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Cine

Tom en el granero

31-07-2014, 9:34:46 AM Por:
Tom en el granero

Muy al estilo del cine francés, Tom en el granero se queda en la descripción del conflicto sin brindar respuestas

Cine PREMIERE: 3
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A
sus 25 años, el quebequense Xavier Dolan es considerado ya el nuevo niño
prodigio del cine, después de que su más reciente cinta Mommy compartiera el
Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.

Camaleónico
por naturaleza, Dolan posee una sonrisa muy particular que le permite pasar de
una expresión cínica a una de ternura en segundos. Es andrógino, demasiado
bello a ratos, bizarro rayando en feo en otros. Un ser profundamente enigmático,
para calificarlo pronto. Y así es también Tom, quien al inicio de la cinta emprende
un melancólico viaje en auto hasta la granja familiar de su novio Guy, para
asistir a su funeral. Ahí conoce a Agetha, la dolida madre de Guy, que no sabe
que su hijo era homosexual y que Tom es su pareja, porque Francis, (su otro
hijo y hermano de Guy) se lo ha ocultado siempre. Desde el primer momento Tom
es intimidado y atacado por Francis, quien es un tipo cruel, violento y
terriblemente homofóbico, al parecer justamente por no haber salido del clóset.

A
pesar del maltrato del que es objeto, Tom decide quedarse a vivir en la granja.
El por qué toma esta decisión –a todas luces enferma e ilógica- es precisamente
la cuestión que explora la cinta.

La
historia presentada en Tom en el granero es una adaptación
de la obra de teatro del mismo nombre y fue realizada también por Dolan, quien
para la pantalla grande elige contarnos poco en cámara sobre los hechos y en su
lugar recurre a los encuadres cerrados y al close-up para mostrarnos tan de
cerca las expresiones de sus personajes que el espectador puede ir atando cabos
a través de los sentimientos que adivina. El resultado es una cinta intimista y
saturada de misterio, cuya trama se desarrolla en un ambiente extremadamente
tenso y tan cargado de violencia reprimida, que uno espera que explote en cualquier
momento… el problema es que nunca termina de hacerlo.

Muy
al estilo del cine francés, Tom en el granero se queda en la
descripción del conflicto sin brindar respuestas a las preguntas que plantea;
dejando a la película en la mera narración anecdótica de la breve y enigmática
relación que se desarrolla entre los personajes. Sin duda hay a quién le gusta
este tipo de tratamiento tan de película “de arte”, pero el resto seguramente
se quedará hasta el final de los créditos para ver si es cierto que ya se
acabó.

autor Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.
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