¿Qué le dijiste a Dios?

¿Qué le dijiste a Dios? es el segundo largometraje que dirige Teresa Suarez (Así del precipicio), quien en esta ocasión también estuvo a cargo del guión y la producción. La cinta intenta ser una comedia musical que utiliza como hilo conductor algunos de los éxitos de Juan Gabriel (muy al estilo de lo que han hecho en el teatro obras como Hoy no me puedo levantar o Mentiras).

Martina y Lupita –Gina Vargas y Olinka Velázquez respectivamente– son 2 hermanas que trabajan como empleadas domésticas en una casa rica. Marcela su “patrona” (Erika de la Rosa), es una mujer superficial, egoísta y déspota que le es infiel a su esposo con el marido de su mejor amiga, Marifer (Mar Contreras). Cansadas del maltrato y las injusticias de Marcela, Martina y Lupita deciden robarle joyas y vestidos para escaparse a su pueblo, a dónde Marcela y Marifer las seguirán hasta encontrarlas. 

Aunque explorar las relaciones de las “muchachas” del servicio y sus patronas millonarias en el México de hoy desde el punto de vista de una comedia musical pudiera sonar hasta cierto punto interesante, el resultado desgraciadamente no funciona. Para empezar porque ¿Qué le dijiste a Dios? no termina de definirse. La trama fluctúa entre el melodrama telenovelero y la comedia, por lo que no alcanza a ser ninguna de las 2. Falla también en el intento de construir una historia en torno a las canciones de Juan Gabriel, por lo que la mayoría de los momentos musicales se sienten forzados dentro de la trama o son meramente decorativos.

El género del musical no es fácil y mucho menos en esta época, en donde la competencia son cintas de gran calibre. Hoy en día, un musical requiere de mucho más que una canción famosa y una coreografía relativamente simple filmada a cámara fija. Es posible que ¿Qué le dijiste a Dios? hubiera podido funcionar en el teatro, pero adolece de mucho presupuesto y producción para haberla llevado a la pantalla grande. Tristemente, ni las mejores canciones de Juan Gabriel logran salvarla.

Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.