Cada década en la historia del cine tiene uno o varios actores que se convirtieron en auténticas personificaciones de su esencia. Tal es el caso de Winona Ryder , cuya presencia en algunas de las películas más importantes de los 80 y 90 le convirtió en todo un símbolo de su tiempo.
Su distanciamiento del cine redujo su popularidad entre las audiencias, pero su talento le ayudó a escalar peldaños para retomar su posición. Más recientemente, Stranger Things le regresó a lo más alto al aprovechar su imagen icónica para transportarnos de vuelta al pasado.
A continuación las mejores películas de Winona Ryder .
La dura realidad (Dir. Ben Stiller, 1994)
Uno de los filmes más icónicos de la generación X, sobre una documentalista que aprovecha a su grupo de amigos para tratar de capturar las vidas, emociones y sensaciones que aquejan a este segmento de la población. Aunque la crítica la recibió con tibieza, el público la abrazó con entusiasmo, convirtiéndola en un éxito de taquilla y uno de los filmes más rentables de los 90 con una recaudación global de $33.4 mdd tras una inversión de apenas $11.5 mdd. Esta tendencia se mantiene hasta nuestros días, al ser motivo de análisis y adoración. Esto hizo que Ben Stiller buscara retomar la historia en una serie de televisión, pero el plan nunca se realizó.
A Scanner Darkly (Dir. Richard Linklater, 2006)
Casi 15 años después de Drácula, Winona Ryder y Keanu Reeves se reencontraron para cimentar una de las alianzas histriónicas más populares de Hollywood y que actualmente es integrada por cuatro títulos. Inspirada en la obra de Philip K. Dick, esta cinta nos traslada a un futuro cercano donde los Estados Unidos perdió la guerra contra las drogas, lo que inspiró a su gobierno a crear una elaborada red de agentes encubiertos para tratar de retomar el control. Tal es el caso de Bob Arctor, quien vive en un continuo dilema ya que además de adicto, ha establecido una buena amistad con la proveedora Donna, quien es interpretada por Ryder. No es el filme más popular en la carrera de la actriz, pero su compleja trama y técnica le concedieron el estatus de culto entre las audiencias.
Experimenter (Dir. Michael Almereyda, 2015)
La segunda época dorada de Winona Ryder tiene tres proyectos clave: Black Swan que marcó su retorno, Stranger Things que la llevó a una nueva generación y Experimenter que recordó su eterno talento histriónico. La cinta se inspira en los radicales experimentos realizados en 1961 por el psicólogo Stanley Milgram con los que estudió la complacencia de la sociedad para obedecer figuras de autoridad. El controvertido personaje es interpretado por Peter Sarsgaard, mientras que la actriz interpreta a su esposa, quien más que una simple compañera de vida funge como testigo y aliada de su controvertida labor. Aunque su estreno limitado mermó su trascendencia en el público, ésta ha ido en aumento apoyada por las buenas críticas y el boca en boca.
Las brujas de Salem (Dir. Nicholas Hytner, 1996)
El talento y la popularidad de Winona Ryder le condujeron a una de las películas más desafiantes de su tiempo, Las brujas de Salem, segunda adaptación de la obra escrita por el mítico Arthur Miller y que marcó su reencuentro con Daniel Day-Lewis después de La edad de la inocencia. El reto fue aún mayor porque la actriz fue elegida para el rol de Abigail Williams, quien pasó a la historia como la gran responsable de la histeria colectiva que afectó al pequeño pueblo de Nueva Inglaterra y que resultó en uno de los mayores juicios contra la brujería de todos los tiempos. Aunque realizó un buen trabajo, su labor se vio entorpecida por un guion demasiado teatralizado que restó humanidad a las acciones. Esto no evitó que el filme se posicionara entre los más reconocidos de su carrera.
Jóvenes asesinos: atracción letal (Dir. Michael Lehmann, 1988)
Aunque el filme más popular de Winona Ryder en 1988 fue Beetlejuice, su mayor logro histriónico en ese mismo año realmente corresponde a Jóvenes asesinos: atracción letal, también conocida como Heathers. La actriz compartió créditos con Christian Slater para interpretar a una joven popular y cuya buena reputación se ve aquejada por una serie de rumores, lo que la hace aliarse con un excéntrico muchacho para asesinar a quienes han atentado contra ella. Sin el impacto mediático de otras películas que integran su filmografía, Heathers alcanzó un auténtico estatus de culto que eventualmente le llevó a ser reinventada como obra musical y serie de televisión. También se especuló sobre una secuela, la cual nunca se concretó.
Beetlejuice (Dir. Tim Burton 1988)
Sólo pasaron dos años desde su debut para que Wynona Ryder encontrara el papel que impulsaría su carrera para siempre, Lydia Deetz, una joven cuya naturaleza oscura y aislada le permite entrar en contacto con los espíritus de los antiguos dueños de su casa, así como con el excéntrico súper fantasma que da título al proyecto. La actriz estuvo cerca de rechazar el proyecto, no sólo porque estaba en negociaciones para El padrino III, sino porque consideraba que su trama era demasiado extraña, lo que probablemente habría resultado en la incorporación de Alyssa Milano, quien fuera la segunda opción para el rol. Su trabajo fue clave para el éxito del proyecto, al grado que terminó convirtiéndose en el mayor referente del filme sólo después de Michael Keaton. Esto le llevó a convertirse en el único miembro del elenco, además del protagonista, en firmar contrato para la largamente esperada secuela.
El joven manos de tijera (Dir. Tim Burton, 1990)
Su segunda colaboración con Tim Burton, pero más importante aún, la cinta que la consolidó entre las grandes favoritas del público de la época. Su interpretación de Kim se mantiene como una de las más emotivas de toda su carrera, una chica cuya superficialidad inicial cambia ante la inocencia de un joven artificial cuyas manos consisten en afiladas cuchillas. Un cuento de hadas contemporáneo, cuyos elementos más básicos son retorcidos con habilidad para transformar a la damisela en la esperanza de un monstruo victimizado por una sociedad que teme su incapacidad de adaptación. A pesar de su relativamente corta experiencia -fue su octava película en apenas cuatro años de trayectoria-, el cineasta siempre confió en sus dotes, al grado que además de ser su primera opción para el papel, fue el primer elemento en integrar al casting, incluso por encima de Johnny Depp.
Mujercitas (Dir. Gillian Armstrong, 1994)
La obra cumbre de Louisa May Alcott ha sido trasladada al cine en numerosas ocasiones, siendo la adaptación de 1994 una de las más populares entre las audiencias. Winona Ryder interpreta con destreza el papel de Jo March, la segunda de las cuatro chicas que dan nombre a la obra, así como la más querida por muchos al fungir como el eje dominante de las acciones. Su labor fue fundamental para que la cinta trascendiera más allá del simple melodrama y fuera tomado en serio, al preocuparse por capturar la calidez de una familia real, así como los dilemas que aquejan continuamente a las jóvenes en cuestión, lo que le valió su segunda nominación al Premio de la Academia. El trabajo fue completado por un brillante elenco que incluyó a Trini Alvarado, Claire Danes, Kirsten Dunst, Christian Bale, Susan Sarandon, Gabriel Byrne y Mary Wickles.
La edad de la inocencia (Dir. Martin Scorsese, 1993)
Winona Ryder había demostrado su talento desde hace tiempo, pero el reconocimiento de los grandes certámenes cinematográficos seguía siendo cuenta pendiente. Ésta llegó bajo las órdenes de Martin Scorsese en La edad de la inocencia, donde interpretó a una joven acomodada y comprometida con un hombre que la engaña con su propia tía. La actriz siempre fue la primera opción para el papel, una responsabilidad que cumpliría con creces al ser el único elemento del reparto en ser nominado al Oscar, superando así a sus más experimentados coprotagonistas Daniel Day-Lewis y Michelle Pfeiffer. Perdió la estatuilla ante Anna Paquin por El piano, pero fue suficiente para sellar su posición entre los grandes talentos de su generación.
Drácula de Bram Stoker (Dir. Francis Ford Coppola, 1992)
Winona Ryder es recordada por su buen trabajo en el doble papel de Mina/Elisabetta, pero pocos saben que su impacto en Drácula fue más allá de la actuación. Su buena relación con Francis Ford Coppola tras las fallidas negociaciones por El padrino III fue clave para que la actriz conversara con el mítico cineasta sobre un ambicioso guion que pretendía reinventar las bases del clásico de Bran Stoker. El director se interesó tanto que incluso abandonó compromisos previos para su realización. También contribuyó al casting, tras charlar sobre un reparto de ensueño que incluiría a Gary Oldman, Anthony Hopkins y Keanu Reeves. Aunque los reconocimientos del filme se limitaron a sus valores técnicos, suele ser considerada la mejor adaptación del vampiro sólo por detrás del clásico de Tod Browning y protagonizado por Bela Lugosi.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.