Pánico 5 Bravo

Escrita, dirigida y protagonizada por Kuno Becker, Pánico 5 Bravo profundiza en la tensa y violenta situación que el narcotráfico ha originado en la frontera de México con Estados Unidos, nuestro vecino del norte.

La historia inicia cuando una ambulancia hace guardia nocturna en la frontera de Arizona. En su interior hay 4 paramédicos: Richard (John Henry Richardson), Bobby (Aurora Papile), Alex (Kuno Becker) y Josh (Dan Rovzar), quienes bromean y esperan tranquilamente la llegada de alguna llamada de emergencia. A su frecuencia de radio se cuela un ‘5 Bravo’ de la policía mexicana, clave que identifica a un herido de bala. Al enterarse de que éste se encuentra en el Puente 1, a unos cuantos metros de distancia de ellos, deciden rescatarlo. Esto lo hacen a sabiendas del gran riesgo que corren, sin embargo nada los prepara para el enorme dilema en el que se verán envueltos al terminar atrapados dentro de su propia ambulancia.

Kuno Becker aprovecha este escenario claustrofóbico y por demás angustiante para llevar a la audiencia a experimentar el suspenso al máximo. Sin embargo, el verdadero mérito de Pánico 5 Bravo consiste en que no se queda en un simple retrato de violencia, sino que la utiliza como marco para señalar que el narcotráfico tiene participantes en ambos lados y que la línea entre ‘buenos’ y ‘malos’ –a diferencia de la frontera– si se cruza fácilmente. 

Cuando platicamos con Becker, nos comentó: “Siempre me ha parecido muy raro que a pesar de que Estados Unidos tiene bases en todas partes del mundo, permita que pase esto en su ‘patio de atrás’… y me choca el término, pero así lo ven ellos. Es como si en ambos lados se permitiera que esto crezca, para que luego no quede más remedio que dejarlos entrar”. 

Aunque Pánico 5 Bravo tiene algunas inconsistencias en el desarrollo de la trama y transforma al ya de por sí estereotipado narco mexicano en villano de Hollywood, resulta un muy buen thriller que, por si fuera poco, se atreve a dar voz a lo que muchos piensan, pero pocos han dicho.

Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.