los planos para crear una máquina del tiempo. Así, junto con su hermana, amigos y la chica que le gusta (porque obviamente ella pasaba casualmente por ahí), descubrirán el poder que tiene viajar al pasado y enmendar las cosas.
Bienvenidos al ayer adopta perfectamente la premisa del viaje en el tiempo si esto le sucediera a adolescentes de preparatoria: vengarse del bully, pasar el examen sabiendo las respuestas, ir a conciertos… Hasta ese punto todo está «bien» y es «entretenido», sin embargo el máximo enemigo es el uso del formato found footage. A diferencia de Poder sin límites (Chronicle), en donde la cámara era un elemento más y jugaba con los poderes de los, también preparatorianos bulleados. Aquí no sólo nos preguntamos por qué tienen que grabar hasta las aburridas clases, o que la hermana tiene un pulso que ya envidiaría cualquier steadicam, sino que nunca podemos ir más allá de un sólo «protagonista» y por lo tanto, darle un rostro.
Existen interesantes usos del viaje en el tiempo, el mejor ejecutado es el concierto en Lollapalooza al que asisten con todo y pases VIP, aunque alrededor del minuto 6 del evento ya queremos que «la trama» siga avanzando. Sin embargo, como el equipo de producción de MTV tenía que aprovechar las participaciones de bandas como Atlas Genius e Imagine Dragons para atraer más público, esta secuencia se alarga.
Dejando a un lado las implicaciones científicas, viajar en el tiempo en el mundo cinematográfico conlleva reglas y bases. Ahí tenemos ejemplos de grandes clásicos como Terminator, Volver al futuro, o más recientes producciones de la talla de Donnie Darko hasta El efecto mariposa, pero parece que Bienvenidos al ayer no las toma muy en serio. Y volviendo al problema del found footage, no podemos ver más allá de lo que la cámara capta.
Como producción del género found footage con jóvenes protagonistas, la película no queda a la altura de Poder sin límites o Proyecto X –las cuales tampoco son grandes clásicos. Y si hablamos del lado de ciencia ficción con viajeros prepratorianos, mejor habría que echarle un ojo a Minutemen (2008), película de Disney Channel que tiene mejor química entre sus protagonistas y audiencia.
Lástima que el productor Michael Bay y compañía no pueden viajar al pasado para arreglar los problemas de Bienvenidos al ayer.