Cásese quien pueda
La película escrita, producida y protagonizada por Martha Higareda cumple con la fórmula del género, pero falla en frescura y originalidad en la historia.
Ana Paula (Martha Higareda) es la típica niña fresa, cursi y mega fashion a la que lo único que le interesa es casarse y tener hijos con su novio Mirrey. La hermana de la protagonista, Daniela (interpretada por su hermana en la vida real: Miriam Higareda), al contrario es una facha total que persigue obsesivamente una carrera de cantante sin futuro. Ella nunca ha tenido novio porque desde los 7 años ha estado enamorada de Gustavo (Luis Gerardo Méndez), un amigo de la infancia que nunca le ha hecho caso porque él, a su vez, está enamorado de Ana Paula.
Así arranca esta comedia romántica mexicana ambiciosamente escrita, producida y protagonizada por Martha Higareda, quién quizá debió de haber elegido sólo una de estas actividades para llevar su película a mejor puerto.
Si bien la cinta cumple con la fórmula del género, falla en frescura y originalidad en la historia. Cásese quien pueda remite inevitablemente a películas como Insólito destino (2002), Hombre nuevo, vida nueva (1987) o La propuesta (2009). Hemos visto tantas veces las situaciones que nos presenta que resulta absolutamente predecible desde la primera escena. La trama recurre además a enredos que sobrepasan la licencia poética, como que Ana Paula se emborracha y queda inconsciente en la caja de una camioneta desvencijada en la que llega hasta Quintana Roo (por lo menos un par de días después), sin que ni ella ni el chofer se den cuenta. La misma camioneta no puede avanzar más de 5 metros el resto de la película.
A los desatinos en la trama se suma la sobreactuación de Martha Higareda, que prácticamente desborda al estereotipo que interpreta. La actuación de Miriam es mejor por ser más mesurada, aunque termina siendo bastante gris. La participación de Luis Gerardo Mendez será seguramente un motivador para que muchos acudan a las salas de cine, y aunque su desempeño es bueno, el personaje desgraciadamente no alcanza para aprovechar su talento.
Sin duda se aplaude que el cine nacional explore diferentes géneros comerciales, pero si lo que pretendemos es ocupar un lugar en la escena internacional, es necesario poner más atención a las historias; sólo así podremos ofrecer un punto de vista diferente: el nuestro, no el que nos ha dictado Hollywood.