No sé si cortarme las venas o dejármelas largas
Basada en lapuesta en escena homónima, esta película mexicana es un interesante experimento cinematográfico que trae consigo algunos vicios del teatro.
El director y escritor mexicano Manolo Caro presenta su proyecto más ambicioso hasta la fecha, la ópera prima Las venas o No sé si cortarme las venas o dejármelas largas, antes montada como obra de teatro bajo el mismo título. Con un elenco integrado por Ludwika Paleta (El libro de piedra), Zuria Vega (Sexo y otros secretos) y Luis Gerardo Méndez (Nosotros los Nobles), este interesante experimento se desarrolla casi en su totalidad dentro de un mismo edificio.
Son notorios los diversos emplazamientos de cámara, cuyo dinamismo da un muy buen ritmo a la película, a pesar de sus evidentes limitaciones espaciales. Sin embargo, es claro a lo largo de la película que la adaptación se hizo casi análoga a la de la puesta en escena original, pues en gran medida la forma en que están construidos los diálogos obliga a los actores a comportarse con una teatralidad que no se traduce tan bien en el lenguaje cinematográfico. Es así que las actuaciones tan intensas que aporta el elenco hacen un tanto pesado el poder disfrutar del argumento propuesto por la cinta, que de por sí es no muy entrañable.
Vale la pena mencionar que como una pequeña subtrama paralela a la historia principal, Nora –el personaje de Ludwika Paleta– sigue constantemente el desarrollo de una telenovela que presenta ciertos paralelismos con el argumento de la cinta, ofreciendo descansos visuales al público y solucionando un poco lo encapsulado de las secuencias dentro de los departamentos. Un recurso similar al que usara Zack Snyder en la versión extendida de Watchmen: Los Vigilantes con la subtrama del navío pirata.
El elenco también cuenta con la participación de Raúl Méndez (Matando cabos), Rossy de Palma (Mujeres al borde de un ataque de nervios) y Luis Ernesto Franco (Los inadaptados), quien es el único elemento del ensamble que aporta una interpretación realmente creíble. Asimismo, es recomendable estar atento a la presencia de cameos que incluyen a José María Yazpik, Cecilia Suárez y la comediante Anabel Ferreira.
A pesar de lo tropezado que pudiera ser el flujo de las acciones de los personajes, hay que reconocer que Las venas presenta una propuesta de humor negro muy simpática y fresca, que demanda una atención del público muy particular, por lo que es un trabajo al que vale la pena dar una oportunidad.