Nos vemos, papá
Película mexicana protagonizada por Cecilia Suárez y dirigida por Lucía Carreras que muestra un retrato íntimo del duelo.
Los años más recientes del cine nacional han derivado en una búsqueda (o la formación) de un público más intuitivo. A partir de esto, Lucía Carreras se presenta como una directora que, con altos aciertos en producción, se vale –quizás en demasía– de la sensibilidad de la audiencia mexicana para expresar los puntos clave de su historia.
Esto, porque estamos acostumbrados a conclusiones digeridas, pero Carreras se fue al otro extremo. En Nos vemos, papá se presenta la historia de Pilar (Cecilia Suárez), una mujer centrada que se tambalea ante la muerte de su padre. Su fortaleza se desvanece mientras mezcla el pasado con el presente y se refugia en un mundo interior de duelo que pocos podrán, o querrán entender.
La intimidad que logra la directora es aplaudible, construye escenas verosímiles y cotidianas que facilitan la identificación con el público. Sin embargo, a falta de palabras –parece contar a cuentagotas los diálogos de sus personajes—, el silencio es demasiado presente. Sin duda hay una intención detrás de esto, pero el producto final deriva en minutos un tanto tediosos.
Dicho esto, debemos aplaudir la calidad en fotografía y mezcla de audio de Nos vemos, papá, pues la cinta se une al grupo de películas que eleva los estándares de producción del cine mexicano. Además, Carreras se siente fresca en su narrativa visual y presta atención a los detalles que complementan el contexto y las actuaciones.
