Un Extraño Enemigo: Reviviendo la historia
Ya se estrenó Un Extraño Enemigo en Amazon Prime Video y fuimos a la Plaza de las Tres Culturas para retratar algunos de los lugares que fueron testigos de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968 y locaciones para la serie.
Amazon Prime Video estrenó Un Extraño Enemigo este 2 de octubre, para recordar la masacre que sucedió en 1968 bajo el mandato de Gustavo Díaz Ordaz. Visitamos algunos de los escenarios que fueron testigos del lamentable acontecimiento, tales como el edificio Chihuahua dentro de la Plaza de las Tres Culturas o la zona Arqueológica de Tlatelolco, para hacer una comparativa con algunas escenas de la serie.
Un Extraño Enemigo es un thriller que cuenta la historia del Comandante Barrientos (Daniel Giménez Cacho), un hombre brillante con un lado oscuro, que comenzó su carrera política desde abajo y ahora busca expandir su poder durante un año crítico en México.
Antes de que tuviera lugar la matanza de Tlatelolco, los estudiantes se manifestaron en diferentes escenarios y fueron oprimidos por parte del gobierno. Esta escena de Un Extraño Enemigo ilustra uno de esos casos para dos de los protagonistas: Kristyan Ferrer y Ana Clara Castañón.
El Consejo Nacional de Huelga (CNH) fue infiltrado por jóvenes que se hacían pasar por estudiantes y que en realidad trabajaban para instituciones gubernamentales, eso es uno de los puntos que se aborda en los primeros episodios dirigidos por Gabriel Ripstein.
Tanto estudiantes del Politécnico como de la Universidad Autónoma de México (UNAM) fueron estandartes del movimiento estudiantil de 1968. Los segundos, incluso, contaban con el apoyo del rector Javier Barros Sierra, interpretado por Arturo Echeverría.
A un costado de la Plaza de las Tres Culturas se encuentra la zona Arqueológica de Tlatelolco, que el día de la matanza se encontraba cubierta; 400 años antes, en 1521, ahí se llevó a cabo otra matanza, la que perpetraron españoles contra mexicas.
CU es uno de los principales escenarios de Un Extraño Enemigo, pues se muestra el crecimiento del movimiento, los desacuerdos y liderazgos de ciertos estudiantes. Muchos de ellos exigían la libertad de presos políticos, eliminación del autoritarismo y menor desigualdad, entre otras peticiones.
Pese a que el movimiento trató de mostrarse pacífico frente a la ola de acoso y castigos, las represalias que sufrieron los estudiantes fueron excesivas. Aunque las cifras oficiales indican que aquel 2 de octubre murieron 40 personas, las que ofrecen testigos presenciales y cronistas de los hechos ascienden a 200 víctimas civiles.
La Marcha Juvenil por el 26 de julio apoyaba la causa de la Revolución Cubana y sirvió como protesta de los acontecimientos sucedidos en la Vocacional 5 del Politécnico, la cual había sido ametrallada. Al final se realizó un mitin en el Hemiciclo a Juárez, el cual fue reprimido por granaderos que golpearon a los jóvenes.
Los enfrentamientos entre estudiantes y granaderos escalaron cada vez más porque el presidente Gustavo Díaz Ordaz, personaje que corre a cargo de Hernán del Riego, sentía presión por los Juegos Olímpicos que tendrían lugar entre el 12 y el 27 de octubre de ese año.
Un Extraño Enemigo también muestra la organización del movimiento estudiantil desde las entrañas, cuando hacían panfletos para invitar a otros a unirse a las marchas o publicitar su causa. Este tipo de estrategias continúan hasta hoy como forma de expresión.
El edificio Chihuahua, ubicado en la Plaza de las Tres Culturas fue desde donde el CNH inició el mitin; hasta ahí llegaron los miembros del Batallón Olimpia que iban vestidos de civiles, y quienes atacaron al ejército, el cual arremetió contra los estudiantes.
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