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The Last Year of Darkness: Mucho más que vida nocturna

15-03-2024, 1:42:32 PM Por:
The Last Year of Darkness: Mucho más que vida nocturna

En entrevista, el director de The Last Year of Darkness, Ben Mullinkosson, nos cuenta cómo creó este documental que ataca los sentidos y celebra la identidad de la comunidad fiestera queer de China .

Ben Mullinkosson, cineasta estadounidense radicado en Chengdu, China, ama salir de fiesta. Por eso, decidió que su siguiente película, el documental The Last Year of Darkness, que llega a nuestro país por MUBI, sería una oda al ya conocido ritual de salir por la noche a bailar, tomar unos tragos, conocer gente y sentir el ritmo de la música.

El ejercicio de retratar la vida nocturna en una ciudad que prácticamente ha pasado desapercibida en el ámbito audiovisual internacional es, sin duda, una misión atractiva, pero la existencia de la cinta adquiere otro sentido cuando se revelan sus otras intenciones. Durante los primeros minutos de metraje, parece que la película apelará únicamente al disfrute sensorial del espectador. Pero, de pronto, lo que comienza como una estimulante celebración del hedonismo, se convierte en una exploración de las consecuencias que tienen los cambios de una ciudad en las personas que la habitan. En cada fotograma vemos a una sociedad aferrándose a aquello que les da identidad.

The Last Year of Darkness ofrece una mirada a la vida de un grupo de patinadores, DJ’s, drag queens y ravers que constantemente acuden al club Funky Town para expresarse y desestresarse. Pero todo lo que les rodea en Chengdu pone a prueba sus hábitos. El día después de cada fiesta, los protagonistas tienen que volver a su vida cotidiana, por más complicada que esta sea. Así, pacientemente esperan a que el sol se vuelva a meter para poder ser ellos mismos.

En una entrevista exclusiva para varios medios de Latinoamérica, de la que Cine PREMIERE formó parte, el director habló de la forma como concibió esta pieza que, además de celebrar la libertad, también hace hincapié en la importancia de tener un sentido de pertenencia para enfrentar las dificultades que se nos presenten.

Siempre tendremos Chengdu

Uno de los elementos más importantes para Mullinkosson al momento de plasmar en pantalla la dicotomía entre la euforia que se produce en las fiestas y el momento en el que se tiene que afrontar que todo ha terminado, es precisamente la importancia de la población de la ciudad en la que se desarrolla el metraje. Cada uno de los protagonistas del documental enriquece la narrativa construida alrededor de la ciudad.

«Este proyecto comenzó en 2018 cuando acababa de mudarme de vuelta a China y no iba a hacer una película. Yo no tenía el plan. Solo quería ir a China para hacer skate porque Chengdu es en realidad una de las mejores ciudades para hacer skate en el mundo”, comenta el creativo. “Así que me fui allí y luego Gennady, el personaje ruso, me llevó a Funky Town para un espectáculo donde mezclaría música y él estaba mezclando con Darkel y Kimberly [un raver y una artista musical retratados en el filme]. Así que los conocí ahí, y luego afuera conocí a Yihao, el personaje drag queen y él me dijo: ‘Oh, ¿eres un cineasta de Los Ángeles? ¿Cuándo vas a hacer una película sobre mí?’ Y yo le dije: ‘¿Qué tal el sábado?’ Y él respondió: ‘Bueno, hagámoslo’. Y así es como empezó. Empezamos a filmar a las 22:00 PM y luego filmábamos hasta las 10:00 AM para seguir a cada protagonista».

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Así, de un intercambio fortuito, surgió la idea para retratar la odisea de las personas elegidas para aparecer a cuadro. Mientras la cámara los sigue en sus actividades diarias, antes de llegar al paraíso de los beats y las luces neón, poco a poco descubrimos qué pasa por la mente de cada protagonista mientras se enfrentan a la oscuridad derivada de sus preocupaciones personales, como el fracaso en el mundo artístico o el rechazo a su sexualidad.

Continúa leyendo: The Last Year of Darkness, entrevista con Ben Mullinkosson

Por si esto fuera poco, una nueva construcción en la zona cercana al club amenaza con terminar con la vida del establecimiento. Pronto, el único lugar donde los estelares podían abrazar su forma de ser será demolido. ¿Cómo protestar contra esto? El documental se suma a la evidencia de lo benéfico que resultan el Funky Town, y las fiestas que ahí se llevan a cabo, para la comunidad queer de la localidad, pero también para el realizador.

«Para mí es como una buena manera de dejarme ver y ser raro. Como para abrazar de cierta manera el hecho de que soy queer. Creo que antes no lo hacía. Quiero decir, todavía no lo hago. Supongo que no lo estoy haciendo como escribiendo en mi Instagram ‘Soy queer’, pero le diré a cualquiera que lo soy. Así que supongo que ese es tal vez mi cambio personal. Pero aparte de eso, definitivamente siento que he crecido. Digo, crecí muy cerca de todos los involucrados en el proceso. Ahora estamos todos muy unidos, sobre todo después de viajar a Copenhague para el estreno. Y después hicimos una campaña de Kickstarter para poder irnos juntos a Ámsterdam, donde nos fuimos de fiesta. Siento que todos somos esta familia loca de Chengdu, así que sí, creo que Chengdu también se ha convertido en mi hogar».

Esto es para alguien, en algún lugar

En un momento clave de la cinta, Yihao, preparándose para dar uno de sus espectáculos, tiene un momento de desesperación y explota, dejándole ver sus sentimientos a Ben: “No creo que tu documental pueda retratar mi vida o la de nadie más de la manera en que quieres retratarla».

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Entrevista: The Last Year of Darkness.

La escena es contemplativa y también muy triste: las palabras de Yihao dejan de sonar, sólo queda silencio. En sus shows en el club, Yihao sólo quiere dar felicidad al público y sentir la música en cada fibra de su ser, pero constantemente le llegan dudas cuando su familia le dice que “hacer drag le provocará sida”. El mismo documental pone en duda la relevancia del material filmado, en un impulso de autocrítica. Te deja ver que las personas que aparecen en él saben que, ante las cámaras, tienen que mostrar su mejor versión, pero a veces eso se vuelve imposible, porque hay tanto en qué pensar. Mullinkosson lo sabe.

“Él estaba frustrado por muchas cosas, y entonces dijo que el documental no podía capturar la vida real. Y yo le dije: ‘¿Sabes qué? Tienes razón, no puede hacerlo’. Tratamos de contar ciertas historias de estos protagonistas, que están interesados en contar”, nos comenta.

Y agrega lo siguiente:

“Creo que hay esta expectativa de: ‘Oh, los documentales son la vida real’. Pero en realidad es sólo una presentación de la vida. Es una versión de la vida real que el director, los protagonistas, los productores y los directores de fotografía están creando. Así que creo que es importante recordar eso a los 80 minutos de película. Que esta es nuestra versión de la fiesta y Chengdu para todos”.

Quizá eso es lo que hace especial a The Last Year of Darkness: aunque sólo estamos ante una pequeña mirada que está lejos de cubrir todo lo que sucede en la cotidianidad de estas personas, nada deja de sentirse genuino. Es difícil no sentirse conectado con este crisol de personalidades de gente que vive por y para el arte, y que está dispuesta a darlo todo mientras de fondo suena Life On Mars?, de David Bowie.

“Yo me veo reflejado en eso. Me veo en su lucha por ser artistas, y me veo en Kimberly con su lucha contra la depresión. Y en 647, el repartidor, en sus luchas para ganar dinero, mantener las luces encendidas y lo mismo con Gennady y su cuestionamiento de su sexualidad. Como que me identifico. Me siento conectado y creo que muchas otras personas también pueden conectarse con estas mismas historias”, platica el cineasta.

“Pero como dices, es como si estuvieran por todas partes, como si fueran personajes muy diferentes y todos convergen en Funky Town. Funky Town es el hilo que une a todos porque todos tienen que escapar de sus problemas, aunque sea sólo por una noche en algún momento. Funky Town también era el lugar donde yo iba a tomar una copa si estaba teniendo un mal día o si sólo necesitaba, ya sabes, liberar algo de energía techno. Así que sí, todos íbamos a Funky Town a pasar una buena noche.

Puede ser que de una buena noche como las que vemos aquí, surja alguien que cambie el mundo.

The Last Year of Darkness ya está disponible en MUBI.

autor Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los "Philly Steps" y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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